15 Junio 2014
DYN
La liquidación de divisas por parte de los exportadores de aceites y cereales es cada vez más baja. El Banco Central (BCRA) procura, por distintos medios, tratar de captar dólares con el fin de fortalecer sus reservas. Y, en un marco, la posibilidad de transitar un segundo semestre sin disrupciones depende, en forma crucial, de una resolución positiva del caso contra los holdouts, advierte el centro de Estudios Económicos del Banco Ciudad de Buenos Aires. Este escenario dependerá -en gran medida- de que la Corte de los Estados Unidos pida la intervención del Procurador del gobierno de Barack Obama, retrasando una resolución para 2015, cuando cae la clausula que impide dar un tratamiento más ventajoso a los fondos buitre respecto de los acreedores que ingresaron a las anteriores canjes.
La Corte Suprema de EEUU anunciará mañana su decisión con respecto a la apelación que presentó la Argentina en la causa judicial que mantiene con los holdouts. En este sentido, indica el reporte al que accedió LA GACETA, hay tres escenarios posibles: que la Corte toma el caso; que pida la opinión del procurador general de EEUU o que rechace tomar el caso.
La primera opción sería el mejor resultado que puede esperar la Argentina, ya que el fallo definitivo se estiraría hasta dentro de un año. Para ese entonces -señala el informe privado- ya expirarían las clausulas RUFO (las cuales obligan a extender a todos los bonos del canje cualquier oferta superadora que se negocie con otro bonista), teniendo mayor margen para renegociar algún arreglo con los holdouts. Sin embargo, acota, hay que tener en cuenta que la Corte solo acepta el 1% de los casos que se le presentan anualmente, por lo que la probabilidad de que suceda este escenario es relativamente baja.
El segundo resultado que podría darse, según el Banco Ciudad, es que la Corte pida la opinión del procurador general, lo que también sería una buena noticia para Argentina. El procurador, normalmente, se expide en plazos que van de los dos a los seis meses, estirando la decisión de la Corte de tomar o rechazar el caso hasta 2015, período en el cual las cláusulas RUFO también ya habrían vencido. Este sería tal vez, el escenario más probable, teniendo en cuenta las cuestiones políticas y financieras que rodean el juicio (la resolución de la causa puede impactar negativamente sobre los mercados de deuda internacionales).
Por último, indica el informe, el peor escenario que podría darse es que la Corte rechace la apelación presentada por Argentina, lo que levantaría el suspenso (stay) que rige sobre las órdenes de pago del juez Thomas Griesa, empujando a la Argentina a decidir entre:
• Acatar el fallo y pagar U$S 1.300 millones que reclaman los bonistas y abrir el pedido a los otros que no fueron parte del litigio (elevando el costo a U$S 15.000 millones).
• Ignorar la orden judicial de Griesa y seguir pagando normalmente a los bonistas que entraron al canje. Sin embargo, como las entidades que forman parte de la cadena de pagos se encuentran en territorio estadounidense, correrían peligro de ser culpadas de desacato. Al no poder pagar la deuda de la manera que fue pactada, la Argentina podría caer en “default técnico”.
• La última opción, más extrema, sería que la Argentina decida no pagarles a los holdouts ni a los tenedores de la deuda reestructurada, disparando un default ordenado por las cortes; este es un escenario con bajísima probabilidad de ocurrencia.
De posponerse la decisión de la Corte, el gobierno apuesta a volver a los mercados voluntarios de deuda y reactivar préstamos multilaterales, de manera de engrosar las reservas y aplacar las expectativas de devaluación, en un escenario en el que persiste la escasez de dólares, finaliza el reporte.