Crimea: Pasado y presente de una región que puede incubar el germen de una guerra mundial

Crimea: Pasado y presente de una región que puede incubar el germen de una guerra mundial

El conflicto no es nuevo. Ha sido, desde hace siglos, escenario de disputas entre diversos actores. La metodología empleada por Rusia para anexarla tampoco es original. Más bien constituye un clásico de este tipo de controversias: apelar a plebiscitos de poblaciones cuya nacionalidad es la misma que la del país que reclama el territorio.

BELIGERANCIA SOBRE RIELES. El paisaje cotidiano de Simferopol se pobló de máquinas de guerra desde que comenzó el año. reuters BELIGERANCIA SOBRE RIELES. El paisaje cotidiano de Simferopol se pobló de máquinas de guerra desde que comenzó el año. reuters
04 Mayo 2014
Por Patricia Kreibohm | Para LA GACETA - Tucumán

Extendida sobre el mar Negro, en pleno corazón de Eurasia, la península de Crimea es una región que fue habitada e invadida desde tiempos remotos por distintos pueblos. Durante la Edad Media, fue ocupada por los tártaros y se convirtió en el Kanato de Crimea. En 1475, fue conquistada por los turcos otomanos, quienes iniciaban la construcción de su gran imperio.

Hacia fines del siglo XVIII, las tensiones entre las potencias regionales, determinaron un cambio drástico en la situación. El Imperio Ruso, gobernado por Catalina la Grande, mantenía una importante rivalidad con los turcos debido a su necesidad estratégica de salir a los mares calientes: concretamente, al Mediterráneo. Dicha salida, sólo podía realizarse desde el mar Negro, a través de los estrechos de Bósforo y Dardanelos que estaban en poder del Imperio Otomano. En 1783, y tras una serie de enfrentamientos, Crimea pasó a formar parte del Imperio Ruso como provincia de Táurida.

Entre 1854 y 1856, la región se vio sacudida por la famosa Guerra de Crimea; una contienda que se inició, una vez más, por las rivalidades ruso-turcas, pero a la que luego se sumaron las potencias occidentales del lado de los otomanos. Esta guerra terminó con la derrota rusa y también con sus aspiraciones hegemónicas sobre el Asia Menor y los Balcanes.

Tiempos de revolución

Ya en el siglo XX, desde el estallido de la Revolución Rusa y hasta la finalización de la Guerra Civil (1917-1921), el control político y militar del territorio cambió de manos en diversas ocasiones. Sin embargo, tras la victoria de los bolcheviques, se constituyó en la República Autónoma Socialista Soviética de Crimea, la cual fue incorporada a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en 1922.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la península fue invadida y ocupada por el ejército alemán, que la retuvo hasta la primavera de 1944, cuando la URSS la recuperó. En esa época, Stalin acusó a los tártaros de Crimea de colaboracionismo con los nazis y los castigó deportándolos a Asia Central. Crimea perdió su independencia y se convirtió en una unidad administrativa (una suerte de provincia) dentro de la República Soviética Rusa.

En 1954, Nikita Kruschov cedió Crimea a la república de Ucrania. En realidad, las razones de este regalo no están muy claras. Según algunos contemporáneos, el premier soviético tomó esta decisión en virtud de su afecto hacia los ucranianos.

Desde entonces, la península pasó a formar parte de Ucrania, aunque, paulatinamente, fue poblada por una importante cantidad de rusos, a los que se sumaron unos 250.000 tártaros que retornaron del Asia Central.

Desde esa fecha hasta la disolución de la URSS, en 1991, el traspaso de Crimea se convirtió en un foco de tensión entre Rusia y Ucrania. Con la finalidad de resolverlo, se realizó un referéndum, cuyo resultado convenció a Kiev de restablecer la República Autónoma de Crimea dentro del Estado ucraniano. En agosto del mismo año, Ucrania se separó de la URSS.

A partir de entonces, la tensión entre Crimea y Ucrania fue una constante.

En enero de 1994 se celebraron las primeras elecciones en la historia para la presidencia de Crimea. Cinco de los seis candidatos apoyaron públicamente su reunificación con Rusia, incluido el vencedor, Yuri Meshkov. De hecho, poco después de asumir el cargo, Meshkov comenzó a controlar las instituciones ucranianas en la península: destituyó a varios ministros y funcionarios y decretó que los residentes de Crimea no estarían sujetos al servicio militar ucraniano.

Estas y otras medidas reavivaron las tensiones con Kiev, las cuales se potenciaron en 1995, debido a que el presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, resolvió anular la constitución crimeana, abolir la presidencia de Crimea y asumir, personalmente, el gobierno de la república autónoma.

La crisis de 2014

El cimbronazo se produjo a comienzos de este año, cuando cayó el gobierno de Víktor Yanukóvich, producto de una serie de protestas en favor de un mayor acercamiento de Ucrania hacia la Unión Europea. Dichas protestas fueron rechazadas por las comunidades rusófilas de la zona sudoriental del país.

Tras el derrocamiento de Yanukóvich el 22 de febrero pasado, diversos grupos pro-rusos de Crimea se manifestaron en contra del nuevo gobierno en Kiev y proclamaron sus anhelos de estrechar sus vínculos con la Federación Rusa. Con el paso de los días, la situación se tornó más compleja; se incrementó la prédica separatista y se produjeron una serie de revueltas militares. Por su parte, Rusia decidió movilizar tropas hacia la región a fin de garantizar la integridad de los ucranianos pro-rusos, los habitantes de Crimea en general y las bases rusas estacionadas en la península, hasta que se normalizara la situación socio-política.

El 6 de marzo, las autoridades de la República Autónoma de Crimea anunciaron la convocatoria a un referéndum que determinaría su integración formal a Rusia. En este punto, la crisis se internacionalizó, pues diversos gobiernos rechazaron estas operaciones; especialmente los Estados Unidos y algunos miembros de la Unión Europea, quienes amenazaron con aplicar sanciones debido a que Rusia había transgredido las normas del Derecho internacional.

El 11 de marzo, Crimea declaró unilateralmente su independencia de Ucrania y proclamó la plena vigencia de la República. El 18, sus líderes políticos se reunieron con el presidente de Rusia y firmaron el tratado de adhesión del nuevo territorio a la Federación Rusa.

© LA GACETA

Patricia Kreibohm - Magister en Relaciones Internacionales y profesora de Historia Contemporánea de la Unsta.

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