28 Abril 2014
MEMORIA. Una plaza recuerda el cruento homicidio de Mercedes. la gaceta / fotos de franco vera
El juicio oral en el que se debate cómo ocurrió el crimen de Mercedes Figueroa, la niña de seis años que fue asesinada a puñaladas el 1 de mayo de 2012, concluiría hoy. Antes de la sentencia que será dictada por los jueces del tribunal integrado por Eduardo Romero Lascano, Alfonso Zóttoli y Pedro Roldán Vázquez, LA GACETA habló con la familia de la víctima y recorrió las inmediaciones del sitio baldío en el que se encontró su cadáver.
Cuando Mercedes vivía, el pasaje de tierra ubicado entre el Canal Norte y la avenida Francisco de Aguirre al 2.900 ni siquiera tenía un nombre. Ahora, recuerda su desgracia. Pero no sólo al pasaje lo bautizaron con el nombre de la víctima. También convirtieron al sitio baldío en una plaza y ahí construyeron una gruta para recordarla. Todo lleva inscripto su nombre.
La niña vivía en una casa ubicada en esa calle improvisada por los vecinos junto con su madre, Rosa Figueroa, y sus cinco hermanos. Y en esa cuadra también encontró la muerte. “La encontraron tirada en el lugar donde ahora está la tapia de la plaza. Y el quiosco, en el que fue a comprar antes de que desapareciera, está al lado de la plaza”, explicó.
Mercedes desapareció la tarde del 1 de mayo de 2012 y la encontraron muerta a la mañana siguiente. Al parecer, habían intentado violarla. Pero las pericias médicas posteriores comprobaron, según se aseguró en el juicio, que la menor no sufrió accesos carnales por parte de su secuestradores. “La buscamos por todas partes. En el canal, en los barrios que están cerca y en esta cuadra. Hasta la Policía la buscó en esta zona con caballos, en motos y a pie. Pero nadie la encontró. Cuando me avisaron que por fin la habían encontrado, yo estaba en su escuela haciendo ver una foto de ella”, recordó Figueroa.
Walter Antonio Lobo, padre de la menor, también estuvo en la búsqueda. Ellos y todos los testigos que hablaron ante el tribunal coincidieron en que -en reiteradas ocasiones- recorrieron el lugar en el que se la encontró. “Algunos andábamos en moto y usamos esas luces para iluminar el baldío pero ninguno vio nada”, aseveró Lobo.
El principal sospechoso del homicidio es Marcos Rubén Longo (49), tío político de la menor. Incluso fue él quien supuestamente halló el cuerpo. “Estaba parada en la esquina y él (Longo) me llamó a los gritos diciéndome que había encontrado a la chiquita”, remarcó Elba Figueroa, tía de la menor.
Longo junto a su hijo, un menor sobreseído durante la instrucción, y un joven de 19 años (su nombre no se publica porque al momento del hecho también era menor) fueron acusados por el asesinato. Y el jueves una serie de pruebas de ADN complicaron su situación procesal. Según los informes se halló un vello púbico en la boca de la víctima que coincide con el patrón genético de Longo y la sangre hallada en el calzado del joven de 19 años concuerda con la genética de la sangre de Mercedes. El juicio se reanudará a las 8.30 y quizás se sepa qué fue lo que pasó.
Cuando Mercedes vivía, el pasaje de tierra ubicado entre el Canal Norte y la avenida Francisco de Aguirre al 2.900 ni siquiera tenía un nombre. Ahora, recuerda su desgracia. Pero no sólo al pasaje lo bautizaron con el nombre de la víctima. También convirtieron al sitio baldío en una plaza y ahí construyeron una gruta para recordarla. Todo lleva inscripto su nombre.
La niña vivía en una casa ubicada en esa calle improvisada por los vecinos junto con su madre, Rosa Figueroa, y sus cinco hermanos. Y en esa cuadra también encontró la muerte. “La encontraron tirada en el lugar donde ahora está la tapia de la plaza. Y el quiosco, en el que fue a comprar antes de que desapareciera, está al lado de la plaza”, explicó.
Mercedes desapareció la tarde del 1 de mayo de 2012 y la encontraron muerta a la mañana siguiente. Al parecer, habían intentado violarla. Pero las pericias médicas posteriores comprobaron, según se aseguró en el juicio, que la menor no sufrió accesos carnales por parte de su secuestradores. “La buscamos por todas partes. En el canal, en los barrios que están cerca y en esta cuadra. Hasta la Policía la buscó en esta zona con caballos, en motos y a pie. Pero nadie la encontró. Cuando me avisaron que por fin la habían encontrado, yo estaba en su escuela haciendo ver una foto de ella”, recordó Figueroa.
Walter Antonio Lobo, padre de la menor, también estuvo en la búsqueda. Ellos y todos los testigos que hablaron ante el tribunal coincidieron en que -en reiteradas ocasiones- recorrieron el lugar en el que se la encontró. “Algunos andábamos en moto y usamos esas luces para iluminar el baldío pero ninguno vio nada”, aseveró Lobo.
El principal sospechoso del homicidio es Marcos Rubén Longo (49), tío político de la menor. Incluso fue él quien supuestamente halló el cuerpo. “Estaba parada en la esquina y él (Longo) me llamó a los gritos diciéndome que había encontrado a la chiquita”, remarcó Elba Figueroa, tía de la menor.
Longo junto a su hijo, un menor sobreseído durante la instrucción, y un joven de 19 años (su nombre no se publica porque al momento del hecho también era menor) fueron acusados por el asesinato. Y el jueves una serie de pruebas de ADN complicaron su situación procesal. Según los informes se halló un vello púbico en la boca de la víctima que coincide con el patrón genético de Longo y la sangre hallada en el calzado del joven de 19 años concuerda con la genética de la sangre de Mercedes. El juicio se reanudará a las 8.30 y quizás se sepa qué fue lo que pasó.
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