13 Mayo 2014
Desde el Rectorado de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) minimizaron la importancia del pase a planta permanente de 186 agentes no docentes, que se firmó el martes 22 del mes pasado, tres días antes de la elección de consejeros directivos por el estamento. De hecho, la subsecretaria Académica -y delegada paritaria en representación de la casa de Juan B. Terán-, Marta Juárez de Tuzza, dio a entender que la actuación figura dentro de la normalidad de cada cierre de gestión rectoral.
“Se trata de personal que hace tiempo venía trabajando en la UNT; en algunos casos, desde hace mucho tiempo. Se firmó ese día para darles la chance de que ejerzan su derecho a votar. Por otro lado, esto se hace siempre que termina una gestión, para no dejar que el gobierno entrante resuelva cuestiones que no fueron generadas por él”, explicó. Precisó que los que pasaron a planta ya venían con sucesivos contratos y con categorías. “Eran interinos, por lo que la decisión de pasarlos a planta no implicó ni cambio de revista del personal, porque hacía tiempo ya venían trabajando en la UNT, ni ejecución presupuestaria nueva, porque su sueldo ya estaba incluido en el plan de gastos”, dijo.
LA GACETA le consultó sobre las personas cuyos apellidos generaron mayor polémica -entre otros, figura Carlos Federico Cerisola, sobrino del rector, Juan Alberto Cerisola (Ver: “Pasaron a planta...”). Aclaró que, previo a autorizar la lista, se realizó un minucioso análisis respecto de la función que vienen desempeñando las personas propuestas a efectivizar. “Se estudia cada caso, cómo están cumpliendo las tareas. En el caso de Federico Cerisola, se trata de una persona que ya venía desarrollando tareas en la UNT desde hace tres o cuatro años”, explicó.
Admitió que resulta imposible evitar que se haga una lectura política del pase a planta. “Lamentablemente, todo es político; pero es importante aclarar que ninguno de estos casos es personal nuevo que ingresa a la UNT, todos estaban dentro del plantel de empleados. Son designaciones de personal que ya estaba cumpliendo funciones, todos con categoría”, indicó.
“Se trata de personal que hace tiempo venía trabajando en la UNT; en algunos casos, desde hace mucho tiempo. Se firmó ese día para darles la chance de que ejerzan su derecho a votar. Por otro lado, esto se hace siempre que termina una gestión, para no dejar que el gobierno entrante resuelva cuestiones que no fueron generadas por él”, explicó. Precisó que los que pasaron a planta ya venían con sucesivos contratos y con categorías. “Eran interinos, por lo que la decisión de pasarlos a planta no implicó ni cambio de revista del personal, porque hacía tiempo ya venían trabajando en la UNT, ni ejecución presupuestaria nueva, porque su sueldo ya estaba incluido en el plan de gastos”, dijo.
LA GACETA le consultó sobre las personas cuyos apellidos generaron mayor polémica -entre otros, figura Carlos Federico Cerisola, sobrino del rector, Juan Alberto Cerisola (Ver: “Pasaron a planta...”). Aclaró que, previo a autorizar la lista, se realizó un minucioso análisis respecto de la función que vienen desempeñando las personas propuestas a efectivizar. “Se estudia cada caso, cómo están cumpliendo las tareas. En el caso de Federico Cerisola, se trata de una persona que ya venía desarrollando tareas en la UNT desde hace tres o cuatro años”, explicó.
Admitió que resulta imposible evitar que se haga una lectura política del pase a planta. “Lamentablemente, todo es político; pero es importante aclarar que ninguno de estos casos es personal nuevo que ingresa a la UNT, todos estaban dentro del plantel de empleados. Son designaciones de personal que ya estaba cumpliendo funciones, todos con categoría”, indicó.
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