Por Jose Ariel Ibañez
07 Julio 2014
Jugaron una final; se enfrentaron en una segunda fase, en cuartos de final y en la ronda de grupo. Ahora, por primera vez, estarán frente a frente en una semifinal mundialista. Argentina y Holanda tienen una rivalidad particular en la Copa del Mundo, al punto que el suizo Joshep Blatter definió al duelo con un clásico moderno. Los números favorecen al seleccionado naranja que obtuvo dos victorias, pero el triunfo más sabroso fue argentino y valió su primer título mundial. Fue en su casa, en 1978, por 3 a 1. El día de la consagración de Mario Kempes, autor de dos goles. Uno durante los 90’ y otro en el alargue, al que se llegó por el empate de Dick Nanninga. El tercero lo anotó Daniel Bertoni. Antes del alargue, Rob Rensenbrink estrelló un remate en el poste del arco defendido por Ubaldo Fillol, en el minuto 89. Una jugada que se puede comparar con el cabezazo del suizo Blerim Dzemaili en octavos de final de este torneo. Los triunfos de Holanda llegaron antes y después de esa final: 4 a 0 en Alemania 74, con una notables exhibición de la “naranja mécanica” y 2 a 1 en Francia 98, con el agónico tanto de Denis Bergkamp que sacó a la Selección de cuartos de final. Un empate 0 a 0 en la fase de grupos de Alemania 2006 completa el historial. Argentina jugará mañana un clásico moderno, pensando en el historico contra Brasil, en la final.
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