La solidaridad llegó más rápido que la obra social para salvar la vida de Felipe

La solidaridad llegó más rápido que la obra social para salvar la vida de Felipe

Alguien hizo un pedido de solidaridad por Facebook y de inmediato se viralizó.

02 Julio 2014

El 6 de febrero, durante las vacaciones, Felipe, que tiene cuatro años, se durmió en su cama y a la mañana siguiente no hubo poder humano que lo despertara. Por más que su mamá, Noelia Álvarez Robles, lo zamarreó para que desayunara, él no se movió. Su esposo se acercó y vio que se había hecho pis, pero seguía sin abrir los ojos. Gimió sin moverse. De inmediato lo llevaron al centro de Balcarce y Santiago, donde estaba su pediatra. Estaba en estado comatoso. Le hicieron una tomografía pensando que podía haberse caído de la cama durante la noche, pero lo descartaron. Le diagnosticaron una encefalitis por virus.

Noelia, que es profesora de Inglés, corrió al Subsidio de Salud. Era necesario hacerle un estudio virológico, pero no lo autorizaron.

Allí comenzó la penuria para Felipe y su familia. Hicieron el estudio en forma particular, que dio negativo. “A los seis días Felipe se despertó y los médicos observaron que tenía el lado derecho paralizado. Le pidieron una resonancia magnética.

“El neurólogo le diagnosticó un tumor cerebral porque veía manchas en las imágenes y nos aconsejó que fuéramos al hospital Garrahan, de Buenos Aires. En el centro pediátrico nos habían dicho que debíamos hacerle rayos en el hospital de Niños. Con mi esposo decidimos ir al Garrahan, pero en el centro trataban de convencernos de que agotáramos todas las instancias en Tucumán. Como ya se habían equivocado en el primer diagnóstico, no quisimos quedarnos y exigimos el papel de derivación; nos lo dieron después de insistir”, relata la mamá.

“En el Garrahan nos dijeron que las imágenes eran de mala calidad, nos confirmaron que no era un tumor, le volvieron a hacer estudios y en 48 horas nos dieron el diagnóstico: ACV isquémico en la protuberancia, donde están los centros del habla, la motricidad y la visión. ¿No se les ocurrió en Tucumán hacerle una coagulación de sangre?”, les preguntaron.

De inmediato le hicieron un tratamiento con anticoagulantes para mejorar la irrigación y un tratamiento de rehabilitación neurológica de alta complejidad e interdisciplinaria.

Lo mejor era el Fleni
“Lo mejor para Felipe era el instituto Fleni, de Buenos Aires, pero el Subsidio de Salud no lo cubre porque no tiene convenio con esa institución. También hicimos un pedido de una silla de rueda postural, pero nos la negaron porque era muy cara. ‘No somos una obra social, sino un instituto de previsión social’, me contestaron”, reclama Noelia con indignación.

La desesperación no daba tiempo a tanta burocracia. Alguien hizo un pedido de solidaridad por Facebook y de inmediato se viralizó.

“Un abogado se enteró, ofreció ayuda y presentamos un recurso de amparo en la Cámara Contencioso Administrativa Sala II; salió en una semana. Así pudimos llegar al Fleni, donde Felipe está internado con mi esposo. Yo me quedo con mis dos hijas pequeñas en Tucumán”, cuenta.

“Hace un mes inicié un expediente para que el Subsidio le cubra una resonancia con contraste y una angiografía digital; recién ahora me entregan la resolución, y solamente porque la apuró una política que me ofreció ayuda. En el Subsidio llegaron a decirme que estábamos encaprichados con el Fleni”, se queja indignada.

Gracias al amparo, lograron el tratamiento en Fleni, pero sólo de 84 días. Allí Felipe tiene apoyo fonoaudiológico, kinesiología, psiconeurología y musicoterapia a la mañana y a la tarde.

“Felipe todavía está allí. No puede hablar, no camina ni toma líquidos, pero se comunica con señas. Le ponen tres autitos y le indican un color. Él lo señala con el dedo mayor de la mano izquierda, que es la única que mueve. En la primera semana ya vimos un cambio increíble. El tratamiento cuesta $ 569.000 por los 84 días, nosotros no podríamos pagarlo. Pero estás ahí y sabés que lo vale”, resume Noelia.

OTROS CASOS

- Necesita un implante coclear para ir a la Universidad.- David S., hijo de un médico, tuvo que recurrir a la justicia para que el Subsidio de Salud le autorice un implante coclear. El tiempo pasaba y el joven no podía ingresar a la Facultad de Medicina , estaba con un alto grado de aislamiento.

- Un niño autista consiguió todo el tratamiento mediante juicio.- Sonia Nani es la mamá de un niño con autismo que necesita hidroterapia y medicación. Por amparo se consiguió las terapias de fonoaudiología, psicología y estipulación temprana, contó el abogado Juan Manuel Posse.

- Con obesidad mórbida.- Sólo un amparo logra una cirugía de manga gástrica para Claudia Caram.

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