19 Junio 2014
La mayoría de los agentes económicos se preguntan cuál sería el escenario si la Argentina ingresa a un default técnico. Según el director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa), Daniel Abad, para contestar aquellos interrogantes no hay que perder de vista los siguientes factores:
Si la gestión de la presidenta Cristina Fernández continúa en la senda del incremento del gasto público, es posible que el déficit fiscal se dispare. Después del pago de intereses sin un ajuste (merma de subsidios a los que no lo necesitan), habría que seguir financiándolo con emisión monetaria, advierte.
Con un escenario tan adverso como el que se le presenta en la actualidad al Gobierno, la idea de volver a los mercados internacionales de crédito para conseguir dólares que apuntalen las reservas y garanticen la base monetaria se esfumó en el corto plazo. Eso generaría más inflación, dice Abad.
Otra de las consecuencias ante un eventual escenario de default técnico del país estaría dado por la oferta del mercado financiero para la población. “Se resentiría el crédito doméstico porque la gente esta huyendo del plazo fijo para volcarse al dólar por temor a lo que pueda pasar”, indica el titular de Cesnoa.
Quedaría muy lejos la llegada de inversiones, ya que al cepo cambiario para repatriar utilidades se le suma la desconfianza por un probable default, indica el experto. Así, se resentiría aún más la actividad económica, ya que una mayor inflación haría caer el salario real junto con la disminución del crédito.
Habría menos importaciones para cuidar reservas, lo que aparejaría falta de insumos, con efecto en las cadenas de producción. Esto, según Abad, provocaría suspensiones laborales y menor empleo con creciente conflictividad social. “Lo único que no se pueden evitar en economía son las consecuencias”, indica.
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