Chicos del Hogar Escuela de Salta armaron su propia hinchada para el partido de Argentina

Chicos del Hogar Escuela de Salta armaron su propia hinchada para el partido de Argentina

Con banderas y rostros pintados, alentaron a la Selección, en el cine de la escuela-albergue, durante el partido contra Nigeria.

26 Junio 2014
SALTA.- Cientos de chicos salteños viven y se educan en el Hogar Escuela de Salta. En esa antigua casa donde muchos padres optaron por alojar a sus chicos para darles una educación digna y tener la tranquilidad de que están cuidados mientras ellos trabajan, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) instaló una sala para proyecciones cinematográficas.

El lugar se convirtió en un nuevo espacio para que el público vea séptimo arte pero también una sala que también disfrutan los propios alumnos. Ayer, mientras el país se paralizaba por el partido de Argentina contra Nigeria en el Mundial Brasil 2014, los alumnos de la escuela albergue salteña abrieron las puertas de la sala para vivir el encuentro deportivo de una manera diferente.

Todos los argentinos vivimos el encuentro deportivo con nerviosismo, adrenalina y felicidad, pero para los alumnos del Hogar Escuela fue una ocasión verdaderamente especial, no porque suspendieron sus clases sino porque armaron su propia hinchada dentro de la escuela. Rostros con los colores de la selección, banderas flameando por toda la sala, y un partido que mantuvo entusiastas a niños y docentes fueron el reflejo de que está bueno hacer un paréntesis y divertirse.

Para muchos de ellos fue una experiencia nueva porque todos son alumnos de primaria que nunca vivieron un mundial o eran muy chicos en el campeonato 2010, pudieron ver a un Messi meter un gol para la selección, y a una ferviente hinchada argentino que alentó a su equipo a viva voz durante los 90 minutos de partido. Todo esto con el valor agregado de estar juntos, de ponerse los colores de la camiseta y de sentir que las realidades sociales y personales pueden ser diferentes pero que hacen una causa común cuando se trata de aferrarse a una ilusión compartida.

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