28 Junio 2014
fotos télam y dyn
No era un partido cualquiera. Nigeria daba pelea. La Argentina lo ganaba ajustadamente y a los 70 minutos del encuentro se produce una suerte de quiebre a tanta tensión. Ezequiel “Pocho” Lavezzi fue a refrescarse a un costado del estadio Beira Río, de Porto Alegre. Un nervioso Alejandro Sabella le daba instrucciones al delantero que lo sorprendió arrojándole un chorro de agua. La acción no pasó de ser una humorada, pero esta semana fue el centro de los comentarios en los bares y en las oficinas. En estas últimas, por ejemplo, las conjeturas eran múltiples. ¿Cómo reaccionaría mi jefe si le hiciera este tipo de bromas? ¿Dejaría pasar un episodio de estas características y no sancionarlo? ¿Un jefe actuaría con tanta displicencia frente a esa actitud de un empleado? ¿Se rompieron códigos de respeto? “Fue una broma, ja”, respondió el propio Lavezzi cuando se le consultó acerca de la humorada, cuando el partido ya había concluido en favor del Seleccionado Nacional. El objetivo estaba cumplido.
El punto de partida que permitirá establecer si hubo una falta de respeto a la jerarquía está dada por las culturas organizacionales, indica a LA GACETA Paula Molinari, directora del HR Executive Program de la Universidad Torcuato Di Tella. La también presidenta de la consultora Whalecom sostiene que tal vez la cercanía entre el DT y los jugadores es tal que va mucho más allá de las cuestiones jerárquicas, como suele suceder con la pirámide directiva en las empresas. “Hay culturas en las organizaciones donde, por ejemplo, los altos directivos suelen disfrazarse en las fiestas de fin de año, para mostrar su lado más humano, pero también hay otras en la que este tipo de conductas pueden ser impensadas”, explica.
Que Lavezzi le haya faltado el respeto o no a Sabella, dice Molinari, dependerá del modelo mental de las personas y de las organizaciones. A partir de entonces surgen las distintas interpretaciones sobre si estuvo bien o si su accionar fue el errado.
“El humor siempre salva; si no le damos espacios en nuestras vidas es porque los inseguros somos nosotros”, indica por su parte Julio Bresso, director de Bresso Consultoría y Management. Según el especialista en Recursos Humanos y Desarrollo de estructuras organizacionales, puede ser que por televisión, los argentinos y el resto del mundo hayan visto la punta del iceberg, ya que en la intimidad de la concentración las conductas pueden ser similares, con el fin de sacarse las tensiones y unir a un equipo de alto rendimiento. “No se puede hacer un juicio por una sola acción; hay que tener en cuenta el contexto, en lo que lo central es la relación entre el jefe y sus empleados”, acota Bresso.
En todo caso, plantea, todo lo relacionado con el liderazgo de Sabella estará dado por la seguridad que él pone en sus decisiones, en pos de unir al grupo. “Muchos creen que perdió autoridad cuando Messi le dijo que quería ver a una Selección con tres delanteros. En realidad, el DT ha demostrado que tiene capacidad de escuchar a sus empleados y de redefinir metas en pos del logro del conjunto”, dijo.
El consultor cree que en la Selección de Fútbol, como en las relaciones laborales, juegan muchos los roles de los empleados. “Me parece que hubo alguien que trató de llevar frescura en un momento de tensión importante para el grupo y tal vez ese es el rol de Lavezzi, como lo hemos visto ya cuando se sentó en el sillón del Papa Francisco”, argumenta. En cierta medida, el “loco” relaja al equipo en lo psicológico, como Messi da seguridad con su presencia o como Sergio Romero cumplió su rol de atajar todo lo que le tiran, sostiene. En definitiva, dice Bresso, más falta de respeto es cuando un empleado no cumple los objetivos que le trazan o cuando se quedó dormido, no fue al trabajo, y encima da parte de enfermo sin estarlo. Y eso realmente no es broma.
