Con tres fosas abiertas, y después de cuatro horas de excavaciones, hallaron un cráneo que podría pertenecer a Pamela Laime. Si bien será el análisis de ADN el que determine si se trata de la joven de 17 años asesinada en 2000, y sepultada como NN en el Cementerio del Norte, existen características que así lo indicarían.
“Se desenterró un cráneo que tiene tres cortes en la parte superior izquierda, que coincide con las fotos (del cadáver de Pamela) y será sometido a pericias para ver si concuerda con su perfil genético”, anunció Luis Elizalde, el abogado que representa a la familia de la joven. Esos tres cortes corresponderían -en un principio- con los tres hachazos que le dieron muerte a Pamela.
La mañana era fría y el sol acababa de asomar cuando estacionaron dos móviles policiales en el pasillo que conduce al Cuadro 50 de la necrópolis. Una de las camionetas pertenecía a la división Bomberos y la otra, a la Policía Científica. Las tareas comenzaron de inmediato. Varios policías se arremangaron el uniforme, tomaron el pico y la pala, y comenzaron a cavar. Otros, mientras tanto, se cubrían la boca y la nariz con barbijos blancos. Alrededor, observaban el trabajo la directora de Cementerios Municipales Alicia Belmonte, el secretario de la Fiscalía de Instrucción de la VIII° Nominación, Carlos Bustos Morón, el jefe de la división Homicidios Marcelo Sallas y el hermano de Pamela, Ramón Altamiranda, entre otros.
La orden que había impartido la fiscala Adriana Giannoni consistía en exhumar los restos de tres fosas comunes: las número uno, dos y seis de la fila dos del sector 50. Esas sepulturas rodean a la fosa tres, donde -según los registros del cementerio- debía haber estado enterrado el cuerpo de Pamela. Esa fosa había sido abierta el 30 de mayo, pero ninguno de los restos hallados coincidía con la joven, por eso se tomó la decisión de continuar analizando las sepulturas contiguas.
El trabajo de ayer fue duro y extenso. Nadie podía retirarse hasta que cavaran en su totalidad las tres fosas indicadas, en cada una de las cuales podía haber hasta cuatro cuerpos. Los resultados fueron poco alentadores hasta pasado el mediodía, cuando se escuchó a uno de los policías gritar: “¡doctora, venga!”. El uniformado llamaba a la bioquímica Lidia Moyano, jefa de la Policía Científica, para que observara lo que acababan de encontrar. Era el cráneo que más se asemejaba a Pamela Laime.
“Cualquier evidencia que consideramos importante la apartamos y retiramos muestras. Los restos van a ser trasladados a Buenos Aires para que se haga el perfil genético y se lo compare con el de Pamela”, explicó Moyano. Será Giannoni quien lleve personalmente las muestras, este fin de semana.
El crimen
La joven, oriunda de Garmendia, fue vista por última vez el 16 de octubre de 2000 cuando subió a un colectivo con destino a la capital. Pamela se dirigía a la casa de un matrimonio de médicos, donde trabajaba como empleada doméstica cama adentro. Sin embargo, cuando su mamá (Mercedes Saldaño) comenzó a buscarla, la pareja le respondió que la joven no se había presentado a trabajar y que no sabían nada.
Saldaño denunció la desaparición de su hija. Paralelamente, la Policía encontró el cuerpo de una mujer en la zona de Ticucho, el 17 de octubre de 2000. Ese cadáver fue enterrado como NN, y nadie lo relacionó con la denuncia por la desaparición. En mayo de este año, cuando el comisario retirado Marcial Escobar recordó el hallazgo del cuerpo al conocer el caso de Pamela, se pudo saber que se trataba de la misma persona.
UN CENTENAR DE FOSAS.- De acuerdo con los registros del Cementerio del Norte, Pamela Laime fue sepultada en la fosa 3 del denominado “Cuadro 50”, el 21 de octubre de 2000. En ese sector hay alrededor de 360 sepulturas comunes, con un promedio de cuatro cuerpos en cada una. Hasta 2004, en ese espacio se enterraba a los indigentes, a la gente que no podía pagar un nicho, a los bebés recién nacidos o nonatos y a las personas no identificadas, como fue el caso de Pamela, según explicaron autoridades del camposanto.
ESPACIO INHIBIDO.- El sector donde se realizan las excavaciones fue inhibido por la Justicia Federal en 2004. Por lo tanto, desde entonces no se hicieron inhumaciones ni exhumaciones sin una orden judicial, según señalaron fuentes del cementerio. El juez Federal N° 1 de Tucumán, Daniel Bejas, dictó la medida cautelar ante la sospecha de que en ese sector hayan enterrado a personas desaparecidas durante la dictadura militar.
CUIDADORES.- El “Cuadro 50” es custodiado de manera permanente por un policía Federal. También están los cuidadores de la necrópolis, que recorren el cementerio. A ellos los acompañan siete perros que antes vivían en la calle y fueron adoptados por los empleados. “Antes eran 11, pero los delincuentes que entraban a robar los mataron de un disparo en la cabeza”, relató uno de los serenos.
LAS HIPÓTESIS DE LOS EMPLEADOS.- Un empleado del cementerio, que trabaja como sepulturero, había declarado en la fiscalía que el cuerpo de Pamela Laime debería haber sido removido y tirado en el osario común. Sin embargo, otra empleada manifestó a la fiscala que en la fecha en la que supuestamente enterraron a Pamela, había cuatro fosas abiertas. Son las que abrieron ayer.