El honor intacto

Por Mariana Segura 24 Junio 2014

Queda claro que el de ayer era el partido que España no hubiera querido jugar nunca: el último del grupo, de su Mundial, y sólo para cumplir. Sin embargo fue el duelo en el que por fin apareció.

El “más vale tarde que nunca” le calza al actual campeón, que no olvidará el dolor de no poder defender su corona y haber quedado fuera tan de repente, pero que al menos volará de regreso a casa con una sonrisa. Ganó el partido del honor y no quedó último en su zona. El choque de eliminados ante Australia terminó siendo el del destape español, porque si bien el equipo no brilló, sí dictó sentencia: 3-0. La tarde de “la furia” tampoco fue una más, si se tiene en cuenta que quien abrió el camino a esta especie de redención fue David Villa, el delantero que entró a jugar sabiendo que no sólo le estaba diciendo adiós a Brasil, sino también de la Selección. Pedazo de despedida se mandó el “Guaje”. Su gol fue una delicia: esperó en el área chica como todo enamorado de redes y mandó a guardar un centro a la carrera, de taco. Los aplausos del momento durarán por siempre, porque así Villa llegó a nueve gritos en Mundiales, y no hay en España otro jugador con tantos goles en la máxima cita. Hizo historia David.

Fernando Torres y Juan Mata también regalaron festejos, que llegaron un poco tarde para la clasificación, pero que igualmente fueron bienvenidos.