ROL DE MANAGER
El DT debe gestionar capacidades y objetivos
Un manager debe gestionar capacidades e intereses en pos del logro de un equipo. Con esta afirmación, Guillermo Occhipinti, director de la consultora Dux habló acerca de la humorada de Ezequiel Lavezzi a Alejandro Sabella. “Su metodo de escucha no fue tradicional (hizo un chiste y no miró al jefe a los ojos), pero en la medida que cumpla con su misión de equipo, el tema no tendría tanta trascendencia”, advierte el consultor. ¿Qué aconsejaría?, se le preguntó. “Tener una charla empática para que el jugador (colaborador) entienda los riesgos y alcances de su conducta (hay público)”. ¿Qué pasa si el manager le parece que eso es poco porque le faltó el respeto y merece una sanción mas fuerte? “Ese manager no maneja bien su ego; valora más eso que el logro. Y se equivoca. Él tiene que gestionar capacidades, fijar reglas para el logro (los métodos participativos consultivos consumen tiempo, pero rinden más)”, indica. “Hay manager -y no es el caso de Sabella- que dan mensajes desde el altar moral, como si fuesen Jesús. Esos a lo máximo que pueden aspirar es a ser un buen Pedro. Con sus más y sus menos”, finaliza.
COACH COMO LÍDER
Puertas adentro, sí; en el campo de batalla, no
A partir del hecho observado en el partido con Nigeria, la pregunta que subyace es si el rol del líder es el de un amigo o es alguien que puede cultivar una relación de confianza. “La primera impresión que me llevé con la conducta de Lavezzi frente a su DT es que, en esas circunstancias, el coach no es parte del equipo, y tiene que analizar todo desde afuera”, dice a LA GACETA Horacio Cortese, director de NEXI Consultores. Según el coach ontológico empresarial, el entrenador es el que fija las reglas de juego (del trato) y, personalmente, creo que las bromas como las de Lavezzi pueden ser permitadas puertas adentro de la concentración como un modo de preservar el buen clima del equipo, pero no en el campo de batalla”. A Cortese, Alejandro Sabella no le inspira una imagen de solvencia o de seguridad, como en algún momento la mostró Diego Maradona cuando dirigió a la Selección, cuya historia futbolística inspira al resto de los jugadores. Tal vez el nuevo DT de la Selección Nacional sea presa del temor escénico de este tipo de competiciones. Claro que en la definición, advierte, se mezcla el coach con el hincha de fútbol.
QUÉ SE COMUNICA
El juego de las personalidades y las conductas particulares
Según Daniel Valli, CEO de Mora y Araujo Consultoría, a las cosas no hay que sacarla del contexto donde se realizan. “El punto de partida es interpretar quiénes son los protagonistas de estas acciones: Lavezzi, que es un jugador que ha mostrado permanentemente un buen carácter y alegre, y un DT (Sabella) que sabe de quién se trata”, observa el experto en comunicación en crisis. A partir de eso, no hay que admitir otro tipo de interpretación que la misma humorada, porque si fuera otro jugador podría pensarse que el hecho de arrojarle un chorro de agua al director técnico estuviera relacionado con un enojo o con una acción de rebeldía. “En este caso, Lavezzi vio tan tenso a Sabella que quiso rebajar esas tensiones, sin que ello implique atentar contra el liderazgo de Sabella”, puntualiza. El consultor indica que es difícil erradicar ese tipo de hechos de Lavezzi, porque la transgresión forma parte de su ADN, en un equipo al que históricamente vimos muy tensionado, presionado por el logro de objetivos. “Tal vez en las empresas sea distinto, pero aquí son solo futbolistas”, finaliza.
CARUSSO LOMBARDI
Cómo reaccionaría otro técnico ante la broma
Ricardo Caruso Lombardi afirmó que no aceptaría una falta de respeto, como la de Ezequiel Lavezzi, si él fuera el director técnico del Seleccionado argentino. “A mí me dicen que Lavezzi es así, pero qué querés que te diga. Si Nigeria no empataba, ya no va a ser gracioso, me parece que es un momento difícil para el técnico, más allá de que sea chistoso”, dijo en diálogo con Radio América.
