02 Mayo 2014
Las últimas audiencias del juicio por el crimen de las turistas francesas se caracterizó por las declaraciones de testigos que tuvieron una intervención menor en la causa, pero que dejaron planteadas algunas dudas en torno a la investigación.
El miércoles, la jornada fue abierta con la declaración de Teresita Amalia Linares Díaz, una vecina de San Lorenzo que el 23 de julio de 2011 recibió una llamada en el teléfono fijo de su casa, de una mujer que le habló en francés.
“Su tono era desesperado. A pesar de que le decía que no le entendía y de que intenté cortarle en varias oportunidades, ella seguía hablando”, dijo Linares Díaz. El llamado ocurrió una semana después de que Houria Moumni y Cassandre Bouvier desaparecieran, y seis días antes de que sus cuerpos fueran hallados en la Quebrada de San Lorenzo.
Linares Díaz se dirigió a la subcomisaría de esa localidad el 31 de julio de ese año, cuando supo del hallazgo de los cadáveres. Pese a su exposición ante la Policía, nunca se investigó el origen de la extraña llamada.
El martes, en tanto, declararon Francisco Ariel Tejeda y Raúl Sarmiento, dos hombres que estuvieron detenidos por la causa, ante las sospechas de la Policía salteña de que estarían involucrados en el doble crimen.
Tejeda contó que fue detenido el 31 de julio de 2011 a la noche y trasladado a la subcomisaría de San Lorenzo, donde policías de la Brigada de Investigaciones lo torturaron. “Me pegaban en el oído con las manos abiertas y me daban trompadas en el estómago, diciéndome que me haga cargo de las muertes”, comentó el testigo.
Sarmiento, por su parte, dijo que la Policía le había plantado un arma cuando allanaron su domicilio. El revólver calibre 22 (que el entonces juez de Instrucción Martín Pérez le adjudicó a Daniel Vilte Laxi, uno de los imputados) estaba enterrado en el patio del testigo.
Sin embargo, Sarmiento manifestó que observó cuando un policía sacó el arma de entre sus ropas y la puso en la tierra, levantándola inmediatamente “Miré cuando estaban cavando, la pusieron y la levantaron en el mismo acto”, relató.
El fiscal de Cámara, Félix Elías, recordó que uno de los hijos de Sarmiento había sido asesinado de una puñalada hace dos años en San Lorenzo, y le preguntó si se trataba del mismo joven que presenció el polémico allanamiento de la Policía.
“No, el que mataron en una pelea se llamaba Luis, y mi otro hijo es Miguel”, aclaró el testigo. La pregunta del fiscal fue realizada ya que en medios periodísticos se habían sembrado dudas en torno al homicidio de Luis Sarmiento, mencionándolo como el joven que había estado presente cuando se encontró el arma en el patio.
El miércoles también declararon los policías Paola Cabeza, Diego Vázquez y José María Valenzuela y su hermano José Raúl Valenzuela, que actuaron como testigos de algunos operativos policiales, y el tío de Vilte Laxi, Mario Adolfo Cruz.
El miércoles, la jornada fue abierta con la declaración de Teresita Amalia Linares Díaz, una vecina de San Lorenzo que el 23 de julio de 2011 recibió una llamada en el teléfono fijo de su casa, de una mujer que le habló en francés.
“Su tono era desesperado. A pesar de que le decía que no le entendía y de que intenté cortarle en varias oportunidades, ella seguía hablando”, dijo Linares Díaz. El llamado ocurrió una semana después de que Houria Moumni y Cassandre Bouvier desaparecieran, y seis días antes de que sus cuerpos fueran hallados en la Quebrada de San Lorenzo.
Linares Díaz se dirigió a la subcomisaría de esa localidad el 31 de julio de ese año, cuando supo del hallazgo de los cadáveres. Pese a su exposición ante la Policía, nunca se investigó el origen de la extraña llamada.
El martes, en tanto, declararon Francisco Ariel Tejeda y Raúl Sarmiento, dos hombres que estuvieron detenidos por la causa, ante las sospechas de la Policía salteña de que estarían involucrados en el doble crimen.
Tejeda contó que fue detenido el 31 de julio de 2011 a la noche y trasladado a la subcomisaría de San Lorenzo, donde policías de la Brigada de Investigaciones lo torturaron. “Me pegaban en el oído con las manos abiertas y me daban trompadas en el estómago, diciéndome que me haga cargo de las muertes”, comentó el testigo.
Sarmiento, por su parte, dijo que la Policía le había plantado un arma cuando allanaron su domicilio. El revólver calibre 22 (que el entonces juez de Instrucción Martín Pérez le adjudicó a Daniel Vilte Laxi, uno de los imputados) estaba enterrado en el patio del testigo.
Sin embargo, Sarmiento manifestó que observó cuando un policía sacó el arma de entre sus ropas y la puso en la tierra, levantándola inmediatamente “Miré cuando estaban cavando, la pusieron y la levantaron en el mismo acto”, relató.
El fiscal de Cámara, Félix Elías, recordó que uno de los hijos de Sarmiento había sido asesinado de una puñalada hace dos años en San Lorenzo, y le preguntó si se trataba del mismo joven que presenció el polémico allanamiento de la Policía.
“No, el que mataron en una pelea se llamaba Luis, y mi otro hijo es Miguel”, aclaró el testigo. La pregunta del fiscal fue realizada ya que en medios periodísticos se habían sembrado dudas en torno al homicidio de Luis Sarmiento, mencionándolo como el joven que había estado presente cuando se encontró el arma en el patio.
El miércoles también declararon los policías Paola Cabeza, Diego Vázquez y José María Valenzuela y su hermano José Raúl Valenzuela, que actuaron como testigos de algunos operativos policiales, y el tío de Vilte Laxi, Mario Adolfo Cruz.
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