Por Guillermo Monti
03 Julio 2014
RECREACIÓN. Sabella evitó trabajos tácticos para no agotar más a los jugadores. DYN
A 48 horas del agotador alargue contra los suizos Sabella descartó un trabajo táctico. La práctica matutina de la Selección fue a puertas cerradas pero no había nada que esconder: los jugadores sólo realizaron movimientos de elongación y se divirtieron con el fútbol tenis. El dato es la recuperación de Agüero, que hasta le permitiría ir al banco el sábado y jugar unos minutos. Todo dependerá de cómo se desarrolle el partido contra Bélgica.
Es una jornada agitada para el plantel, porque a las 18.30 está programado el vuelo a Brasilia. Del aeropuerto al hotel y mañana al mediodía rumbo al estadio “Mané” Garrincha, para amigarse con el campo de juego. Allí se escuchará la voz del entrenador, pero nadie se hace ilusiones. Sabella siempre esconde las cartas, así que habrá que aguardar hasta la previa del choque de cuartos de final para conocer quiénes serán los 11 elegidos.
Una estadística del Mundial revela que Bélgica es el equipo que más veces llegó a posición de gol en lo que va del torneo: se contabilizan 81 disparos al arco a lo largo de los cuatro partidos que disputaron. La vocación ofensiva de los europeos, basada en las características de sus jugadores, propone un doble mensaje para la Selección. Por un lado, la necesidad de tomar recaudos defensivos; y por el otro, la posibilidad de contar con más espacios para maniobrar, esos que faltaron contra Bosnia, Irán, Nigeria y Suiza.
El ingreso de Basanta por Rojo parece cantado; es más, ayer efectuó un pequeño ensayo uno contra uno, enfrentando a un oponente con pelota dominada. En cambio, la salida de Federico Fernández se inscribe en el universo de las conjeturas periodísticas. Fernández es una pieza fija en el esquema de Sabella, quien apostó a la dupla con Garay desde el primer momento. ¿Lo sacaría en un partido decisivo para darle entrada a Demichelis? Muy pero muy difícil. También es cierto que Fernández es la víctima principal del desequilibrió que padece Argentina en la zona derecha de la media cancha, porque suelen tomarlo 2-1 y no cuenta con el auxilio de un volante.
El Gago del Mundial es el mismo del último semestre con la camiseta de Boca. Que falle en los pases y no aporte sustancialmente en la marca es una consecuencia del problema principal: no se involucra en el juego, no pesa en el partido. Salió agotado el martes y le hizo lugar a Biglia, uno de los favoritos de Sabella, que además se entiende bien con Garay a la hora de las coberturas. ¿Habrá nuevo doble cinco, juntando a Biglia con el imprescindible Mascherano?
En estos días de paréntesis entre instancias claves de la Copa los especialistas (y los no tan especialistas) se lanzan a opinar. Pero hay una coincidencia entre tanto análisis lanzado al voleo: si Lavezzi va de punta por Agüero, bienvenido sea. Pero si es cuestión de poblar el medio campo, mejor suena un volante, y Sabella tiene para elegir: Maxi, Álvarez, Enzo Pérez… Es el mismo tema que se viene charlando desde aquel lejano debut con Bosnia en el Maracaná. 4-3-3 o 4-4-2, esa es la cuestión.
Además del talento de los jóvenes belgas, Argentina deberá cuidarse de otras contingencias del juego. A Sabella le pareció innecesaria la tarjeta amarilla que recibió Di María por una falta violenta en la mitad de la cancha. Es un condicionante para Di María, a quien lo aguarda un intenso ida y vuelta por la izquierda, teniendo en cuenta que hay dos hipotéticos partidos por delante. No más amonestaciones de esa clase, les pidió nuevamente el DT a sus hombres. El problema es que en pleno alargue, con el cuerpo funcionando en piloto automático, cuidarse no es tan sencillo.
