08 Julio 2014
PREMISA. Según Rodolfo Lastra, tener un nivel de corrección y de limpieza en el desarrollo de los pasos es fundamental para todo bailarín. la gaceta / archivo
“Conozco la compañía. Esta vez vine a montar una función de gala, que se estrenará esta noche y tendrá repeticiones. El programa que armé en esta oportunidad se abre con una “Suite de Cenicienta”, de (Serguéi) Prokofiev, luego, la “Rapsodia sobre un tema de Paganini”, de (Serguéi) Rachmaninoff, y cerramos con “Variaciones en Ragtime”, con música de Scott Joplin y personajes característicos de los años 20. Es muy divertido, ya lo hicieron acá hace como ocho años”. El maestro Rodolfo Lastra charló con LA GACETA en el escenario del San Martín, en un momento de descanso de los bailarines del Ballet Estable.
- ¿Qué le provoca venir a trabajar al interior, y a Tucumán, que es tan lejos?
- Me encanta venir porque, por sobre todo, me interesa que el interior del país tenga actividad como la que hay en Buenos Aires o en el exterior. Haciendo esto me siento más argentino, aunque sea parte de una familia que ha vivido en el país desde hace 200 años.
- Usted ya vino unas cuatro o cinco veces a trabajar en Tucumán. ¿Cómo lo reciben?
- ¡Muy bien! Yo me siento muy cómodo, y bien además con la parte técnica, las modistas, el depósito... Vine el 4 de junio y me quedo hasta el 14 de julio. Es un programa muy complejo y largo... y baila toda la compañía.
- ¿Cuántos integrantes tiene el ballet?
- Son 25, y trabajo con la asistencia de la maestra del cuerpo de baile, Victoria Colombres.
- ¿Como encontró el nivel? ¿Qué hace falta para mejorar?
- Hay chicas muy buenas; los varones están progresando. Hay dos o tres elementos destacados. Lo que pasa es que les falta continuidad. Si no tienen funciones, ensayar solo no incentiva porque no hay estímulo. No es que no hagan nada, pero deberían programar más funciones.
- ¿Qué les pide a los bailarines?
- Que tengan una entrega enorme, que tengan bravura, expresividad, no sólo técnica. La técnica puede ser mayor o menor, pero no alcanza. Si no subyace la pasión el público no recibe nada.
- ¿Reconoce referentes en el ballet tucumano?
- En ese sentido siguen bailando Mercedes De Chazal, Carolina D’ Urso, Daniela Reyes; hay elementos muy buenos. De los varones están Oscar Medina, Ricardo Contreras, Ángel Buy. Esos son elementos valiosos. Ahora han tomado una serie de chicos muy principiantes, pero se están formando día a día.
- ¿Qué les aporta integrar el cuerpo de baile?
- Dependen de la rutina cotidiana, de hacer la clase con el ballet, de observar cómo bailan los que son más profesionales y de golpe tener que salir a reemplazar; todo eso constituye un buen ejercicio y un permanente aprendizaje.
- ¿Quiénes se destacan en el ámbito nacional?
- Bueno, ahora hay chicos muy buenos, no sé realmente si hay alguien preferido, pero hay muchos; en el Colón hay muchos muy jóvenes como Juan Pablo Ledo, Por ejemplo, es uno de los que se está destacando; Federico Fernández... no podría nombrar a todos.
- ¿Qué hay que hacer para que el ballet perviva como arte, ante tanta mezcla y tanto show?
- Primero que nada, hay que hacer las cosas con calidad, es lo que les digo a los chicos. No importa si hacen tres o cuatro piruetas, o que hagan dos, pero bien hechas. El público, aunque no sea especialista se da cuenta cuando un bailarín es bueno o es malo. Entonces puede ser menos brillante, pero tener un nivel de corrección y de limpieza en el desarrollo de los pasos que está haciendo y eso satisface más, porque, insisto: el público advierte cuando un bailarín esta mal.
- ¿Qué compromisos lo esperan?
- Probablemente hagamos la Cenicienta completa, como en el Colón, en dos oportunidades (2004 y 2007). Ahora la estamos pensando con el Ballet del Sur, en Bahía Blanca. De acá me voy a Buenos Aires y después, a Bahía Blanca.
