28 Abril 2014
PURA ALEGRIA. Los jugadores y seguidores de Famaillá festejan el ascenso logrado al Argentino B, al superar por 4 a 2 a Independiente Irigoyen de Salta. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
Cada ascenso -no importa la categoría- tiene un condimento especial y el de este Famaillá que volverá a jugar en el Argentino B parece ser la composición del plantel que empezó dirigiendo Alpidio Elizeche y continuó haciéndolo Florencio Ponce.
“Lo destacable de todo esto es que el 80% del plantel es oriundo de Famaillá y eso está supeditado a nuestra situación económica”, confesó Sergio Castro, presidente de la institución, mientras sus jugadores saltaban y cantaban bajo el tinglado del estadio Ricardo Bochini, tras el partido.
“Todos son jugadores de aquí y eso es un doble mérito. Hay una familia detrás que apoya siempre”, agregó Ponce.
Gustavo Contreras, jugador histórico y emblema del club, lo resume así. Lo mejor de todo esto fue el grupo. Si bien hubo gente que colaboró, nosotros le pusimos el pecho a las balas”, explicó el volante.
Qué mejor entonces que famaillenses para jugar un torneo como estos. “Ellos (los jugadores nacidos en Famaillá) antes miraban estos partidos desde la tribuna, hoy son protagonistas”, explicó Castro que adelantó que seguirán apostando a las divisiones inferiores para el torneo que se viene.
“Estamos muy contentos, más no podemos pedir: salir campeones en nuestra cancha y quedar en la historia con los chicos del club. Es un honor inmenso”, llegó a decir Emanuel Ceballos, antes de estallar en llanto mientras hablaba con la prensa en el campo.
La emoción siempre está luego de un título, pero se multiplica si los que lo logran saben bien qué camiseta están usando. Eso parece haber pasado en Famaillá.
“Lo destacable de todo esto es que el 80% del plantel es oriundo de Famaillá y eso está supeditado a nuestra situación económica”, confesó Sergio Castro, presidente de la institución, mientras sus jugadores saltaban y cantaban bajo el tinglado del estadio Ricardo Bochini, tras el partido.
“Todos son jugadores de aquí y eso es un doble mérito. Hay una familia detrás que apoya siempre”, agregó Ponce.
Gustavo Contreras, jugador histórico y emblema del club, lo resume así. Lo mejor de todo esto fue el grupo. Si bien hubo gente que colaboró, nosotros le pusimos el pecho a las balas”, explicó el volante.
Qué mejor entonces que famaillenses para jugar un torneo como estos. “Ellos (los jugadores nacidos en Famaillá) antes miraban estos partidos desde la tribuna, hoy son protagonistas”, explicó Castro que adelantó que seguirán apostando a las divisiones inferiores para el torneo que se viene.
“Estamos muy contentos, más no podemos pedir: salir campeones en nuestra cancha y quedar en la historia con los chicos del club. Es un honor inmenso”, llegó a decir Emanuel Ceballos, antes de estallar en llanto mientras hablaba con la prensa en el campo.
La emoción siempre está luego de un título, pero se multiplica si los que lo logran saben bien qué camiseta están usando. Eso parece haber pasado en Famaillá.
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