Por Mariana Segura
22 Junio 2014
POCO Y NADA. Higuaín no pesó y sólo tuvo una jugada clara en más de 70’.
¿Y los cuatro fantásticos? Qué pregunta... Ayer contra Irán Lionel Messi, Gonzalo Higuaín, Sergio Agüero y Ángel Di María fueron sólo cuatro. Nada de fantásticos, ni maravillosos. Aunque bien valga un paréntesis gigante para “Leo” y su capacidad sobrenatural para sacar de la galera tremendo golazo. Sobre la hora encima, como para que su gloria fuera aún más espectacular.
Sin embargo, que el descargo llegara a los 91’ dice bastante, para mal claro. ¿Qué pasó antes? En los pies del cuarteto casi nada. Durante el primer tiempo las más claras llegaron desde los córners, pero arriba no encontraron a las figuras sino a Marcos Rojo, Federico Fernández, Ezequiel Garay... Sí, los defensores fueron los dueños del peligro. Eso lo dice todo.
Higuaín y Agüero debieron conformarse con un tiro al arco durante los 76’ que jugaron. Fueron claros, pero a los dos Alireza Haghighi les cerró el arco. Igual, fue muy poquito de su parte, mucho más luego de tanto rogarle a Alejandro Sabella poner de entrada a los cuatro temibles.
“Kun” y “Pipita” les dejaron su lugar a Rodrigo Palacio y Ezequiel Lavezzi para que probaran suerte justo cuando a la Selección el reloj le pesaba en la nuca, para ganar como sea un partido que de entrada exigió goleada. Claros signos de su mala tarde. Bajo la lupa no sale tan perjudicado “Fideo”, que pese a pasarse de revoluciones seguido, al menos se mostró. A “Angelito”, como a Messi, los números y la calculadora al menos avalaron sus intenciones: de los cuatro fueron los que más buscaron desnivelar.
Claro que la culpa de que el sueño de golear casi terminara en pesadilla fue también del rival y su plan de no pasar la mitad (aunque metió mucho medio con un par de contras). ¡Irán y todo su pueblo se metió atrás! Aunque nadie atinó a hacer algo cuando el genio Messi se desperezó y frotó la lámpara. A él -como a la magia ya la tiene incorporada- le bastó con “nada” para sacar un zurdazo que valió un pasaje a octavos, sin escalas.
Sin embargo, que el descargo llegara a los 91’ dice bastante, para mal claro. ¿Qué pasó antes? En los pies del cuarteto casi nada. Durante el primer tiempo las más claras llegaron desde los córners, pero arriba no encontraron a las figuras sino a Marcos Rojo, Federico Fernández, Ezequiel Garay... Sí, los defensores fueron los dueños del peligro. Eso lo dice todo.
Higuaín y Agüero debieron conformarse con un tiro al arco durante los 76’ que jugaron. Fueron claros, pero a los dos Alireza Haghighi les cerró el arco. Igual, fue muy poquito de su parte, mucho más luego de tanto rogarle a Alejandro Sabella poner de entrada a los cuatro temibles.
“Kun” y “Pipita” les dejaron su lugar a Rodrigo Palacio y Ezequiel Lavezzi para que probaran suerte justo cuando a la Selección el reloj le pesaba en la nuca, para ganar como sea un partido que de entrada exigió goleada. Claros signos de su mala tarde. Bajo la lupa no sale tan perjudicado “Fideo”, que pese a pasarse de revoluciones seguido, al menos se mostró. A “Angelito”, como a Messi, los números y la calculadora al menos avalaron sus intenciones: de los cuatro fueron los que más buscaron desnivelar.
Claro que la culpa de que el sueño de golear casi terminara en pesadilla fue también del rival y su plan de no pasar la mitad (aunque metió mucho medio con un par de contras). ¡Irán y todo su pueblo se metió atrás! Aunque nadie atinó a hacer algo cuando el genio Messi se desperezó y frotó la lámpara. A él -como a la magia ya la tiene incorporada- le bastó con “nada” para sacar un zurdazo que valió un pasaje a octavos, sin escalas.
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