16 Mayo 2014
El diálogo interreligioso será uno de los ejes centrales del viaje que el papa Francisco hará a Tierra Santa entre el 24 y el 26 de mayo y, por ello, el Vaticano destacó ayer que lo acompañarán “dos amigos” argentinos: un rabino y un musulmán.
“El diálogo interreligioso tiene un gran significado en este viaje. No habrá encuentros específicos entre las religiones, pero la presencia durante el viaje de integrantes de las diferentes religiones es significativo”, explicó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.
Se refirió de esta manera a la presencia en el viaje de dos amigos personales de Jorge Bergoglio: el rabino Abraham Skorka y el profesor musulmán Omar Abboud, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso en Buenos Aires.
La presencia de estos “dos amigos” de dos diferentes religiones “es un gesto formidable” para el diálogo y el hecho de que hagan este peregrinaje juntos “es el mensaje” del viaje, según explicó Lombardi.
Skorka y Abboud no volarán con el papa y se le unirán en diferentes momentos del viaje, ya que el rabino de Buenos Aires no participará en los actos del sábado porque el “Shabbat” es el día de descanso para los judíos, recordó el portavoz vaticano.
Formarán parte de la delegación que acompañará a Francisco en el avión el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri; el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, y el presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch.
Durante el viaje se unirán al papa el patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal, el custodio de Tierra Santa, padre Pierbattista Pizzaballa, y los nuncios vaticanos en estos países.
Durante el viaje, el papa repetirá el histórico gesto realizado hace 50 años por Pablo VI y se encontrará en la delegación apostólica de Jerusalén con el patriarca ecuménico Bartolomé I “en la misma habitación” en la que su predecesor se reunió por primera vez con el patriarca Atenágoras.
El diálogo entre las religiones tendrá su máxima representación en el encuentro ecuménico en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuando el papa y Bartolomé I se reúnan con representantes de todas las comunidades cristianas que custodian este lugar, los greco-ortodoxos, los armenios y los franciscanos.
Según explicó Lomarbdi, se tratará de un “hecho histórico”, ya que por primera vez no se producirá sólo un encuentro en este lugar simbólico, sino que rezarán todos juntos.
El periplo, que incluye visitas a Amán, Belén y Jerusalén, seguirá los pasos de la histórica peregrinación que Pablo VI realizó a Tierra Santa hace 50 años y por ello Francisco “renunció” a la visita a “Galilea como hicieron Benedicto XVI y Juan Pablo II”, explicó Lombardi.
Este será el segundo viaje internacional del papa Francisco, después del de Brasil en julio del año pasado, y Lombardi informó que en la misa que se celebrará en el estadio de Amán recibirán la primera comunión 1.400 niños.
Francisco también visitará la explanada de las Mezquitas y la Cúpula de la Roca acompañado por el gran muftí de Jerusalén, Mohamad Husein.
Luego, se trasladará al Muro de los Lamentos y allí dejará una hoja escrita en una grieta, como se suele hacer en ese lugar, dijo Lombardi.
“El diálogo interreligioso tiene un gran significado en este viaje. No habrá encuentros específicos entre las religiones, pero la presencia durante el viaje de integrantes de las diferentes religiones es significativo”, explicó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi.
Se refirió de esta manera a la presencia en el viaje de dos amigos personales de Jorge Bergoglio: el rabino Abraham Skorka y el profesor musulmán Omar Abboud, presidente del Instituto del Diálogo Interreligioso en Buenos Aires.
La presencia de estos “dos amigos” de dos diferentes religiones “es un gesto formidable” para el diálogo y el hecho de que hagan este peregrinaje juntos “es el mensaje” del viaje, según explicó Lombardi.
Skorka y Abboud no volarán con el papa y se le unirán en diferentes momentos del viaje, ya que el rabino de Buenos Aires no participará en los actos del sábado porque el “Shabbat” es el día de descanso para los judíos, recordó el portavoz vaticano.
Formarán parte de la delegación que acompañará a Francisco en el avión el prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri; el presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, el cardenal francés Jean-Louis Tauran, y el presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, Kurt Koch.
Durante el viaje se unirán al papa el patriarca latino de Jerusalén, Fuad Twal, el custodio de Tierra Santa, padre Pierbattista Pizzaballa, y los nuncios vaticanos en estos países.
Durante el viaje, el papa repetirá el histórico gesto realizado hace 50 años por Pablo VI y se encontrará en la delegación apostólica de Jerusalén con el patriarca ecuménico Bartolomé I “en la misma habitación” en la que su predecesor se reunió por primera vez con el patriarca Atenágoras.
El diálogo entre las religiones tendrá su máxima representación en el encuentro ecuménico en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, cuando el papa y Bartolomé I se reúnan con representantes de todas las comunidades cristianas que custodian este lugar, los greco-ortodoxos, los armenios y los franciscanos.
Según explicó Lomarbdi, se tratará de un “hecho histórico”, ya que por primera vez no se producirá sólo un encuentro en este lugar simbólico, sino que rezarán todos juntos.
El periplo, que incluye visitas a Amán, Belén y Jerusalén, seguirá los pasos de la histórica peregrinación que Pablo VI realizó a Tierra Santa hace 50 años y por ello Francisco “renunció” a la visita a “Galilea como hicieron Benedicto XVI y Juan Pablo II”, explicó Lombardi.
Este será el segundo viaje internacional del papa Francisco, después del de Brasil en julio del año pasado, y Lombardi informó que en la misa que se celebrará en el estadio de Amán recibirán la primera comunión 1.400 niños.
Francisco también visitará la explanada de las Mezquitas y la Cúpula de la Roca acompañado por el gran muftí de Jerusalén, Mohamad Husein.
Luego, se trasladará al Muro de los Lamentos y allí dejará una hoja escrita en una grieta, como se suele hacer en ese lugar, dijo Lombardi.
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