29 Junio 2014
Para los lectores de LA GACETA, “El Principito” es uno de los libros más conmovedores de la historia. “Me provoca mucha nostalgia. La nostalgia de una infancia feliz, siempre al borde de una gran inquietud”, escribió Von Schuizz, en respuesta a la convocatoria “¿Qué te dejó la lectura de ‘El Principito’?” realizada por LA GACETA on line.
“Nos deja mayor madurez, el valor de la sinceridad y de las cosas simples de la vida”, señala “queretaro”. Y para “faaalocoo” es un libro de lectura obligada. “Hay que leerlo cada cinco años. Siempre se le encuentra un enfoque distinto”, aporta Víctor Carrizo.
“Tiene una dualidad única: puede ser un libro de cuentos o un tratado de filosofía. Por eso es mi libro favorito, me ha enseñado a distinguir muchas cosas que al ir creciendo vamos perdiendo, como la capacidad de ver más allá de lo evidente. Lo leo cada año para recordar que ‘lo esencial es invisible a los ojos’”, señala Carmen Delgado de Franco, mamá de 42 años que les lee la novela a sus niños.
“Creo que las personas saben que pueden redescubrir el mundo, pero muchos factores impiden que lo hagan. Es un gran libro. ¿Fábula, novela, cuento?... creo que es un poco de todo”, dijo.
Y Valeria Moreno agrega: “es uno de los mejores libros que han sido publicados. Cuando crecemos nos tomamos tan en serio el papel de adulto que olvidamos que alguna vez fuimos niños”.
Para los lectores de LA GACETA, “El Principito” es uno de los libros más conmovedores de la historia. No sólo por lo que narra, sino también por lo que genera.
“Me provoca mucha nostalgia. La nostalgia de una infancia feliz, siempre al borde de una gran inquietud”, escribió Von Schuizz, en respuesta a la convocatoria “¿Qué te dejó la lectura de ‘El Principito’?” realizada por LA GACETA on line.
Según el lector queretaro, la lectura de esta novela revla cosas hermosas. “Nos deja mayor madurez, el valor de la sinceridad y de las cosas simples de la vida”, señala. Y para faaalocoo es un libro de lectura obligada. “Hay que leerlo cada cinco años. Siempre se le encuentra un enfoque distinto”.
También están aquellos que tienen a “El Principito” como su libro de cabecera desde la niñez. “Tiene una dualidad única: puede ser un libro de cuentos y puede ser también un tratado de filosofía. Por eso es mi libro favorito, me ha enseñado a distinguir muchas cosas que al ir creciendo vamos perdiendo, como la capacidad de ver más allá de lo evidente. Lo leo cada año para recordar que ‘lo esencial es invisible a los ojos’”, señala Carmen Delgado de Franco, una mamá de 42 años que ahora le lee la novela a sus niños.
Según Víctor Carrizo, de 34 años, esta pequeña novela encierra un secreto enorme. “Creo que las personas saben que pueden redescubrir el mundo, pero muchos factores impiden que lo hagan. Me alegra poder haber llegado a tiempo para recordar todas estas viejas cosas que ya casi olvidaba. Es un gran libro. ¿Fábula, novela, cuento?... creo que es un poco de todo”, dijo.
Y Valeria Moreno agrega: “es uno de los mejores libros que han sido publicados. Cuando crecemos nos tomamos tan enserio el papel de ser adulto que en ocasiones nos olvidamos que alguna vez fuimos niños”.
“Nos deja mayor madurez, el valor de la sinceridad y de las cosas simples de la vida”, señala “queretaro”. Y para “faaalocoo” es un libro de lectura obligada. “Hay que leerlo cada cinco años. Siempre se le encuentra un enfoque distinto”, aporta Víctor Carrizo.
“Tiene una dualidad única: puede ser un libro de cuentos o un tratado de filosofía. Por eso es mi libro favorito, me ha enseñado a distinguir muchas cosas que al ir creciendo vamos perdiendo, como la capacidad de ver más allá de lo evidente. Lo leo cada año para recordar que ‘lo esencial es invisible a los ojos’”, señala Carmen Delgado de Franco, mamá de 42 años que les lee la novela a sus niños.
“Creo que las personas saben que pueden redescubrir el mundo, pero muchos factores impiden que lo hagan. Es un gran libro. ¿Fábula, novela, cuento?... creo que es un poco de todo”, dijo.
Y Valeria Moreno agrega: “es uno de los mejores libros que han sido publicados. Cuando crecemos nos tomamos tan en serio el papel de adulto que olvidamos que alguna vez fuimos niños”.
Para los lectores de LA GACETA, “El Principito” es uno de los libros más conmovedores de la historia. No sólo por lo que narra, sino también por lo que genera.
“Me provoca mucha nostalgia. La nostalgia de una infancia feliz, siempre al borde de una gran inquietud”, escribió Von Schuizz, en respuesta a la convocatoria “¿Qué te dejó la lectura de ‘El Principito’?” realizada por LA GACETA on line.
Según el lector queretaro, la lectura de esta novela revla cosas hermosas. “Nos deja mayor madurez, el valor de la sinceridad y de las cosas simples de la vida”, señala. Y para faaalocoo es un libro de lectura obligada. “Hay que leerlo cada cinco años. Siempre se le encuentra un enfoque distinto”.
También están aquellos que tienen a “El Principito” como su libro de cabecera desde la niñez. “Tiene una dualidad única: puede ser un libro de cuentos y puede ser también un tratado de filosofía. Por eso es mi libro favorito, me ha enseñado a distinguir muchas cosas que al ir creciendo vamos perdiendo, como la capacidad de ver más allá de lo evidente. Lo leo cada año para recordar que ‘lo esencial es invisible a los ojos’”, señala Carmen Delgado de Franco, una mamá de 42 años que ahora le lee la novela a sus niños.
Según Víctor Carrizo, de 34 años, esta pequeña novela encierra un secreto enorme. “Creo que las personas saben que pueden redescubrir el mundo, pero muchos factores impiden que lo hagan. Me alegra poder haber llegado a tiempo para recordar todas estas viejas cosas que ya casi olvidaba. Es un gran libro. ¿Fábula, novela, cuento?... creo que es un poco de todo”, dijo.
Y Valeria Moreno agrega: “es uno de los mejores libros que han sido publicados. Cuando crecemos nos tomamos tan enserio el papel de ser adulto que en ocasiones nos olvidamos que alguna vez fuimos niños”.
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