16 Mayo 2014
DIFICULTADES. Los productores reconocen que la campaña productiva será menor a la de 2013, pero destacan la excelencia de la fruta que están cosechando.
Las condiciones ambientales no han permitido, aún, la generalización de la cosecha en la provincia. A pesar de la disponibilidad de fruta con calidad y calibres apropiados, la seguidilla de jornadas con precipitaciones y días nublados impide el desarrollo normal de la cosecha. Cabe recordar que los elevados valores de humedad relativa (superiores al 80%) generan condiciones de ‘turgencia’ en la fruta, incrementando notablemente la sensibilidad de la misma a manifestar síntomas en la piel por golpes y pérdida de aceite esencial, desvalorizándola comercialmente. Asimismo, el manejo de la fruta, en general, deberá ser muy cuidadoso para evitar daños en la misma y las manifestaciones posteriores de pudriciones en poscosecha, señaló Hernán Salas, coordinador del Programa Citrus de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán.
Durante la charla, el profesional explicó, además, que “la calidad de la fruta, en líneas generales, es buena, como consecuencia del manejo sanitario que hicieron los productores y por las condiciones meteorológicas que se dieron en la campaña, principalmente la ocurrencia de prolongados períodos de falta de lluvias.
No obstante, se distinguen algunos sectores donde sí se observan daños por “trips” y algunas enfermedades fúngicas, como “botrytis” y “melanosis”. Se espera que el tamaño (de la fruta) siga evolucionando como hasta ahora, por las condiciones de temperatura y humedad que existen actualmente”.
Pérdidas productivas
En cuanto a los volúmenes, es de esperar que se confirme la tendencia observada en las evaluaciones realizadas por las empresas y organismos oficiales, con respecto a las pérdidas productivas.
“Las heladas de julio y agosto de 2013 impactaron fuertemente en las plantas, causando un efecto negativo muy marcado sobre la producción”, en prácticamente todas las zonas citrícolas de la provincia, comentó Salas. Las menos afectadas (La Rinconada, Yerba Buena, Villa Carmela, parte de San Pablo y algunos sectores del pedemonte más protegidos), tendrán entre un 15% y 30% menos de fruta que la campaña pasada, mientras que el resto de las quintas presentan pérdidas de entre 30% y 90%, dependiendo de la intensidad del daño sufrido. Muchas de las plantaciones jóvenes afectadas, fueron sometidas a una violenta poda manual con el fin de conducirlas nuevamente, por lo que tampoco aportarán lo esperado. Asimismo, al efecto perjudicial de las heladas se le sumó la fuerte sequía ocurrida hasta enero, inclusive, normalizándose las lluvias recién a partir de febrero. De acuerdo a las estimaciones realizadas, “la producción total de la temporada (mayo a septiembre) sería inferior al 50% de la producción de la campaña pasada”, menciona Salas.
En algunas quintas, luego de las precipitaciones de fines de verano e inicio de otoño, se observó una intensa floración, la cual “podría generar un aporte importante de fruta para el próximo verano, dependiendo de la rigurosidad del invierno y las condiciones de humedad hasta ese momento”, afirma.
La oferta limitada de fruta seguramente impactará en el precio, provocando un incremento significativo del mismo.
Sin embargo, “difícilmente esta situación alcance a equilibrar los costos del productor, teniendo en cuenta la enorme reducción de la producción”.
Tucumán es el principal productor mundial de limones y su participación en el mercado de las otras especies cítricas es poco significativa. La industria está montada para esta especie, lo mismo que el mercado exportador. La zona NEA, junto con Salta y Jujuy, se especializan más en la producción de naranja y mandarina.
Sin HLB
Salas también insistió en “la necesidad de preservar la excepcional situación de Tucumán respecto al HLB (ex Greening). Estamos calificados hoy como Zona 1, es decir, ausencia del vector y de la bacteria. Esto nos diferencia del resto de las zonas productoras del país. Salta, Jujuy y gran parte del litoral están en Zona 2 -con presencia del vector-; y en el caso concreto de Misiones, hay un sector de Zona 3, con presencia de vector y bacteria, y una Zona 4, de contingencia, donde se detectaron plantas infectadas que ya han sido erradicadas”, describió. “Sigue siendo de vital importancia mantener Tucumán en el status de Zona 1”, enfatizó Salas.
Durante la charla, el profesional explicó, además, que “la calidad de la fruta, en líneas generales, es buena, como consecuencia del manejo sanitario que hicieron los productores y por las condiciones meteorológicas que se dieron en la campaña, principalmente la ocurrencia de prolongados períodos de falta de lluvias.
No obstante, se distinguen algunos sectores donde sí se observan daños por “trips” y algunas enfermedades fúngicas, como “botrytis” y “melanosis”. Se espera que el tamaño (de la fruta) siga evolucionando como hasta ahora, por las condiciones de temperatura y humedad que existen actualmente”.
Pérdidas productivas
En cuanto a los volúmenes, es de esperar que se confirme la tendencia observada en las evaluaciones realizadas por las empresas y organismos oficiales, con respecto a las pérdidas productivas.
“Las heladas de julio y agosto de 2013 impactaron fuertemente en las plantas, causando un efecto negativo muy marcado sobre la producción”, en prácticamente todas las zonas citrícolas de la provincia, comentó Salas. Las menos afectadas (La Rinconada, Yerba Buena, Villa Carmela, parte de San Pablo y algunos sectores del pedemonte más protegidos), tendrán entre un 15% y 30% menos de fruta que la campaña pasada, mientras que el resto de las quintas presentan pérdidas de entre 30% y 90%, dependiendo de la intensidad del daño sufrido. Muchas de las plantaciones jóvenes afectadas, fueron sometidas a una violenta poda manual con el fin de conducirlas nuevamente, por lo que tampoco aportarán lo esperado. Asimismo, al efecto perjudicial de las heladas se le sumó la fuerte sequía ocurrida hasta enero, inclusive, normalizándose las lluvias recién a partir de febrero. De acuerdo a las estimaciones realizadas, “la producción total de la temporada (mayo a septiembre) sería inferior al 50% de la producción de la campaña pasada”, menciona Salas.
En algunas quintas, luego de las precipitaciones de fines de verano e inicio de otoño, se observó una intensa floración, la cual “podría generar un aporte importante de fruta para el próximo verano, dependiendo de la rigurosidad del invierno y las condiciones de humedad hasta ese momento”, afirma.
La oferta limitada de fruta seguramente impactará en el precio, provocando un incremento significativo del mismo.
Sin embargo, “difícilmente esta situación alcance a equilibrar los costos del productor, teniendo en cuenta la enorme reducción de la producción”.
Tucumán es el principal productor mundial de limones y su participación en el mercado de las otras especies cítricas es poco significativa. La industria está montada para esta especie, lo mismo que el mercado exportador. La zona NEA, junto con Salta y Jujuy, se especializan más en la producción de naranja y mandarina.
Sin HLB
Salas también insistió en “la necesidad de preservar la excepcional situación de Tucumán respecto al HLB (ex Greening). Estamos calificados hoy como Zona 1, es decir, ausencia del vector y de la bacteria. Esto nos diferencia del resto de las zonas productoras del país. Salta, Jujuy y gran parte del litoral están en Zona 2 -con presencia del vector-; y en el caso concreto de Misiones, hay un sector de Zona 3, con presencia de vector y bacteria, y una Zona 4, de contingencia, donde se detectaron plantas infectadas que ya han sido erradicadas”, describió. “Sigue siendo de vital importancia mantener Tucumán en el status de Zona 1”, enfatizó Salas.
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