29 Mayo 2014
EL REIMPLANTE. Los dibujos a mano alzada del doctor Urpi muestran con precisión el lugar donde fueron ablacionados los miembros superiores: la mano derecha, a la altura del antebrazo; la izquierda, en la muñeca.
“Nos fijamos objetivos altos de recuperación porque la vara es alta...”, es la metáfora que usó el doctor José Urpi para referirse a Oscar Alfredo Flores, al que calificó de “muy buen paciente, autoexigente y disciplinado con su rehabilitación. Tiene fortaleza y voluntad de hierro, y unas ganas increíbles de superarse... Aunque la recuperación siempre tiene límites un tanto arbitrarios, ya que varían de una persona a otra e intervienen varios factores: depende de la edad, del tipo de lesión, del temperamento, del daño causado”, detalló.
Según el médico, Alfredo tuvo graves daños en los nervios, y por eso la recuperación insume mucho tiempo, hasta cinco años, es decir que aún le quedan dos años de intenso trabajo. “Cinco años es el tope de tiempo para esperar resultados o mejoras”, aclaró Urpi, tras detallar que sufrió pérdida significativa de masa muscular, nervios y tendones. En la mano derecha perdió gran cantidad de masa muscular a la altura de la amputación (en el antebrazo) y también de nervios y de tendones. En la mano izquierda el daño fue menor: el desgarro fue a la altura de la muñeca. Aunque la rehabilitación es muy importante en los dos miembros.
Desde el primer día Alfredo recibió apoyo y contención psicológica del equipo multidisciplinario de reimplante de manos. Soporte que resultó determinante en los logros posteriores. “Todos los profesionales de nuestro equipo tienen claro la importancia de la recuperación física, psíquica, emocional y volitiva”, señaló Urpi, y agregó: “la lucha diaria de Alfredo es para destacar”.
Urpi elogió la atención brindada en el hospital de Catamarca: respondieron en el momento justo haciendo lo adecuado.
Según el médico, Alfredo tuvo graves daños en los nervios, y por eso la recuperación insume mucho tiempo, hasta cinco años, es decir que aún le quedan dos años de intenso trabajo. “Cinco años es el tope de tiempo para esperar resultados o mejoras”, aclaró Urpi, tras detallar que sufrió pérdida significativa de masa muscular, nervios y tendones. En la mano derecha perdió gran cantidad de masa muscular a la altura de la amputación (en el antebrazo) y también de nervios y de tendones. En la mano izquierda el daño fue menor: el desgarro fue a la altura de la muñeca. Aunque la rehabilitación es muy importante en los dos miembros.
Desde el primer día Alfredo recibió apoyo y contención psicológica del equipo multidisciplinario de reimplante de manos. Soporte que resultó determinante en los logros posteriores. “Todos los profesionales de nuestro equipo tienen claro la importancia de la recuperación física, psíquica, emocional y volitiva”, señaló Urpi, y agregó: “la lucha diaria de Alfredo es para destacar”.
Urpi elogió la atención brindada en el hospital de Catamarca: respondieron en el momento justo haciendo lo adecuado.
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