16 Junio 2014
SE AGRANDÓ. El arrecifeño Agustín Canapino concretó una excelente tarea en el muy rápido circuito pampeano.
Agazapado para atacar como el mejor felino, el “león” reapareció con todo en el Súper TC2000. Peugeot logró un gran triunfo en el autódromo pampeano de Toay de la mano de Agustín Canapino. Una victoria que llegó en la quinta fecha, pero se avizoraba desde el inicio de la temporada.
Los éxitos en el más alto nivel no acontecen de un día para el otro. Ayer se vio el resultado de varios meses de trabajo del equipo a cargo del experimentado Ulises Armellini. Luego del mal resultado general en el Campeonato de Marcas en 2013, en el que Peugeot fue quinto entre seis equipos oficiales, desde San Nicolás (Buenos Aires) pusieron manos a la obra en el verano.
Ese desarrollo se potenció con la expectativa por la incorporación de Canapino, pase que conmovió al mercado. El arrecifeño, ligado desde siempre a Chevrolet, emigró a un equipo cuyo baluarte era un piloto con quien no tiene buena relación: Néstor Girolami. Sus diferencias son elocuentes y desde el comienzo del año explotaron como en la primera final del Top Race V6 en Junín, donde el “Titán” quedó afuera por un toque con el “Bebu”. Sin embargo, dentro de la escuadra ambos se respetan, pero se miran de costado.
El “león” era referencia los sábados en las clasificaciones, pero los domingos no podía ganar en la final. Sin embargo, en Toay llegó el momento esperado por todos. El escenario pampeano es rápido y requiere de una fina puesta a punto, que juega un rol clave para administrar los neumáticos. Canapino hizo las cosas mejor que el resto y logró la pole, venció en la serie más veloz y largó adelante en la final, que ganó de punta a punta.
“Mi viejo me enseñó muchas cosas y sólo él y yo sabemos lo que pasamos. Esto también va para todos mis mecánicos por el trabajo que hicieron. Les entrego este triunfo que hace mucho esperaban. Necesitaba esta revancha y la tuve”, dijo el ganador, que le dedicó la cuarta victoria en la categoría a su padre Alberto, en su día.
El podio lo completaron Leonel Pernía (Renault) y el campeón Matías Rossi (Toyota), en la despedida del Corolla (en Buenos Aires será reemplazado por uno de nueva generación). En tanto que Norberto Fontana (Chevrolet), líder del campeonato, fue cuarto luego de hacerle frente al sistema de penalización que, por ejemplo, lo obligó a largar último en su serie. Ahora el “Gigante” tiene un duro rival con Canapino, que es su escolta en el certamen.
Los éxitos en el más alto nivel no acontecen de un día para el otro. Ayer se vio el resultado de varios meses de trabajo del equipo a cargo del experimentado Ulises Armellini. Luego del mal resultado general en el Campeonato de Marcas en 2013, en el que Peugeot fue quinto entre seis equipos oficiales, desde San Nicolás (Buenos Aires) pusieron manos a la obra en el verano.
Ese desarrollo se potenció con la expectativa por la incorporación de Canapino, pase que conmovió al mercado. El arrecifeño, ligado desde siempre a Chevrolet, emigró a un equipo cuyo baluarte era un piloto con quien no tiene buena relación: Néstor Girolami. Sus diferencias son elocuentes y desde el comienzo del año explotaron como en la primera final del Top Race V6 en Junín, donde el “Titán” quedó afuera por un toque con el “Bebu”. Sin embargo, dentro de la escuadra ambos se respetan, pero se miran de costado.
El “león” era referencia los sábados en las clasificaciones, pero los domingos no podía ganar en la final. Sin embargo, en Toay llegó el momento esperado por todos. El escenario pampeano es rápido y requiere de una fina puesta a punto, que juega un rol clave para administrar los neumáticos. Canapino hizo las cosas mejor que el resto y logró la pole, venció en la serie más veloz y largó adelante en la final, que ganó de punta a punta.
“Mi viejo me enseñó muchas cosas y sólo él y yo sabemos lo que pasamos. Esto también va para todos mis mecánicos por el trabajo que hicieron. Les entrego este triunfo que hace mucho esperaban. Necesitaba esta revancha y la tuve”, dijo el ganador, que le dedicó la cuarta victoria en la categoría a su padre Alberto, en su día.
El podio lo completaron Leonel Pernía (Renault) y el campeón Matías Rossi (Toyota), en la despedida del Corolla (en Buenos Aires será reemplazado por uno de nueva generación). En tanto que Norberto Fontana (Chevrolet), líder del campeonato, fue cuarto luego de hacerle frente al sistema de penalización que, por ejemplo, lo obligó a largar último en su serie. Ahora el “Gigante” tiene un duro rival con Canapino, que es su escolta en el certamen.
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