“Hay que tener un poco más de respeto, si no hay que darle un coscorrón, más en el momento en que está”, se indignó el DT. Además, se mostró duro con ese tipo de comportamientos: “si se llenan la boca hablando de Alejandro, lo tienen que respetar en las declaraciones, en estos gestos”, reproduce el sitio en internet de Infonews.com.
Según Carusso Lombardi, lo que hizo el jugador del París Saint Germain es desautorizar a Sabella. “Yo no sé si no lo saco. Cuando terminaba de tirarme el agua, lo saco. Hay cosas que no se hacen”, argumentó. Y, finalmente, el polémico entrenador aseguró: “yo lo del agua no se lo acepto ni a Messi ni a Pelé”.
El punto de partida que permitirá establecer si hubo una falta de respeto a la jerarquía está dada por las culturas organizacionales, indica a LA GACETA Paula Molinari, directora del HR Executive Program de la Universidad Torcuato Di Tella. La también presidenta de la consultora Whalecom sostiene que tal vez la cercanía entre el DT y los jugadores es tal que va mucho más allá de las cuestiones jerárquicas, como suele suceder con la pirámide directiva en las empresas. “Hay culturas en las organizaciones donde, por ejemplo, los altos directivos suelen disfrazarse en las fiestas de fin de año, para mostrar su lado más humano, pero también hay otras en la que este tipo de conductas pueden ser impensadas”, explica.
Que Lavezzi le haya faltado el respeto o no a Sabella, dice Molinari, dependerá del modelo mental de las personas y de las organizaciones. A partir de entonces surgen las distintas interpretaciones sobre si estuvo bien o si su accionar fue el errado.
“El humor siempre salva; si no le damos espacios en nuestras vidas es porque los inseguros somos nosotros”, indica por su parte Julio Bresso, director de Bresso Consultoría y Management. Según el especialista en Recursos Humanos y Desarrollo de estructuras organizacionales, puede ser que por televisión, los argentinos y el resto del mundo hayan visto la punta del iceberg, ya que en la intimidad de la concentración las conductas pueden ser similares, con el fin de sacarse las tensiones y unir a un equipo de alto rendimiento. “No se puede hacer un juicio por una sola acción; hay que tener en cuenta el contexto, en lo que lo central es la relación entre el jefe y sus empleados”, acota Bresso.
En todo caso, plantea, todo lo relacionado con el liderazgo de Sabella estará dado por la seguridad que él pone en sus decisiones, en pos de unir al grupo. “Muchos creen que perdió autoridad cuando Messi le dijo que quería ver a una Selección con tres delanteros. En realidad, el DT ha demostrado que tiene capacidad de escuchar a sus empleados y de redefinir metas en pos del logro del conjunto”, dijo.
El consultor cree que en la Selección de Fútbol, como en las relaciones laborales, juegan muchos los roles de los empleados. “Me parece que hubo alguien que trató de llevar frescura en un momento de tensión importante para el grupo y tal vez ese es el rol de Lavezzi, como lo hemos visto ya cuando se sentó en el sillón del Papa Francisco”, argumenta. En cierta medida, el “loco” relaja al equipo en lo psicológico, como Messi da seguridad con su presencia o como Sergio Romero cumplió su rol de atajar todo lo que le tiran, sostiene. En definitiva, dice Bresso, más falta de respeto es cuando un empleado no cumple los objetivos que le trazan o cuando se quedó dormido, no fue al trabajo, y encima da parte de enfermo sin estarlo. Y eso realmente no es broma.
ROL DE MANAGER
El DT debe gestionar capacidades y objetivos
Un manager debe gestionar capacidades e intereses en pos del logro de un equipo. Con esta afirmación, Guillermo Occhipinti, director de la consultora Dux habló acerca de la humorada de Ezequiel Lavezzi a Alejandro Sabella. “Su metodo de escucha no fue tradicional (hizo un chiste y no miró al jefe a los ojos), pero en la medida que cumpla con su misión de equipo, el tema no tendría tanta trascendencia”, advierte el consultor. ¿Qué aconsejaría?, se le preguntó. “Tener una charla empática para que el jugador (colaborador) entienda los riesgos y alcances de su conducta (hay público)”. ¿Qué pasa si el manager le parece que eso es poco porque le faltó el respeto y merece una sanción mas fuerte? “Ese manager no maneja bien su ego; valora más eso que el logro. Y se equivoca. Él tiene que gestionar capacidades, fijar reglas para el logro (los métodos participativos consultivos consumen tiempo, pero rinden más)”, indica. “Hay manager -y no es el caso de Sabella- que dan mensajes desde el altar moral, como si fuesen Jesús. Esos a lo máximo que pueden aspirar es a ser un buen Pedro. Con sus más y sus menos”, finaliza.
