La literatura como una puerta para acceder a otros mundos

La literatura como una puerta para acceder a otros mundos

María Marta Lobo, autora de “Un pequeño militante del PO”, habla de los procesos creativos. Talleres

SIN IMPERATIVOS. Leer y escribir son espacios de placer, dice la escritora.  la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso SIN IMPERATIVOS. Leer y escribir son espacios de placer, dice la escritora. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
26 Junio 2014
Suele reivindicar el francés Daniel Pennac- experto en pedagogía de la lectura si los hay -el derecho a no leer, porque defiende a la lectura como un ejercicio de libertad. Es más o menos lo mismo que responde María Marta Lobo, cuando se le pregunta qué se pierde una persona que no lee. “No me parece que yo deba decirle a alguien, de modo imperativo, qué es lo que se pierde esa persona: cada uno encuentra plenitud en distintos lugares. Sí puedo decir que a mí la literatura me da la posibilidad de ver a través de una página mundos a los que yo no accedía. Yo he pasado, y paso, momentos increíbles leyendo otros mundos; si no hubiese sido por la literatura, habría creído que la vida es sólo lo que uno experimenta”.

Pero no sólo la lectura. Docente en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UNT, María Marta ha publicado este año su primer libro, bajo el sello de Pirani, una editorial porteña que le ha permitido, asegura, vivir el proceso de edición con tanta intensidad como ha vivido la escritura.

Es un libro de relatos, entre los que está el que le da el título al volumen. “Un pequeño militante del PO es el diálogo entre una abuela y la nieta en el jardín. La abuela le pide a la nieta que la ayude a morir. Hay unas bandadas de pájaros que andan por el jardín, y a una la bautizó como “red solidaria” y a la otra como “un pequeño militante del PO”, cuenta la escritora.

¿Qué universos narra? “Parto de personajes que me resultan muy cercanos, de historias muy distintas entre sí; pero todo está atravesado por la familia como espacio en el que transcurren cosas. Más que de temática, yo prefiero hablar de sensibilidades. Yo lo definiría como una sensibilidad frágil, para tratar de transmitir este universo humano. “La literatura frágil - continúa- está llena de gente que la pasa mal por el hijo que no puede tener, por el padre o la madre que difícilmente pueden ejercer esos roles, por la persona con la que duermen, por la enorme dificultad de definirse en este mundo...”.

María Marta cuenta que aunque siempre había escrito ficción nunca había participado en talleres literarios. Tanto la lectura como la escritura eran vividos por ella como algo íntimo. “Estaba escribiendo escritura, digamos “académica”, y de pronto vi que, si quería escribir ficción, necesitaba sistematizar códigos. Y así fue como empecé a buscar “padrinos” a distancia; primero tomé contacto con Samanta Schweblin y luego con Maximiliano Tomás. Con el apoyo de Silvina Fénik empezamos con los talleres que él coordinó. Después, en ese mismo espacio estuvo también Juan Terranova, que fue el que me empujó a publicar ‘Un pequeño militante del PO’ ”, afirma.

Ese taller de narrativa continúa, en el mismo lugar, con talleristas de edades diversas (los lunes, a las 21).

- ¿Qué busca la gente que acude a un taller de narrativa?

- Cada uno busca cosas diferentes, imagino. Pero yo veo ahí las nuevas voces de Tucumán. Se produce mucho: género épico, fantástico, comic; y entre la diversidad, exhiben el injerto de esta generación con la señal de ser “del interior”, sin que ello signifique una literatura localista. Con la impronta de la búsqueda de la identidad. Ahora, el 6 de agosto, arrancamos con un seminario de lectura crítica, también en el Virla. Los miércoles de 20 a 22, propiciaremos conversaciones entre la literatura de Alice Munro (Nobel de Literatura) y la bengalí Jhumpa Lahiri (ganadora de un Pulitzer). Se trata de disfrutar de los textos, compartiéndolos. La idea es seguir con otros autores.

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