21 Junio 2014
EMOCIÓN. Hajrovic y Salihovic festejan el 1-2 de Ibisevic ante la Selección. reuters
RÍO DE JANEIRO.- Bosnia-Herzegovina se ganó elogios por su actuación valiente ante la Argentina de Lionel Messi pese a perder 2-1, pero hoy tendrá que convertir el buen juego en puntos al disputar frente a Nigeria su segundo partido en el Mundial de Brasil, desde las 19. El equipo balcánico da por hecho que Argentina se clasificará como primera del grupo F y afronta ahora dos cruces decisivos ante Nigeria, hoy Cuiaba, y ante Irán el miércoles en Salvador, dos rivales que empataron entre sí el primer partido y tienen un punto cada uno.
“Les dije a mis jugadores que (Argentina) no era el partido clave. Podíamos hacer frente a una derrota ajustada”, explicó el técnico Safet Susic. “Nuestros rivales por el segundo puesto son Irán y Nigeria”. Y los europeos parten como favoritos para lograr el objetivo. Nigeria lleva nueve partidos sin ganar en un Mundial y su última victoria se remonta a 1998. También Irán ganó por última vez ese año y suma desde entonces seis encuentros sin triunfos.
Los argumentos ofensivos de un equipo que marcó 30 goles en la clasificación al Mundial se concentran en Edin Dzeko, de Manchester City, en Vedad Ibisevic, que ante Argentina marcó el primer gol de su país en un Mundial, y en Sejad Salihovic, que regresa de una lesión. “Tenemos que seguir así. De ese modo tendremos una posibilidad frente a Irán y a Nigeria”, confió Salihovic. En la concentración se respira también el orgullo de un grupo que representa a un país marcado por una guerra todavía demasiado reciente y una compleja diversidad étnica. “Nuestro país está unido”, destacó el capitán Emir Spahic. “La selección nacional logró ser querida en todos los territorios, incluso en algunas regiones que no parecían favorables”.
Una atmósfera muy diferente vive Nigeria. Líderes del vestuario como el capitán Joseph Kono o la estrella del Chelsea John Obi Mikel se enfrentaron con la federación por las primas antes del certamen y la prensa local criticó sin piedad al técnico Stephen Keshi tras el debut con Irán. “Hay que mirar hacia adelante”, pidió Keshi tras el empate con los asiáticos. (DPA)
“Les dije a mis jugadores que (Argentina) no era el partido clave. Podíamos hacer frente a una derrota ajustada”, explicó el técnico Safet Susic. “Nuestros rivales por el segundo puesto son Irán y Nigeria”. Y los europeos parten como favoritos para lograr el objetivo. Nigeria lleva nueve partidos sin ganar en un Mundial y su última victoria se remonta a 1998. También Irán ganó por última vez ese año y suma desde entonces seis encuentros sin triunfos.
Los argumentos ofensivos de un equipo que marcó 30 goles en la clasificación al Mundial se concentran en Edin Dzeko, de Manchester City, en Vedad Ibisevic, que ante Argentina marcó el primer gol de su país en un Mundial, y en Sejad Salihovic, que regresa de una lesión. “Tenemos que seguir así. De ese modo tendremos una posibilidad frente a Irán y a Nigeria”, confió Salihovic. En la concentración se respira también el orgullo de un grupo que representa a un país marcado por una guerra todavía demasiado reciente y una compleja diversidad étnica. “Nuestro país está unido”, destacó el capitán Emir Spahic. “La selección nacional logró ser querida en todos los territorios, incluso en algunas regiones que no parecían favorables”.
Una atmósfera muy diferente vive Nigeria. Líderes del vestuario como el capitán Joseph Kono o la estrella del Chelsea John Obi Mikel se enfrentaron con la federación por las primas antes del certamen y la prensa local criticó sin piedad al técnico Stephen Keshi tras el debut con Irán. “Hay que mirar hacia adelante”, pidió Keshi tras el empate con los asiáticos. (DPA)
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