31 Mayo 2014
NUEVO SUPERIOR. Bajo la mirada de Juan B. Terán, Bardón y García tomaron el juramento a los flamantes consejeros. la gaceta / foto de inés quinteros orio
La rectora de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Alicia Bardón, tomó juramento a los representantes del Consejo Superior por los estamentos docentes, no docentes, graduados y estudiantes. El acto, realizado ayer en el patio interno de la casona de Ayacucho y La Madrid -donde funciona el Rectorado-, significó la clausura del proceso comicial de renovación total de autoridades, que había arrancado el 17 de febrero.
En el centro del patio, y bajo la sobria mirada de la estatua de quien fundó la UNT hace un siglo, Juan B. Terán, se había dispuesto una larga mesa. A ella se sentaron, en el sitio que ocuparán cuando el cuerpo se traslade a la sala donde habitualmente sesiona, los 31 consejeros superiores: 13 decanos, nueve docentes -tres por los profesores titulares, tres por los adjuntos y asociados y tres por los jefes de trabajos prácticos (JTP) y auxiliares-, seis alumnos -tres por la mayoría, dos por la primera minoría y uno por la segunda minoría-, dos egresados y un no docente.
De a uno, y por estamento -los decanos no juraron porque ya lo habían hecho el jueves 15, cuando asumieron sus cargos-, los consejeros eran citados a acercarse a la cabecera, donde esperaban Bardón y el vicerrector, José García. La rectora les tomó juramento a los representantes de los profesores titulares Jorge Molina, Luis Hernández y Norma Contini; de los asociados y adjuntos Marcela Colombo, Ramón Gani y Daniel Yépez; de los JTP y auxiliares Bruno Juliano, Julieta Carrizo y Eduardo Triviño; de los estudiantes Agustín Santos, Mariano Mauvecín, Emiliano Morelli (mayoría), Milagro López Marcos, Facundo Arias (primera minoría) y Carlos Palferro (segunda minoría); de los graduados Ricardo Cisneros y Adalberto Ruiz, y a la no docente Graciela Navarro.
Tras la jura, se repartieron copas de champaña para los presentes. “Que este ámbito de construcción de ideas continúe de esta manera, con libertad y justicia. Todos queremos esta universidad; así que brindo por ella”, dijo Bardón, y sonaron las copas. Luego sirvieron sándwiches, y brillaron los flashes de cámaras y de celulares.
“Inmediatamente”
En diálogo con la prensa, Bardón adelantó que entre las primeras acciones que impulsará figura la de elevar al flamante Superior un proyecto de reforma del estatuto, especie de Carta Magna que regula el funcionamiento de la UNT. “Tenemos una tarea muy importante por adelante: el cambio de estatuto. Mandaremos un proyecto al Superior para iniciar inmediatamente las tareas, que concluirán dentro de varios meses -cuando tengamos un consenso- con el llamado a la Asamblea Universitaria para que reforme el estatuto”, dijo.
Aclaró que, en defensa del cogobierno, su objetivo es que la iniciativa alcance el mayor consenso entre los miembros del Superior. Y no sólo para el proyecto de reforma estatutaria: “el Superior tendrá una participación decisiva. Vamos a estimular el debate, la discusión en el seno del Consejo, en prácticamente todos los temas que tienen que ver con la vida académica”.
Precisó que su idea no pasa sólo por enviar proyectos al máximo órgano deliberativo de gobierno de la UNT, sino, también, por incentivar la presentación de estos por parte de los consejeros. “La idea es escucharnos, mejorar y aumentar los debates en la mesa del Consejo Superior. En la universidad del Centenario se impone el ejercicio permanente de la discusión de las propuestas, para lograr lo mejor para la universidad”, afirmó.
En el centro del patio, y bajo la sobria mirada de la estatua de quien fundó la UNT hace un siglo, Juan B. Terán, se había dispuesto una larga mesa. A ella se sentaron, en el sitio que ocuparán cuando el cuerpo se traslade a la sala donde habitualmente sesiona, los 31 consejeros superiores: 13 decanos, nueve docentes -tres por los profesores titulares, tres por los adjuntos y asociados y tres por los jefes de trabajos prácticos (JTP) y auxiliares-, seis alumnos -tres por la mayoría, dos por la primera minoría y uno por la segunda minoría-, dos egresados y un no docente.
De a uno, y por estamento -los decanos no juraron porque ya lo habían hecho el jueves 15, cuando asumieron sus cargos-, los consejeros eran citados a acercarse a la cabecera, donde esperaban Bardón y el vicerrector, José García. La rectora les tomó juramento a los representantes de los profesores titulares Jorge Molina, Luis Hernández y Norma Contini; de los asociados y adjuntos Marcela Colombo, Ramón Gani y Daniel Yépez; de los JTP y auxiliares Bruno Juliano, Julieta Carrizo y Eduardo Triviño; de los estudiantes Agustín Santos, Mariano Mauvecín, Emiliano Morelli (mayoría), Milagro López Marcos, Facundo Arias (primera minoría) y Carlos Palferro (segunda minoría); de los graduados Ricardo Cisneros y Adalberto Ruiz, y a la no docente Graciela Navarro.
Tras la jura, se repartieron copas de champaña para los presentes. “Que este ámbito de construcción de ideas continúe de esta manera, con libertad y justicia. Todos queremos esta universidad; así que brindo por ella”, dijo Bardón, y sonaron las copas. Luego sirvieron sándwiches, y brillaron los flashes de cámaras y de celulares.
“Inmediatamente”
En diálogo con la prensa, Bardón adelantó que entre las primeras acciones que impulsará figura la de elevar al flamante Superior un proyecto de reforma del estatuto, especie de Carta Magna que regula el funcionamiento de la UNT. “Tenemos una tarea muy importante por adelante: el cambio de estatuto. Mandaremos un proyecto al Superior para iniciar inmediatamente las tareas, que concluirán dentro de varios meses -cuando tengamos un consenso- con el llamado a la Asamblea Universitaria para que reforme el estatuto”, dijo.
Aclaró que, en defensa del cogobierno, su objetivo es que la iniciativa alcance el mayor consenso entre los miembros del Superior. Y no sólo para el proyecto de reforma estatutaria: “el Superior tendrá una participación decisiva. Vamos a estimular el debate, la discusión en el seno del Consejo, en prácticamente todos los temas que tienen que ver con la vida académica”.
Precisó que su idea no pasa sólo por enviar proyectos al máximo órgano deliberativo de gobierno de la UNT, sino, también, por incentivar la presentación de estos por parte de los consejeros. “La idea es escucharnos, mejorar y aumentar los debates en la mesa del Consejo Superior. En la universidad del Centenario se impone el ejercicio permanente de la discusión de las propuestas, para lograr lo mejor para la universidad”, afirmó.
NOTICIAS RELACIONADAS