Por Guillermo Monti
04 Julio 2014
LA TIENE MUY CLARA. El arquero Thinaut Courtais es el máximo símbolo de esta generación de futbolistas belgas.
A la gran generación del fútbol belga le tocó estrellarse contra la Argentina de Maradona en una de las semifinales de México 1986. Aquel de “De Guy Thys” era un gran equipo, estructurado a partir de las atajadas de Jean Marie Pfaff, la solidez defensiva de Eric Gerets, el despliegue de Patrick Vervoort y todo lo que inventaban en ataque Jan Ceulemans y Nico Claesen. Además había un talentoso capaz de brindar valor agregado: Enzo Scifo. Se encontraron con un Diego Maradona en estado de gracia y perdieron 2 a 0 aquella semifinal. Después, en el partido por el tercer y cuarto puesto, Francia los doblegó por 4 a 2.
Aquí, en Brasil 2014 está Bélgica, 28 años después, con otra generación privilegiada y dispuesta a hacer historia. Y de paso sacarse la espina de aquel partido. Marc Wilmots, el actual entrenador, no formaba parte del plantel del 86, aunque conoce de sobra todo lo que significa un Mundial porque disputó cuatro Copas: Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea del Sur-Japón 2002. Vistió 70 veces la camiseta de la selección de su país y es todo un héroe en esa nación. Además, todos lo apuntan como el hombre indicado para conducir a los brillantes jóvenes que se toparán mañana con el respetado plantel Argentina en el “Mané Garrincha” de Brasilia.
Experiencia y juventud
El de la juventud del grupo es uno de los aspectos que más preocupa a Wilmots y sobre el que trabaja permanentemente.
Esa experiencia faltó, por ejemplo, para manejar de otra manera el duelo de octavos de final con Estados Unidos. Bélgica ganaba 2 a 0 y había ametrallado el área rival hasta convertir al arquero Tim Howard en gran figura. Pero cuando los norteamericanos descontaron el equipo europeo se desbarató y estuvo a punto de sufir el empate. Wilmots sabe que esa clase de situaciones no pueden repetirse, y mucho menos si Argentina está al frente.
La veteranía viene por el lado de los centrales, en especial de Daniel van Buyten -juega en el Bayern Munich, de Alemania- que tiene 36 años. Su compañero de zaga, Vincent Kompany -central de Manchester City, de Inglaterra donde es compañero de Sergio Agüero y de Pablo Zabaleta-, ostenta 28 años. Esto es un contraste fuerte con los delanteros Romelu Lukaku (tiene 21 años y juega en el Chelsea inglés) y Divock Origi (21 años y jugador del Lille de Francia).
Piezas claves
En la mitad de la cancha los belgas marcan la diferencia porque pueden ser cadenciosos y jugar al toque, o poner quinta para buscar el ataque sin transiciones.
Esa capacidad para cambiar de ritmo fue su sello en las eliminatorias, donde ganaron su zona con un océano de ventaja y dando espectáculo. Los hombres clave son Axel Witsel (del Zenit, de Rusia), Marouane Fellaini (Manchester United), Moussa Dembelé y Nacer Chadli (ambos de Tottenham Hotspur).
Ayer se prendieron luces de alarma en el campamento belga porque el arquero Thibaut Courtois se golpeó una rodilla y debieron aplicarle hielo. Wilmots espera contar con él mañana. Además de ser campeón de España con Atlético de Madrid (el pase pertenece a Chelsea) y uno de los mejores del puesto en Europa, Courtois es uno de los referentes del plantel tanto dentro como fuera de la cancha.
Máxima figura
Pero ahí no termina todo. El que tiene todo de su lado es Eden Hazard: talento, juventud (tiene 23 años), fama (es gran figura en Chelsea)… Siempre está bien ubicado, gambetea, mete pases milimétricos y tiene gol. Todo; mejor dicho casi todo. Lo que le falta es aparecer en su máxima dimensión en la Copa del Mundo.
Hazard se prende por momentos, ofrece destellos de su magia innegable y acto seguido se desconecta. En Bélgica le reclaman continuidad. Nada mejor que el duelo con Argentina de cuartos -sostienen- para que el chico maravilla haga de las suyas.
Aquí, en Brasil 2014 está Bélgica, 28 años después, con otra generación privilegiada y dispuesta a hacer historia. Y de paso sacarse la espina de aquel partido. Marc Wilmots, el actual entrenador, no formaba parte del plantel del 86, aunque conoce de sobra todo lo que significa un Mundial porque disputó cuatro Copas: Italia 1990, Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea del Sur-Japón 2002. Vistió 70 veces la camiseta de la selección de su país y es todo un héroe en esa nación. Además, todos lo apuntan como el hombre indicado para conducir a los brillantes jóvenes que se toparán mañana con el respetado plantel Argentina en el “Mané Garrincha” de Brasilia.
Experiencia y juventud
El de la juventud del grupo es uno de los aspectos que más preocupa a Wilmots y sobre el que trabaja permanentemente.
Esa experiencia faltó, por ejemplo, para manejar de otra manera el duelo de octavos de final con Estados Unidos. Bélgica ganaba 2 a 0 y había ametrallado el área rival hasta convertir al arquero Tim Howard en gran figura. Pero cuando los norteamericanos descontaron el equipo europeo se desbarató y estuvo a punto de sufir el empate. Wilmots sabe que esa clase de situaciones no pueden repetirse, y mucho menos si Argentina está al frente.
La veteranía viene por el lado de los centrales, en especial de Daniel van Buyten -juega en el Bayern Munich, de Alemania- que tiene 36 años. Su compañero de zaga, Vincent Kompany -central de Manchester City, de Inglaterra donde es compañero de Sergio Agüero y de Pablo Zabaleta-, ostenta 28 años. Esto es un contraste fuerte con los delanteros Romelu Lukaku (tiene 21 años y juega en el Chelsea inglés) y Divock Origi (21 años y jugador del Lille de Francia).
Piezas claves
En la mitad de la cancha los belgas marcan la diferencia porque pueden ser cadenciosos y jugar al toque, o poner quinta para buscar el ataque sin transiciones.
Esa capacidad para cambiar de ritmo fue su sello en las eliminatorias, donde ganaron su zona con un océano de ventaja y dando espectáculo. Los hombres clave son Axel Witsel (del Zenit, de Rusia), Marouane Fellaini (Manchester United), Moussa Dembelé y Nacer Chadli (ambos de Tottenham Hotspur).
Ayer se prendieron luces de alarma en el campamento belga porque el arquero Thibaut Courtois se golpeó una rodilla y debieron aplicarle hielo. Wilmots espera contar con él mañana. Además de ser campeón de España con Atlético de Madrid (el pase pertenece a Chelsea) y uno de los mejores del puesto en Europa, Courtois es uno de los referentes del plantel tanto dentro como fuera de la cancha.
Máxima figura
Pero ahí no termina todo. El que tiene todo de su lado es Eden Hazard: talento, juventud (tiene 23 años), fama (es gran figura en Chelsea)… Siempre está bien ubicado, gambetea, mete pases milimétricos y tiene gol. Todo; mejor dicho casi todo. Lo que le falta es aparecer en su máxima dimensión en la Copa del Mundo.
Hazard se prende por momentos, ofrece destellos de su magia innegable y acto seguido se desconecta. En Bélgica le reclaman continuidad. Nada mejor que el duelo con Argentina de cuartos -sostienen- para que el chico maravilla haga de las suyas.
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