COACH COMO LÍDER
Puertas adentro, sí; en el campo de batalla, no
A partir del hecho observado en el partido con Nigeria, la pregunta que subyace es si el rol del líder es el de un amigo o es alguien que puede cultivar una relación de confianza. “La primera impresión que me llevé con la conducta de Lavezzi frente a su DT es que, en esas circunstancias, el coach no es parte del equipo, y tiene que analizar todo desde afuera”, dice a LA GACETA Horacio Cortese, director de NEXI Consultores. Según el coach ontológico empresarial, el entrenador es el que fija las reglas de juego (del trato) y, personalmente, creo que las bromas como las de Lavezzi pueden ser permitadas puertas adentro de la concentración como un modo de preservar el buen clima del equipo, pero no en el campo de batalla”. A Cortese, Alejandro Sabella no le inspira una imagen de solvencia o de seguridad, como en algún momento la mostró Diego Maradona cuando dirigió a la Selección, cuya historia futbolística inspira al resto de los jugadores. Tal vez el nuevo DT de la Selección Nacional sea presa del temor escénico de este tipo de competiciones. Claro que en la definición, advierte, se mezcla el coach con el hincha de fútbol.
QUÉ SE COMUNICA
El juego de las personalidades y las conductas particulares
Según Daniel Valli, CEO de Mora y Araujo Consultoría, a las cosas no hay que sacarla del contexto donde se realizan. “El punto de partida es interpretar quiénes son los protagonistas de estas acciones: Lavezzi, que es un jugador que ha mostrado permanentemente un buen carácter y alegre, y un DT (Sabella) que sabe de quién se trata”, observa el experto en comunicación en crisis. A partir de eso, no hay que admitir otro tipo de interpretación que la misma humorada, porque si fuera otro jugador podría pensarse que el hecho de arrojarle un chorro de agua al director técnico estuviera relacionado con un enojo o con una acción de rebeldía. “En este caso, Lavezzi vio tan tenso a Sabella que quiso rebajar esas tensiones, sin que ello implique atentar contra el liderazgo de Sabella”, puntualiza. El consultor indica que es difícil erradicar ese tipo de hechos de Lavezzi, porque la transgresión forma parte de su ADN, en un equipo al que históricamente vimos muy tensionado, presionado por el logro de objetivos. “Tal vez en las empresas sea distinto, pero aquí son solo futbolistas”, finaliza.
CARUSSO LOMBARDI
Cómo reaccionaría otro técnico ante la broma
Ricardo Caruso Lombardi afirmó que no aceptaría una falta de respeto, como la de Ezequiel Lavezzi, si él fuera el director técnico del Seleccionado argentino. “A mí me dicen que Lavezzi es así, pero qué querés que te diga. Si Nigeria no empataba, ya no va a ser gracioso, me parece que es un momento difícil para el técnico, más allá de que sea chistoso”, dijo en diálogo con Radio América.
“Hay que tener un poco más de respeto, si no hay que darle un coscorrón, más en el momento en que está”, se indignó el DT. Además, se mostró duro con ese tipo de comportamientos: “si se llenan la boca hablando de Alejandro, lo tienen que respetar en las declaraciones, en estos gestos”, reproduce el sitio en internet de Infonews.com.
Según Carusso Lombardi, lo que hizo el jugador del París Saint Germain es desautorizar a Sabella. “Yo no sé si no lo saco. Cuando terminaba de tirarme el agua, lo saco. Hay cosas que no se hacen”, argumentó. Y, finalmente, el polémico entrenador aseguró: “yo lo del agua no se lo acepto ni a Messi ni a Pelé”.