Raza pura e indomable

Raza pura e indomable

Vidal, un jugador “para ir a la guerra”

POR LA “ROJA”, TODO. Vidal fue operado de la rodilla, pero trabajó 12 horas por día para llegar en condiciones. POR LA “ROJA”, TODO. Vidal fue operado de la rodilla, pero trabajó 12 horas por día para llegar en condiciones.
17 Junio 2014

Por Rodolfo Chisleanche, DPA

BELO HORIZONTE. - Ante Australia no pudo ser el de siempre y eso le molestó. Iban 60 minutos de partido y Chile ganaba 2-1. Arturo Vidal miró el cartel que indicaba su número con fastidio y llegó al banco de suplentes tirando patadas al aire y estrellando una botella de agua mineral contra el suelo. Así, contrariado, cuando en realidad tenía razones para estar satisfecho: apenas 37 días antes lo habían operado del menisco externo de la rodilla derecha y aun así llegó a tiempo. “Salí molesto conmigo mismo”, admitió.

Es esa personalidad fuerte, a veces indomable, la que convirtió un proyecto de defensor central -el puesto que ocupaba en Colo Colo- en un jugador de toda la cancha. Esa versatilidad le valió para ser el tercer máximo goleador de la Juve en la temporada (11 tantos en Liga, 18 en total) y para propiciar su retorno. Quien no apostaba por una recuperación tan rápida tras la intervención del 7 de mayo en Barcelona es porque no conoce al personaje. “Trabajé 12 horas al día para poder estar contra Australia”, dijo el 8 de Chile. No le importó el enojo de su club cuando Jorge Sampaoli lo hizo jugar 20 minutos en el último amistoso, menos de un mes después de la operación. Tampoco poner en riesgo el supuesto interés de Carlo Ancelotti por llevarlo a Real Madrid la próxima temporada. No le importó nada. “Porque yo por Chile dejaría el corazón en la cancha”, juró.

Dicen quienes lo conocen desde la infancia que siempre fue así. Seguramente porque la vida lo obligó a madurar de golpe. Apenas tenía siete años cuando su padre alcohólico abandonó la familia de la noche a la mañana y su madre debió hacerse cargo de mantener a sus seis hijos.

Arturo es el mayor de ellos y le tocó ocupar el lugar que el padre dejó vacío, asumir más responsabilidades de las que suelen corresponderle a un chico de su edad. Lo hizo, y multiplicado por tres. Cuidaba de sus hermanos mientras la madre trabajaba, entrenaba a diario y estudiaba con entusiasmo. “Era un niño pequeño, frágil, alegre, con mucha ambición y ganas de triunfar”, recordaba hace un tiempo Juan Gutiérrez, uno de los primeros entrenadores que tuvo en Colo Colo.

Esa infancia complicada forjó el espíritu combativo del hombre que, según confesó Antonio Conte, su técnico en Juventus, es “el que elegiría como compañero para ir a la guerra”.

La duda ahora es saber qué hará Sampaoli mañana ante España. Porque necesitará futbolistas al 100% de sus condiciones para enfrentarse al vigente campeón del mundo en un partido decisivo del Grupo B. “Aunque uno siempre quiere llegar de la mejor forma, no se me dieron las condiciones”, admitió.

Pero ya se vio que resulta muy difícil quitarle la titularidad a un amante de los caballos de carrera, a un futbolista de pura raza.

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