- ¿Para esta noche, cómo llegan?
- Muy bien; igual uno siempre tiene el nerviosismo de qué va a pasar, la adrenalina de cada función. Yo creo que llegamos bien y con una propuesta de mucha calidad.
BAILAN HOY
• A las 22, en el Teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas). Retirar las invitaciones de la boletería del teatro a partir de las 9.
- ¿Qué le provoca venir a trabajar al interior, y a Tucumán, que es tan lejos?
- Me encanta venir porque, por sobre todo, me interesa que el interior del país tenga actividad como la que hay en Buenos Aires o en el exterior. Haciendo esto me siento más argentino, aunque sea parte de una familia que ha vivido en el país desde hace 200 años.
- Usted ya vino unas cuatro o cinco veces a trabajar en Tucumán. ¿Cómo lo reciben?
- ¡Muy bien! Yo me siento muy cómodo, y bien además con la parte técnica, las modistas, el depósito... Vine el 4 de junio y me quedo hasta el 14 de julio. Es un programa muy complejo y largo... y baila toda la compañía.
- ¿Cuántos integrantes tiene el ballet?
- Son 25, y trabajo con la asistencia de la maestra del cuerpo de baile, Victoria Colombres.
- ¿Como encontró el nivel? ¿Qué hace falta para mejorar?
- Hay chicas muy buenas; los varones están progresando. Hay dos o tres elementos destacados. Lo que pasa es que les falta continuidad. Si no tienen funciones, ensayar solo no incentiva porque no hay estímulo. No es que no hagan nada, pero deberían programar más funciones.
- ¿Qué les pide a los bailarines?
- Que tengan una entrega enorme, que tengan bravura, expresividad, no sólo técnica. La técnica puede ser mayor o menor, pero no alcanza. Si no subyace la pasión el público no recibe nada.
- ¿Reconoce referentes en el ballet tucumano?
- En ese sentido siguen bailando Mercedes De Chazal, Carolina D’ Urso, Daniela Reyes; hay elementos muy buenos. De los varones están Oscar Medina, Ricardo Contreras, Ángel Buy. Esos son elementos valiosos. Ahora han tomado una serie de chicos muy principiantes, pero se están formando día a día.
- ¿Qué les aporta integrar el cuerpo de baile?
- Dependen de la rutina cotidiana, de hacer la clase con el ballet, de observar cómo bailan los que son más profesionales y de golpe tener que salir a reemplazar; todo eso constituye un buen ejercicio y un permanente aprendizaje.
- ¿Quiénes se destacan en el ámbito nacional?
- Bueno, ahora hay chicos muy buenos, no sé realmente si hay alguien preferido, pero hay muchos; en el Colón hay muchos muy jóvenes como Juan Pablo Ledo, Por ejemplo, es uno de los que se está destacando; Federico Fernández... no podría nombrar a todos.
- ¿Qué hay que hacer para que el ballet perviva como arte, ante tanta mezcla y tanto show?
- Primero que nada, hay que hacer las cosas con calidad, es lo que les digo a los chicos. No importa si hacen tres o cuatro piruetas, o que hagan dos, pero bien hechas. El público, aunque no sea especialista se da cuenta cuando un bailarín es bueno o es malo. Entonces puede ser menos brillante, pero tener un nivel de corrección y de limpieza en el desarrollo de los pasos que está haciendo y eso satisface más, porque, insisto: el público advierte cuando un bailarín esta mal.
- ¿Qué compromisos lo esperan?
- Probablemente hagamos la Cenicienta completa, como en el Colón, en dos oportunidades (2004 y 2007). Ahora la estamos pensando con el Ballet del Sur, en Bahía Blanca. De acá me voy a Buenos Aires y después, a Bahía Blanca.
- ¿Para esta noche, cómo llegan?
- Muy bien; igual uno siempre tiene el nerviosismo de qué va a pasar, la adrenalina de cada función. Yo creo que llegamos bien y con una propuesta de mucha calidad.
BAILAN HOY
• A las 22, en el Teatro San Martín (avenida Sarmiento y Muñecas). Retirar las invitaciones de la boletería del teatro a partir de las 9.
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