“Nos asustó a todos”
AÚN NO SE RECUPERA. Sergio Mambrini contó el accidente que sufrió una tarde mientras su madre jugaba al padle. AÚN NO SE RECUPERA. Sergio Mambrini contó el accidente que sufrió una tarde mientras su madre jugaba al padle.
01 Junio 2014
Sergio Mambrini no se acuerda el día ni la hora, pero sí dice que fue uno de los mayores sustos que se llevó en su vida. Y el autor de semejante situación fue nada menos que Gonzalo Higuaín que protagonizó un increíble accidente doméstico en El Galpón, donde se alquilan canchas de padle.

“Cuando Jorge entrenaba a Atlético, su esposa (NdelaR: Nancy Zacarías) siempre venía a jugar con una amiga y traía a los chicos. Pero un día, sin querer, ‘Pipita’ metió su mano en un ventilador y se cortó un dedo meñique. Cuando sentimos el ruido, casi nos infartamos todos los grandes que estábamos allí”, cuenta Mambrini en una charla con LG Deportiva.

El propietario del local ubicado en Santiago al 1.200 tampoco se olvida de lo que hicieron después. “Mi mujer Ivana lo cargó en el auto y lo llevó directamente hasta la clínica San Lucas, donde le salvaron el dedo. Fue una desgracia con suerte, pero juro que no sé si otra vez me asusté tanto como ese día. Nos agradecieron lo que habíamos hecho, pero después de que se fueron la provincia perdí todo tipo de contacto”, asegura.

Mambrini, después de relatar la dolorosa experiencia, cuenta cómo eran los chicos Higuaín. “Eran muy tranquilos, no generaban problemas. Pero como a todo niño, le prestábamos mucha atención cuando su madre estaba jugando”, finaliza.

Juan Vázquez, canchero de Atlético, dice que ya perdió la cuenta de la cantidad de jugadores que pisaron el Monumental. Pero sí jura que Gonzalo Higuaín fue el que más lo sorprendió. “No me voy a olvidar nunca cuando jugábamos a los penales en el arco que da a la calle Chile. Era muy bueno y más de una vez me convirtió”, dice el auxiliar “decano” que reconoce que no se acuerda qué edad tenía cuando se entretenía con ese juego.

El “Negro”, como quiere que lo llamen porque así lo conoce todo el mundo, utiliza palabras clave para describirlo: “Era una hilacha, muy chiquito y mirá el físico que tiene ahora. Lo veo y no lo puedo creer. Claro que pasó mucho tiempo desde esos días”.

“Siempre demostró ser un buen pibe, simpático y juguetón. No recuerdo que alguna vez el padre lo haya retado por alguna travesura o porque hizo algo que no correspondía. Él sonreía cuando tenía la pelota en sus pies; eso sí, había un duelo a muerte con su hermano Federico”, comenta.

Vázquez cuenta que, después de que se fue de Tucumán, nunca más volvió a ver a Gonzalo personalmente. “A Federico, en cambio, lo encontré cuando vino a jugar Godoy Cruz contra Atlético. Me reconoció en el acto y me dijo: ‘Negro’, que estás viejo y gordo”, termina la entrevista con una carcajada.

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