Aún le falta el ok de la sociedad

Algunos creen que sus orígenes vienen desde hace 250 años como una práctica vinculada al yoga; otros, que su inicio se encuentra recién a principios del siglo XX en EEUU con el surgimiento de la fuerte crisis financiera; este tipo de espectáculo debía llevarse a cabo en pequeños escenarios donde las mujeres bailaban en el palo central que sostenía la carpa. Al generar gran atracción en el público masculino, el baile se trasladó a los burdeles. De todas formas esta práctica se consolidó por los años 80, sobre todo en EEUU y Europa, como un baile erótico femenino, asociado a los strip clubs. Luego se utilizó en los circos como baile artístico, pero en los 90 la modelo canadiense Fawnia Monday cambiaría la historia, transformando este baile sensual en una entretenida actividad para mejorar el cuerpo y la salud de las mujeres en general. Este entrenamiento se basa en ejercicios utilizando el propio cuerpo como resistencia, tonificando la totalidad del cuerpo, por medio de ascensos, giros e inversión corporal junto a un palo de acero de aproximadamente 5 cm de espesor, sobre el que se desplaza. Se trabajan técnicas de coordinación, aumento de fuerza y tonificación muscular; se mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular y se desarrolla la flexibilidad. La mayoría de los practicantes sienten importantes cambios, a un mes de práctica, lo que favorece la autoestima. Vale aclarar que si bien el trabajo muscular de mayor intensidad se encuentra en los abdominales y la parte superior del cuerpo, esta es una de las disciplinas más completas, ya que la totalidad del cuerpo está vinculada en todo momento. Aunque esta disciplina es de suma importancia por relacionar el trabajo físico de manera entretenida al ritmo de la música, todavía no es del todo aceptada por la sociedad, por ello existen pocos lugares en la provincia donde se enseña esta disciplina.