El cuerpo técnico se desvive por averiguar cómo viene el pronóstico del fin de semana en Brasilia. El duelo con los belgas comenzará a las 13, horario en el que el solo pega sin piedad en la capital del país. Pero como se trata de una zona lluviosa, tal vez aparezca una tregua justo cuando más se la necesita. Como se ve, las aristas que rodean un partido son infinitas, y más si se trata de los cuartos de final de un Mundial, esa barrera que para la Selección no se levanta desde hace 24 años.
Es una jornada agitada para el plantel, porque a las 18.30 está programado el vuelo a Brasilia. Del aeropuerto al hotel y mañana al mediodía rumbo al estadio “Mané” Garrincha, para amigarse con el campo de juego. Allí se escuchará la voz del entrenador, pero nadie se hace ilusiones. Sabella siempre esconde las cartas, así que habrá que aguardar hasta la previa del choque de cuartos de final para conocer quiénes serán los 11 elegidos.
Una estadística del Mundial revela que Bélgica es el equipo que más veces llegó a posición de gol en lo que va del torneo: se contabilizan 81 disparos al arco a lo largo de los cuatro partidos que disputaron. La vocación ofensiva de los europeos, basada en las características de sus jugadores, propone un doble mensaje para la Selección. Por un lado, la necesidad de tomar recaudos defensivos; y por el otro, la posibilidad de contar con más espacios para maniobrar, esos que faltaron contra Bosnia, Irán, Nigeria y Suiza.
El ingreso de Basanta por Rojo parece cantado; es más, ayer efectuó un pequeño ensayo uno contra uno, enfrentando a un oponente con pelota dominada. En cambio, la salida de Federico Fernández se inscribe en el universo de las conjeturas periodísticas. Fernández es una pieza fija en el esquema de Sabella, quien apostó a la dupla con Garay desde el primer momento. ¿Lo sacaría en un partido decisivo para darle entrada a Demichelis? Muy pero muy difícil. También es cierto que Fernández es la víctima principal del desequilibrió que padece Argentina en la zona derecha de la media cancha, porque suelen tomarlo 2-1 y no cuenta con el auxilio de un volante.
El Gago del Mundial es el mismo del último semestre con la camiseta de Boca. Que falle en los pases y no aporte sustancialmente en la marca es una consecuencia del problema principal: no se involucra en el juego, no pesa en el partido. Salió agotado el martes y le hizo lugar a Biglia, uno de los favoritos de Sabella, que además se entiende bien con Garay a la hora de las coberturas. ¿Habrá nuevo doble cinco, juntando a Biglia con el imprescindible Mascherano?
En estos días de paréntesis entre instancias claves de la Copa los especialistas (y los no tan especialistas) se lanzan a opinar. Pero hay una coincidencia entre tanto análisis lanzado al voleo: si Lavezzi va de punta por Agüero, bienvenido sea. Pero si es cuestión de poblar el medio campo, mejor suena un volante, y Sabella tiene para elegir: Maxi, Álvarez, Enzo Pérez… Es el mismo tema que se viene charlando desde aquel lejano debut con Bosnia en el Maracaná. 4-3-3 o 4-4-2, esa es la cuestión.
Además del talento de los jóvenes belgas, Argentina deberá cuidarse de otras contingencias del juego. A Sabella le pareció innecesaria la tarjeta amarilla que recibió Di María por una falta violenta en la mitad de la cancha. Es un condicionante para Di María, a quien lo aguarda un intenso ida y vuelta por la izquierda, teniendo en cuenta que hay dos hipotéticos partidos por delante. No más amonestaciones de esa clase, les pidió nuevamente el DT a sus hombres. El problema es que en pleno alargue, con el cuerpo funcionando en piloto automático, cuidarse no es tan sencillo.
El cuerpo técnico se desvive por averiguar cómo viene el pronóstico del fin de semana en Brasilia. El duelo con los belgas comenzará a las 13, horario en el que el solo pega sin piedad en la capital del país. Pero como se trata de una zona lluviosa, tal vez aparezca una tregua justo cuando más se la necesita. Como se ve, las aristas que rodean un partido son infinitas, y más si se trata de los cuartos de final de un Mundial, esa barrera que para la Selección no se levanta desde hace 24 años.
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