La casa está en orden

Se podría decir que la F-1 volvió a la normalidad ya que las “Flechas de Plata” de Mercedes dominaron otra vez con un contundente doblete en el regreso de la “máxima” a Austria. Así, la casa alemana demostró que lo sucedido en el anterior GP de Canadá fue sólo un traspié y que sus autos están de nuevo en condiciones de mantenerse como la referencia en manos del alemán Nico Rosberg y del inglés Lewis Hamilton.

La octava cita del año, realizada en una pista que la categoría no visitaba desde 2003, fue beneficiosa para Rosberg, que logró su tercer éxito del presente ejercicio y se afianzó al frente del certamen pese al segundo lugar de Hamilton. El germano largó desde el tercer puesto detrás de los Williams del brasileño Felipe Massa, el poleman del fin de semana, y del finlandés Valtteri Bottas. Hamilton partió noveno por un error en la clasificación, pero ya en la primera vuelta se colocó cuarto.

La eficacia de Mercedes al momento de hacer los cambios de neumáticos fue clave para que Rosberg y Hamilton superasen a los pilotos del equipo de Grove y se fueran derecho al sexto “1-2” del año. Cerca del final sacaron una apreciable ventaja sobre Bottas, que se afianzó en la tercera posición; pero esta vez no hubo lucha por la victoria entre los compañeros y cualquier expectativa de que eso sucediera quedó desechada con un mensaje que llegó desde el box: “estrategia seis hasta el final”, que se podría interpretar como una orden para mantener las posiciones ya que en las últimas vueltas ninguno de los dos cambió el ritmo y ambos cruzaron la meta separados por un par de segundos.

“No fue una carrera fácil ya que tuve que estar atento a muchos parámetros”, se sinceró Rosberg, que estiró a 29 su diferencia sobre su coequiper.

Para Williams, el 3-4 de Bottas y Massa, es una buena señal como para aspirar a conseguir mejores resultados. La otra cara de la moneda fue Red Bull, un anfitrión con pobre cosecha.