06 Mayo 2014
INVESTIGADOR. El auditor Despouy advirtió que existe un fuerte debilitamiento de los controles del Estado.
BUENOS AIRES.- A pesar de que el discurso oficial advierte que existe total transparencia y apertura del Estado a brindar información a quien la solicita, la oposición duda sobre esa declarada transparencia. De allí derivó que, en las últimas horas, surgiera un grupo de diputados nacionales que decidieron agruparse y reclamar que haya transparencia en su mismo lugar de trabajo: el Congreso nacional. Además, se generó una polémica por los dichos del presidente de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, quien denunció irregularidades en la manejo de fondos públicos.
“Existe un debilitamiento del control que se traduce en hechos de corrupción, desvíos de fondos o en el comportamiento desaprensivo de funcionarios. Es frustrante ver que un país, que necesita tanto del control y de la racionalidad en el manejo de los fondos, esté tan desguarnecido de mecanismos de custodia o de control en general”, declaró Despouy. Y señaló que la “matriz” del Gobierno kirchnerista “fue distribuir los fondos con total arbitrariedad”.
Contraataque
En declaraciones a “Periodismo a Diario”, el auditor lamentó el “elevado” nivel de tolerancia de la sociedad respecto a los actos de corrupción y consideró que existe “un déficit cultural acelerado”. Sus dichos, como era de esperar, levantaron polvareda y la respuesta desde la Sindicatura General de la Nación (Sigen).
La Sigen aseguró que los entes de control son “más fuertes, más presentes y más activos” desde 2003 (cuando llegó el kirchnerismo al poder), “para la mejor gestión del Estado”, al responderle al titular de la Auditoría General, quien dijo que durante esta gestión “se desmantelaron los organismos de control”.
Según la Sigen, las declaraciones del auditor son “falaces” y “no responden a la verdad”, ya que “utiliza conceptos vacíos, sin chequeo de información y sin recurrir a fuentes responsables, todas cuestiones que son básicas para un auditor”.
“Lo único que alienta el auditor es atentar contra la credibilidad del sistema político y contra las instituciones democráticas, haciéndose partícipe de la campaña montada por el Grupo Clarín y el diario La Nación en ese sentido”, indicó la Sigen.
Recordó que “desde 2003, la Sindicatura se fortaleció con la ampliación de su presupuesto y con más profesionales, con el objetivo de potenciar la gestión y la eficacia, y también la economía, eficiencia y transparencia de las políticas de gobierno”.
En el texto se mencionó que un comité de la OEA, en la conclusión sobre Argentina 2013, destacó que el país “adoptó medidas destinadas a mantener y fortalecer a la Sigen como órgano de control superior”. (Télam)
“Existe un debilitamiento del control que se traduce en hechos de corrupción, desvíos de fondos o en el comportamiento desaprensivo de funcionarios. Es frustrante ver que un país, que necesita tanto del control y de la racionalidad en el manejo de los fondos, esté tan desguarnecido de mecanismos de custodia o de control en general”, declaró Despouy. Y señaló que la “matriz” del Gobierno kirchnerista “fue distribuir los fondos con total arbitrariedad”.
Contraataque
En declaraciones a “Periodismo a Diario”, el auditor lamentó el “elevado” nivel de tolerancia de la sociedad respecto a los actos de corrupción y consideró que existe “un déficit cultural acelerado”. Sus dichos, como era de esperar, levantaron polvareda y la respuesta desde la Sindicatura General de la Nación (Sigen).
La Sigen aseguró que los entes de control son “más fuertes, más presentes y más activos” desde 2003 (cuando llegó el kirchnerismo al poder), “para la mejor gestión del Estado”, al responderle al titular de la Auditoría General, quien dijo que durante esta gestión “se desmantelaron los organismos de control”.
Según la Sigen, las declaraciones del auditor son “falaces” y “no responden a la verdad”, ya que “utiliza conceptos vacíos, sin chequeo de información y sin recurrir a fuentes responsables, todas cuestiones que son básicas para un auditor”.
“Lo único que alienta el auditor es atentar contra la credibilidad del sistema político y contra las instituciones democráticas, haciéndose partícipe de la campaña montada por el Grupo Clarín y el diario La Nación en ese sentido”, indicó la Sigen.
Recordó que “desde 2003, la Sindicatura se fortaleció con la ampliación de su presupuesto y con más profesionales, con el objetivo de potenciar la gestión y la eficacia, y también la economía, eficiencia y transparencia de las políticas de gobierno”.
En el texto se mencionó que un comité de la OEA, en la conclusión sobre Argentina 2013, destacó que el país “adoptó medidas destinadas a mantener y fortalecer a la Sigen como órgano de control superior”. (Télam)
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