Cuando acelera mata

No fue una llave sencilla para Holanda. Luchó el partido, lo sufrió. Tuvo que transpirar la gota gorda y algo más para eliminar a un aguerrido equipo mexicano. Pero pasó, y eso es lo que más importa en estos casos.

Si la “naranja mecánica” no pudo desplegar su fútbol de alto vuelo ni su capacidad goleadora, mucho tuvo que ver el juego mezquino al que apelaron los “aztecas”. Rodearon a Arjen Roben y a Robin van Persie, no le dieron ni un milímetro y a partir de ahí intentaron sacar ventaja ante un rival que en la previa pintaba muy superior. Por ese motivo el primer tiempo pasó sin pena ni gloria. Con Holanda que no encontraba los caminos y México que sólo se iba de mambo con la pierna fuerte. Robben recibió dos patadas en la misma jugada. Rafael Márquez lo “atendió” en la derecha y Héctor Moreno le dio duro en la izquierda. Dos penales -en la misma jugada- tan grandes como el precioso estadio Castelao; pero el juez portugués, Pedro Proenca, durmió feo y privó a Holanda de irse al descanso en ventaja.

Para colmo, en el arranque del complemento, México lo primereó. Giovanni Dos Santos aprovechó un quedo defensivo de Holanda -su punto más flaco- y sacudió la modorra. Gol, 1-0 y a cuidar el campito, dijeron los “aztecas”.

Se replegaron mucho, demasiado. Y Holanda manejó los tiempos y la pelota durante todo el segundo tiempo. Pero siempre chocó con algún obstáculo. Si no era que fallaba en la puntada final, Guillermo Ochoa, el iluminado del día, aparecía para ahogarle el grito. Tapó todo el “1” o, mejor dicho, le apuntaron todas las pelotas al cuerpo. Pero “Memo” tuvo dos minutos fatales. No pudo hacer nada para frenar una bomba de Wesley Sneider, sobre la hora. Ni la gran ejecución de Klaas Jan Huntelaar, quien cambió por gol un penal de Márquez a Robben, en tiempo adicionado.

Holanda está en cuartos porque cuando aceleró fue mucho para México. Ahora... que pase el que sigue. Esta Holanda es cosa seria.