02 Mayo 2014
EN MOSCÚ. Miles de trabajadores volvieron a manifestarse en la Plaza Roja. La última concentración ocurrió durante la Unión Soviética, en 1991. reuters
ESTAMBUL/MOSCÚ/ATENAS/BARCELONA.- Trabajadores de toda Europa se volcaron a las calles por el Primero de Mayo para volver a exigir el fin de los ajustes y denunciar el desempleo y la precarización laboral crecientes, pese a las mejoras macroeconómicas proclamadas por sus gobiernos tras años de crisis. España, Grecia, Francia y Portugal fueron escenario de algunas de las marchas más importantes, de los reclamos más desesperados y de las críticas más descarnadas contra el “cerebro” detrás de la receta de ajuste europeo, la “troika” de prestamistas que conforman la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI.
En España, decenas de miles de trabajadores marcharon por 70 ciudades para repudiar las políticas de austeridad del gobierno conservador de Mariano Rajoy y exigir empleos y salarios dignos, días después de que cifras oficiales mostraran un desempleo del 26% -casi seis millones de desocupados-. Las protestas más multitudinarias fueron las de Barcelona y Madrid, con 75.000 y 60.000 asistentes, respectivamente.
En Francia, decenas de miles de personas se manifestaron en las mayores ciudades para denunciar el ajuste por 50.000 millones de euros del gobierno socialista del presidente Francois Hollande y su “Pacto de Responsabilidad” para bajar las cargas sociales a las empresas a cambio de que contraten a más empleados. En pancartas o imágenes caricaturescas, Hollande fue omnipresente en las más de 100 marchas, que reunieron a 210.000 personas.
En Grecia, uno de los tres países europeos, junto a Portugal e Irlanda, que debieron recibir millonarios rescates de la “troika” a cambio de duros ajustes, miles de personas protestaron contra las políticas de austeridad en Atenas y Salónica, las dos principales ciudades, en una jornada de huelga general. Los barcos quedaron amarrados a puerto y los transportes públicos circularon con restricciones.
En Portugal, miles de trabajadores marcharon en Lisboa contra un proyecto del gobierno conservador del premier Pedro Passos Coelho que amplía hasta 2018 los planes de austeridad con subas del IVA y del aporte a la Seguridad Social.
En la norteña ciudad italiana de Turín, centro industrial muy golpeado por los dos años de recesión seguidos de Italia, policías se enfrentaron con cientos de manifestantes que les arrojaron piedras y bombas molotov.
En Alemania, que apenas se vio afectada por la crisis y cuyo gobierno ha sido el impulsor central de los ajustes en los endeudados países de la periferia, miles de miembros de sindicatos exigieron el fin de las políticas de austeridad y ayudas para combatir el desempleo en el sur de la UE.
En Turquía, en el sector europeo de Estambul, policías reprimieron con gas lacrimógeno y carros hidrantes a manifestantes que se dirigían a la plaza Taksim pese a una prohibición de las autoridades, desatando choques que dejaron decenas de heridos y casi 140 detenidos. El gobierno conservador de Recep Tayyip Erdogan prohibió la organización de las protestas.
Más de 100.000 personas participaron en Moscú en la tradicional marcha de los sindicatos con motivo del Día Internacional del Trabajador, que por primera vez desde la caída de la Unión Soviética se celebró en la Plaza Roja de la capital. Encabezados por el alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, manifestantes marcharon bajo el lema “salarios justos por un trabajo decente”, agitando banderas soviéticas y rusas y portando globos con los colores de la bandera nacional: blanco, azul y rojo. La marcha del 1 de mayo se celebró por última vez en la Plaza Roja de Moscú hace 23 años, en 1991. (Télam-DPA)
En España, decenas de miles de trabajadores marcharon por 70 ciudades para repudiar las políticas de austeridad del gobierno conservador de Mariano Rajoy y exigir empleos y salarios dignos, días después de que cifras oficiales mostraran un desempleo del 26% -casi seis millones de desocupados-. Las protestas más multitudinarias fueron las de Barcelona y Madrid, con 75.000 y 60.000 asistentes, respectivamente.
En Francia, decenas de miles de personas se manifestaron en las mayores ciudades para denunciar el ajuste por 50.000 millones de euros del gobierno socialista del presidente Francois Hollande y su “Pacto de Responsabilidad” para bajar las cargas sociales a las empresas a cambio de que contraten a más empleados. En pancartas o imágenes caricaturescas, Hollande fue omnipresente en las más de 100 marchas, que reunieron a 210.000 personas.
En Grecia, uno de los tres países europeos, junto a Portugal e Irlanda, que debieron recibir millonarios rescates de la “troika” a cambio de duros ajustes, miles de personas protestaron contra las políticas de austeridad en Atenas y Salónica, las dos principales ciudades, en una jornada de huelga general. Los barcos quedaron amarrados a puerto y los transportes públicos circularon con restricciones.
En Portugal, miles de trabajadores marcharon en Lisboa contra un proyecto del gobierno conservador del premier Pedro Passos Coelho que amplía hasta 2018 los planes de austeridad con subas del IVA y del aporte a la Seguridad Social.
En la norteña ciudad italiana de Turín, centro industrial muy golpeado por los dos años de recesión seguidos de Italia, policías se enfrentaron con cientos de manifestantes que les arrojaron piedras y bombas molotov.
En Alemania, que apenas se vio afectada por la crisis y cuyo gobierno ha sido el impulsor central de los ajustes en los endeudados países de la periferia, miles de miembros de sindicatos exigieron el fin de las políticas de austeridad y ayudas para combatir el desempleo en el sur de la UE.
En Turquía, en el sector europeo de Estambul, policías reprimieron con gas lacrimógeno y carros hidrantes a manifestantes que se dirigían a la plaza Taksim pese a una prohibición de las autoridades, desatando choques que dejaron decenas de heridos y casi 140 detenidos. El gobierno conservador de Recep Tayyip Erdogan prohibió la organización de las protestas.
Más de 100.000 personas participaron en Moscú en la tradicional marcha de los sindicatos con motivo del Día Internacional del Trabajador, que por primera vez desde la caída de la Unión Soviética se celebró en la Plaza Roja de la capital. Encabezados por el alcalde de Moscú, Serguei Sobianin, manifestantes marcharon bajo el lema “salarios justos por un trabajo decente”, agitando banderas soviéticas y rusas y portando globos con los colores de la bandera nacional: blanco, azul y rojo. La marcha del 1 de mayo se celebró por última vez en la Plaza Roja de Moscú hace 23 años, en 1991. (Télam-DPA)
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