Nació cuando su madre iba a ver al Papa

Nació cuando su madre iba a ver al Papa

Se llama Juan Pablo Segundo, en honor al papa viajero. Acaba de cumplir 27 años y su nacimiento marcó a fuego a su familia.

FELICES. Isolina y Juan Pablo Segundo, el día después de la visita del papa, con el suplemento de LA GACETA; 27 años después, con la histórica foto. LA GACETA / FOTO ARCHIVO - FOTO DE DIEGO ARÁOZ
FELICES. Isolina y Juan Pablo Segundo, el día después de la visita del papa, con el suplemento de LA GACETA; 27 años después, con la histórica foto. LA GACETA / FOTO ARCHIVO - FOTO DE DIEGO ARÁOZ
¿Coincidencia, casualidad, o mensaje divino?. Segundo Rolando Santana tenía 47 años cuando comenzó a hacerse esta pregunta. Después de 27 años aún sigue sin encontrar la respuesta. El 8 de abril de 1987, Segundo, fue padre por primera vez. El mismo día, que Juan Pablo II visitó Tucumán.

En esa época, Isolina del Valle Valdéz, esposa de este humilde empleado público, tenía 27 años. “Veníamos de atrás de Alderetes para llegar hasta la autopista y de allí dirigirnos al aeropuerto Benjamín Matienzo. Queríamos ver al papa. Estaba embarazada de nueve meses. Salimos a la madrugada, no sólo para evitar el calor sino también para poder ubicarnos cerca de su Santidad”, describió la mujer.

“Cuando llegamos a la esquina del ex almacén de Posleman -añadió-, en la esquina de Rivadavia y San Martín (de Alderetes) me sentí mal. Eran las 3 de la mañana y se nos acercó un policía y un comisario, que vivía en Barrio Oeste II de la capital. Me hicieron sentar en el cordón. Ahí me di cuenta que había roto bolsa y estaba en pleno parto. Ellos también se dieron cuenta. De inmediato llamaron a una ambulancia, pero la criatura no les dio tiempo. Nació antes que llegara el vehículo. Fueron ambos uniformados quienes me ayudaron a traer al mundo a mi primer hijo. Tenía el cuerpito sucio con arena y lo cubrieron con una colcha”.

Valdéz de Santana, que hoy tiene 54 años de edad, contó que cuando llegó la ambulancia fue trasladada de urgencia a la Maternidad. “Allí me atendieron y constataron que el niño se encontraba en buen estado de salud. Lo bañaron y lo pusieron a mi lado. Cuando me preguntaron que nombre le iba poner no lo dudé un segundo: Juan Pablo Segundo Santana”.

Coincidencias

El homónimo del papa viajero cumplió 27 años, el 8 de abril. Hoy, su padre cumplirá 74 años y Juan Pablo II será canonizado. Además él nació cuando su madre tenía 27 años. “Mis amigos, mis vecinos y otra gente que por ahí me pregunta por mi nombre, no quieren creer cuando les cuento sobre el origen de mi nombre. Hasta algunos me dicen que miento”, explicó Juan Pablo Segundo a LA GACETA.

“El Segundo no es por mi padre sino que coincidió con el segundo del papa”, agregó.

Ciudadano ilustre


Juan Pablo también está ligado al nacimiento de Alderetes como ciudad. Fue en 1987, año de la visita papal, que esta población ubicada al este de San Miguel de Tucumán y conformada por la fusión de las localidades de El Corte, Alderetes y Los Gutiérrez, se erigió en municipio de segunda categoría, acorde a la Ley Provincial Nº 5.529. El 6 de septiembre de ese mismo año fue electo como primer intendente Mario Orlando Sandoval (1987-1991), que designó al entonces niño Santana, como ciudadano ilustre de la flamante ciudad y ambos (municipio y joven) tienen la misma edad.

“Después fueron electos el doctor Ismael Kamel (1991-1995), Marcos Luis Varvaro (1995-1999), Héctor Aldo Salomón (1999-2003) y Julio Fabio Silman (2003-2007,2007-2011,2011-2015)”, detalló la arquitecta Sonia Torasso de Gómez, directora de obras públicas del municipio de Alderetes.

Pero ser un niño especial no le abrió demasiadas puertas a Juan Pablo. “No tengo trabajo fijo y vivo en un asentamiento de la Banda del Río Salí. Me la rebusco haciendo changas para poder alimentar a mis dos hijos”, dijo el ahora mayor de edad Juan Pablo.

Bendiciones y curaciones

Segundo Santana, el padre de Juan Pablo, cuenta que cuando su primogénito era niño los vecinos le pedían que los bendiga. De inmediato, Isolina evoca los detalles: “cuando algún conocido padecía un dolor de cabeza o un malestar estomacal, el pequeño Juan le hacía la señal de la cruz en esas partes y los sanaba. No era en serio, sino una broma de chico inocente. Sin embargo, ellos después se sentían mucho mejor”.

Papá Santana relata también que gracias a ese hijo, el doctor Rolando Rossi, le consiguió un trabajo en la maternidad. “Hasta entonces yo vivía de hacer changas en el mercado de Abasto. En la Maternidad comencé como ascensorista, pasé a maestranza y ahora estoy en el área de mantenimiento”, subrayó orgulloso.

Mamá Isolina dice estar siempre agradecida de Juan Pablo II. “El día de su visita efectuó una bendición especial por mi hijo mayor. También nos envió un rosario y un escapulario. Nunca nos confirmaron pero decían que lo iban a convocar al Vaticano. Aunque eso nunca se dio”, aseveró.

Después del homónimo papal, el matrimonio Santana incrementó la familia con otros tres hijos: Sabrina Silvana (25 años), Romina del Valle (20) y Alejandro Agustín (10). Sólo el menor vive con ellos en pasaje Espósito y Carrillo de la Costanera. Sabrina y Romina viven con sus parejas.

Juan Pablo Segundo nunca viajó a Italia y se ilusiona con encontrar un trabajo fijo. Sus padres se sienten orgullosos de la forma y del día en el que vino al mundo. Pero su padre aún espera una respuesta para esa pregunta que no deja de acosarlo: ¿coincidencia, casualidad, o mensaje divino?

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