La salud ocupacional se construye entre empleadores y trabajadores

Vos, ellos, nosotros... De alguna manera, todo el que tiene trabajo (y también el que se lo da) estuvo “bajo la lupa”: especialistas en salud ocupacional argentinos y extranjeros debatieron durante dos días sobre riesgos y enfermedades profesionales, y sobre las nuevas patologías reconocidas como tales. Pero también pusieron el ojo en los aspectos legales de la relación de trabajo, en el ambiente laboral saludable y hasta en la tendencia creciente (y preocupante) a la automutilación para reclamar indemnizaciones. Los convocaba el Primer Congreso Internacional Multidisciplinario de Salud Ocupacional, y en él confluyeron “miradas” diversas: médicos de varias especialidades, abogados, ingenieros, psicólogos... Más de 200 personas participaron de los debates, que se llevaron a cabo en el Aula Magna de la UTN.

“La multidisciplinariedad era premisa inamovible, porque es uno de los preceptos filosóficos básicos de la Organización Panamericana de la Salud”, destacó el médico Héctor Arquez, presidente de la Asociación Tucumana de Salud Ocupacional (ATSO), que organizó el evento.

Ambiente laboral sano
“El encuentro permitió intercambiar conceptos, datos y protocolos que serán aplicados en beneficio del trabajador y en la construcción de ambientes laborales sanos”, añadió y reconoció que es todo un desafío. “La preocupación por la salud de los trabajadores nació como consecuencia tardía de la Revolución Industrial. Cuando empezó la conciencia de que la maquina debía adaptarse al hombre, y no al revés pasaron a ser una preocupación las condiciones ergonómicas”, explicó. Resaltó que la salubridad laboral es derecho del trabajador y responsabilidad del empleador, pero depende de una construcción conjunta.

Indicó también que esa salubridad es muy amplia: incluye desde las características de una silla de oficina o la provisión de cascos y arneses para los albañiles, hasta las horas que una peluquera está de pie, la ventilación y la luz de los edificios, el contacto con tóxicos, los movimientos repetitivos... “¡Hasta la presencia o no de plantas, o de colores en una oficina, o la posibilidad de que el trabajador pueda hacer 15 minutos de gimnasia en mitad de su jornada inciden en la calidad del ambiente laboral!”, señaló.

“Las características que el lugar de trabajo debe reunir están establecidas por ley y protocolizadas. El empleador debe darlas a conocer, así como los derechos en caso de accidentes de trabajo y cómo proceder ante las ART”, añadió.

Grave contracara
También el trabajador tiene obligaciones pare prevenir accidentes y enfermedades. La más elemental es cuidar los elementos de trabajo que el empleador pone a su disposición y cuidarse a sí mismo cuando los manipula.

“Hoy estamos viviendo un fenómeno grave; cada vez hay más casos de empleados que provocan los accidentes y que hasta se lastiman a sí mismos para cobrar indemnizaciones. Se abusan de la protección que les brinda la ley: sorprendentemente, de pronto se repiten los casos de fracturas muy semejantes de los mismos dedos de la mano, por ejemplo”, dijo preocupado, y contó que ese fraude es posible porque hay profesionales que lo avalan con su firma. “El más importante desafío que enfrentamos los médicos laborales es evitar entrar en la maquinaria del fraude laboral”, advirtió.

Estrés Laboral
Muy grave, Pero muy difícil de demostrar
“Ya nadie puede continuar negando la existencia ni la gravedad del estrés laboral. Y no solamente el postraumático, sino el que producen el abuso de poder y el maltrato”, advirtió el médico legista Luis Kvitko, uno de los especialistas que vino de Buenos Aires. “Ocurre lo mismo con todo el padecimiento psíquico: las ART siguen sin reconocerlo. Al trabajador solo le queda litigar. Y entonces al sufrimiento se suma la necesidad de dedicarse a la recolección de las pruebas. Y la decisión será del juez”, añadió.