El arma secreta

El arma secreta

Las subidas del defensor Hummels se repiten con éxito en la selección que va por todo

OBJETIVO CUMPLIDO. Hummels ya se mandó al área, saltó y cabeceó al arco; Müller festeja con él y Lloris se revuelca. reuters OBJETIVO CUMPLIDO. Hummels ya se mandó al área, saltó y cabeceó al arco; Müller festeja con él y Lloris se revuelca. reuters
05 Julio 2014

Por Christian Kunz y Arne Richter, DPA

RÍO DE JANEIRO.- Se perdió los octavos de final por una gripe, pero Mats Hummels volvió ante Francia con el traje de héroe: su cabezazo definió un partido parejo entre campeones y metió a Alemania en semifinales. “Es un nuevo sueño que cumplimos”, celebró el defensor de Borussia Dortmund tras el 1-0 en el mítico Maracaná, a donde Alemania quiere volver para la final el 13 de julio. “Espero que nuestro camino no haya terminado aún”, añadió.

Hummels volvió a ser una vía alternativa al gol en un equipo al que no le faltan recursos ofensivos, desde Miroslav Klose, máximo goleador en la historia de los Mundiales junto al brasileño Ronaldo, a Thomas Müller, que lleva ya cuatro tantos en Brasil. Pero su gol no fue casualidad. Al igual que el primero que hizo en Brasil, en el 4-0 a Portugal en el debut, Hummels volvió a marcar de cabeza. Y otra vez el centro fue de Toni Kroos. La subida del defensor es una jugada cuidadosamente estudiada por Joachim Löw.

Si su gol a Portugal se diluyó en el hat trick que marcó Müller en ese partido, el segundo en su cuenta personal, convertido ayer a Francia, fue el más valioso de Alemania hasta ahora en el torneo.

Hummels contó que había cumplido “un sueño de niño” con su primer gol en el Mundial. El defensor de 25 años tuvo un camino duro a Brasil y como muchos de sus compañeros luchó para recuperarse de una lesión previa que lo tuvo semanas de baja.

El defensor terminó golpeado por el esfuerzo y por el calor en Río de Janeiro. “Me sentí agotado relativamente rápido”, admitió después de la victoria. Y es que su aporte al triunfo no se limitó al gol. También en defensa encajó a la perfección con un Philipp Lahm al que Löw devolvió su puesto natural de defensor.

Con su cuarto gol -todos de cabeza- en 34 partidos como internacional, Hummels se convirtió en el inesperado héroe de Alemania. Pero el defensor sabe que lo único que cuenta para el equipo de Löw es el título. “Un partido puede cambiarlo todo relativamente rápido”, advirtió evitando cualquier euforia.

El equipo está ahora a dos partidos de su objetivo: la cuarta Copa del Mundo y la cabeza de Hummels volverá a presentarse como una de las armas secretas de Alemania.

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