Afloraron las cloacas porque el boom urbano no fue acompañado por obras de infraestructura

Afloraron las cloacas porque el boom urbano no fue acompañado por obras de infraestructura

Cuatro colectores transportan el líquido cloacal de toda la ciudad hacia un caño subterráneo, que corre debajo del Camino del Perú. Desde ahí, los efluentes son transportados hacia unas lagunas situadas en El Manantial. La empresa insiste en que las pérdidas se deben al mal uso de las cañerías.

LA GACETA/ FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
LA GACETA/ FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
17 Mayo 2014

Tres personas ocupan la sala de reunión. Dos hombres y una mujer. Los caballeros visten traje y corbata, y se han perfumado. La dama también luce elegante. En un rato, cuando esta entrevista haya acabado, participarán de los actos por el Día del Sanitarista, que el jueves pasado tenía de festejos a la gente de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). Pero ahora, Marina Mittelman, Sergio López y Augusto Guraiib acomodan los planos que han desplegado en una mesa redonda. “El crecimiento urbano de Yerba Buena ha superado al desarrollo de la infraestructura”, dicen.

Mittelman dirige el área de Comunicación de la empresa; López tiene a su cargo la oficina de Planificación e Infraestructura, y Guraiib es gerente de Coordinación Técnica. Todos coinciden en que la ciudad ha crecido de modo vertiginoso en los últimos años, y en que no dan abasto. “¡Si hasta se construyen viviendas en zonas geográficas donde después tenemos problemas para proveer de agua potable a los habitantes!”, exclama López.

- ¿Qué porcentaje del municipio cuenta con conexión a la red cloacal?

- Desde febrero de 2009 hasta agosto del año pasado, en Yerba Buena se instalaron más de 135.000 metros de red cloacal. En total, se benefició a unas 54.000 personas, lo que representa casi 9.000 conexiones. Para eso, se invirtieron casi $ 29 millones -responde López.

- ¿Cómo funciona el sistema?

- Los caños domiciliarios se encuentran conectados a las cañerías principales, que corren por debajo de las calles y empalman, a su vez, con los denominados colectores. En esta ciudad hay cuatro caños de ese tipo, que empiezan en el pedemonte y llegan hasta el Camino del Perú. Uno corre por la calle Las Higueritas, sigue por Brasil y luego desciende a través de Pedro de Villalba. Otro colector está ubicado en Salas y Valdés. El tercero va por debajo de la avenida Aconquija. Y el cuarto se encuentra instalado por La Madrid, el Camino de Sirga y San Luis.

- ¿A dónde se traslada el líquido cloacal?

- Los colectores desembocan en un caño maestro, que corre por la mano oeste del Camino del Perú. Cuando llegan allí, los efluentes son conducidos hacia la planta de líquidos cloacales situada en el Manantial. Ahí, en las lagunas facultativas, se hace un tratamiento biológico y natural, sin la utilización de productos químicos.

- ¿A qué se deben las pérdidas cloacales en Yerba Buena?

- La primera razón es el mal uso que los usuarios hacen de las cañerías. Mucha gente tiene conectados sus desagües pluviales a los cloacales, y otros tantos vacían ahí sus piletas. Además, de modo permanente sufrimos el robo de las bocas de registro situadas de las esquinas, lo que provoca que ingresen a las cloacas muchos materiales sólidos. La segunda causa tiene que ver con el crecimiento de este municipio. El desarrollo urbano no ha sido acompañado por obras de infraestructura. Es cierto que no damos abasto.

“Toda esta gente que hoy se queja por los desbordes, dos años atrás tenía pozos. Se ha hecho mucho, y se ha invertido mucho”, acota Mittelman. En seguida, cuenta que se efectúan reparaciones todos los días. “Las cuadrillas dejan los conductos limpios, pero la gente después arroja muchas cosas que no debería. Un sistema de retiro de aguas residuales no tiene que contener sólidos. No obstante, hemos encontrado pañales, materiales de obras en construcción, hojas, ramas y un sinfín de cosas”, relata.

La pista de patín pública
En la edición del lunes pasado de LA GACETA, se publicó una crónica sobre las dificultades que enfrentan los vecinos que viven en el barrio Los Tarcos, en los alrededores de las calles Perú y Juan B. Terán. Durante décadas -según los residentes- esas arterias condujeron agua, proveniente de pérdidas en las cañerías subterráneas. Pero desde un tiempo hacia acá, sufren también la corriente de líquidos cloacales. A tal punto, que esa esquina parece una pista de patín. Al menos tres personas contaron que se cayeron al intentar cruzar, y que acabaron con quebraduras y enfermedades infecciosas.

En las ediciones siguientes se dieron a conocer las opiniones de otras fuentes, como un funcionario de la Municipalidad y un experto en ingeniería hidráulica. Julio Herrera Piedrabuena, secretario de Obras Públicas, también había argumentado que la saturación de las cloacas se debía al mal uso de ellas. El ingeniero Franklin Adler, en cambio, había objetado esas justificaciones. “Si bien es cierto que en algunos casos la gente arroja elementos sólidos, esa no puede ser la causa principal de la obstrucción”, había dicho. También observó que las obras fueron ejecutadas por cooperativas de trabajo.

VOCES POLÍTICAS

- Marcelo Albaca, concejal del partido de los trabajadores.- “Hay que reconocer que en los últimos años se avanzó con el tema de las cloacas, pero de modo desordenado. Hay zonas, por ejemplo, donde pusieron las cloacas, pero nunca las conectaron. En otros barrios, en cambio, las pusieron pero no las habilitaron. La gente se conectó igual, y eso produjo pérdidas en las calles. Hay cloacas inconclusas en todas partes. En el Concejo recibimos denuncias de manera constante”.

- Mariano Campero, concejal del Acuerdo Civico y Social.- “Hemos solicitado que se nos informe cuáles son las causas por las que la empresa no cumple con el servicio encomendado. Es inconcebible que la ciudad se haya convertido en un río de fluidos cloacales. Se le presentó una nota al ingeniero Eduardo Garolera, representante de la compañía en Yerba Buena, a través de la cual le pedimos, además, que dé a conocer el presupuesto de obras y mejoras en la red clocal, ejecutado en ese distrito desde 2011 hasta la fecha.

- Luciano Villegas, consejal del Frente para la Victoria.- “Actualmente, la mayoría de los problemas referidos a las pérdidas de agua y a la falta de la misma son resueltos por personal municipal, ya que las respuestas de la SAT son lentas. En definitiva, es el municipio el que busca permanentemente nuevos pozos de agua potable, para donárselos luego a la empresa. Y son los funcionarios los que reciben a diario las numerosas quejas de los vecinos”. Villegas presentó un proyecto de resolución para gestionar la municipalización del servicio de aguas y cloacas.

- Javier Jantus, concejal de por Yerba Buena.- “El servicio que presta la SAT es deficiente en Yerba Buena. Vastos sectores padecen la falta y los cortes constantes de agua, mientras en otros lados el líquido corre libremente. Se demoran meses en reparar las pérdidas. También hay surgentes de líquidos cloacales interminables que se desparraman en las calles siguiendo las pendientes del suelo, y bañan las veredas de los colegios, las casas particulares, los negocios y las plazas”.

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