El viejo periodismo

El viejo periodismo

Hojas aparecidas después de Caseros

PERIÓDICOS TUCUMANOS. Portadas fotografiadas para ilustrar el “Álbum del Centenario”, en 1916. la gaceta / archivo PERIÓDICOS TUCUMANOS. Portadas fotografiadas para ilustrar el “Álbum del Centenario”, en 1916. la gaceta / archivo
“La prensa periódica en el Norte de la República”, era el título de un artículo de Ernesto Padilla publicado en 1919, en “La Prensa” de Buenos Aires. Apuntaba que el periodismo libre en esta parte del país, surgió después de Caseros, con las limitaciones materiales derivadas de existir solamente una imprenta, propiedad del Estado.

“Las hojas bi o tri semanales” de esos tiempos, “reflejan la continua agitación que caracterizó en el interior la primera época constitucional, más que en el escaso contenido de sus columnas, en la corta vida que alcanzaron y en la profusa renovación de sus títulos y de sus redactores”. El material de lectura que contenían esas hojas, dice Padilla, “correspondía a este esfuerzo bien intencionado e incompleto: a la disertación original, pero ingenua y enfática sobre temas generales y abstractos (con los que sus autores llegaron a tener el candor de creer que lograrían distraer los ánimos de las graves preocupaciones que los embargaban), seguía la referencia sintética y a veces retardada sobre los acontecimientos palpitantes”.

Se destinaba “espacio preferente a dar cabida a las noticias del interior, de Buenos Aires y del extranjero, que extractaban y reproducían de los diarios que hacía llegar, con extrema demora, el correo que transportaba la mensajería de la época”. Esas crónicas improlijas estaban teñidas por “el criterio simple y partidista”. Pero, en ocasiones, dejaban brotar “el rasgo peculiar y feliz de un periodista de raza”. Esto alternaba, a veces, con colaboraciones originales de algún viajero o con transcripciones interesantes.

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