08 Julio 2014
NUEVA INSTANCIA. Paul Singer, dueño del fondo Elliot, pidió diálogo a la Argentina. LA GACETA
BUENOS AIRES.-La presidenta Cristina Fernández posteó hoy en su cuenta de Twitter la respuesta del ministro de Economía, Axel Kicillof, a una nota publicada por el administrador del fondo Elliott, Jay Newman, en la que sostiene que "los fondos buitre no son víctimas, son sólo extorsionadores".
El gobierno nacional salió de esta forma al cruce de una nota publicada ayer por Newman en el diario Financial Times, en la que el representante del fondo que pertenece al multimillonario Paul Singer sostuvo que "los holdouts están abiertos a un acuerdo, pero Argentina tiene que hablar".
En la nota, Kicillof dijo que "es una paradoja que un fondo buitre como Elliott intente limpiar su reputación arrogándose la representación de los jubilados y tenedores de bonos traicionados".
Y agregó que "la única verdad es que NML Capital Elliott, que ubicó su base en las Islas Caimán para evitar el pago de impuestos en los EEUU, a diferencia de la gente que pretende representar, compró bonos argentinos en 2008 y de inmediato demandó a Argentina".
"Estos bonos, en cesación de pagos desde 2001, fueron adquiridos con el único fin de obtener una sentencia favorable para hacer una ganancia exorbitante", agregó el titular del Palacio de Hacienda.
Kicillof advirtió a Newman que "está tratando de retratar a la Argentina como un país que no negocia" y que "esto es rotundamente falso".
"Tras largas negociaciones, Argentina ofreció dos canjes de deuda, en 2005 y 2010, que fueron voluntariamente aceptados por el 92,4% de los tenedores de bonos del país. Los fondos buitre nunca negociaron. Ellos nunca prestaron dinero a Argentina. NML compró bonos a un valor cercano a los 50 millones de dólares", agregó el ministro.
El funcionario sostuvo que "la orden del juez (Thomas) Griesa permitiría a NML cobrar más de 800 millones de dólares estadounidenses, asegurándose un rendimiento del 1.600% en sólo seis años".
Tras lo cual señaló que "si en lugar de litigar, NML hubiera aceptado los canjes de deuda ofrecidos por Argentina habría triplicado o incluso cuadruplicado su inversión".
"Pero quieren más que un beneficio del 300%, ya que no son los prestamistas de buena fe a los países emergentes. Son lo que son: buitres judiciales y financieros", enfatizó el ministro.
Kicillof dijo que "Argentina ha dejado clara su voluntad y capacidad para negociar desde 2003".
Recordó que "después de la sentencia sorprendente e injusta del sistema judicial de Estados Unidos", se reunió personalmente con Daniel Pollack, "Maestro Especial designado por el juez Griesa", lo que demuestra la voluntad argentina de "avanzar en un diálogo para garantizar condiciones justas, equitativas y legales, teniendo en cuenta el interés del 100% de los tenedores de bonos".
"Por lo tanto, la Argentina solicitó que el juez Griesa restablezca la suspensión de la sentencia. Sin embargo, los fondos buitre se opusieron a la petición. Esto muestra su verdadera cara: no quieren negociar; de ese modo creen que pueden obtener el total de su reclamo o forzar a Argentina al default", sostuvo el ministro.
Tras lo cual enfatizó que "esto (último) no sucederá: Argentina defenderá su exitoso proceso de reestructuración de la deuda mediante el pago a sus tenedores de bonos".
En ese marco, Kicillof preguntó a Newman: "¿Qué tipo de negociación equitativa que involucra cientos de miles de millones de dólares puede llevarse a cabo en tres semanas?".
Tras lo cual afirmó que "los fondos buitre nunca quisieron cumplir con los términos aceptados por la inmensa mayoría de los acreedores" y "tratan de extorsionar a un país soberano".
"Quieren condiciones privilegiadas y no se detendrán ante nada para conseguir su objetivo: intentan interrumpir un flujo de pagos a los tenedores de bonos del canje de la Argentina negando la propiedad de estos tenedores de bonos que les pertenece por derecho", añadió.
"Van a especular -continuó Kicillof- con el futuro de 40 millones de argentinos que han hecho enormes sacrificios para ponerse de pie después de la crisis de 2001; y van a causar daños irreparables en el sistema financiero internacional, haciendo que todas las reestructuraciones de deuda futuras sean prácticamente imposibles". (Télam)
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