11 Abril 2014
La huelga paralizó la provincia y sitió ciudades
Los gremios de las CGT disidentes hicieron sentir la medida de fuerza en la provincia. La adhesión de los choferes de ómnibus y de transportes de carga derivó en que las escuelas estuvieran vacías y en que algunos comercios cerraran. Organizaciones sociales y políticas montaron una decena de piquetes sobre rutas y puentes
DESOLADAS. La actividad educativa fue nula y se notó en las peatonales.
Algunas, de desolación; y otras, de poca actividad. El paro general convocado por las CGT disidentes -Azopardo y Azul y Blanco- dejó imágenes diferentes en Tucumán. Ocurre que la adhesión a la medida contra la inflación, la inseguridad, el impuesto a las Ganancias y por una “jubilación digna” fue dispar y se notó en algunas actividades y sectores de la ciudad más que en otros.
Las mayores consecuencias fueron las derivadas de la falta de ómnibus urbanos. De acuerdo con la CGT local, el 100% de los choferes afiliados a UTA se sumaron a la medida.
La Terminal de Ómnibus y las paradas permanecieron vacías. Lo mismo ocurrió en la mayoría de las escuelas públicas, colegios privados y universidades. También repercutió en la actividad comercial. Si bien fue mayor a la esperada, algunos comerciantes decidieron no abrir porque los empleados no tenían cómo llegar. En las avenidas y en el microcentro, las persianas bajas fueron tantas como las levantadas.
“No hubo recolección de residuos, reparto de aguas y gaseosas, ni circularon los camiones de caudales ni combustible”, resumió Pedro Mamaní, del sindicato de Camioneros y secretario general de la CGT moyanista regional. “Tenemos la esperanza de que el Gobierno haga lugar al pedido de los trabajadores, que es el diálogo. Hay mucha bronca y desesperanza en los empleados”, afirmó.
En hospitales, CAPS y áreas operativas, los autoconvocados de la salud nucleados en el Sitas paralizaron la actividad. La atención se restringió a las emergencias, según consignó la secretaria general del gremio, Adriana Bueno. “El panorama fue de desolación. La mayoría de los hospitales estaban adheridos. La gente no asistió como habitualmente lo hace, no había transporte y hay temor hasta de caminar. Igual garantizamos la atención”, enfatizó. Recordó que la Fesprosa -federación de gremios sanitarios- exige que se traten en el Congreso los proyectos del 82% móvil para la jubilación y de eliminación del impuesto a las Ganancias.
Ramón Aguirre, del Sindicato de Papeleros, aseguró que el 75% de los trabajadores del sector no cubrieron sus puestos.
Por su parte, organizaciones sociales protagonizaron al menos 10 cortes de tránsito sobre rutas nacionales y puentes. Vicente Ruiz, de la CCC, afirmó que pretenden la apertura de “paritarias sociales” por el monto de subsidios y ser incluidos en programas de obras públicas. Agrupaciones del “Frente Darío Santillán” montaron piquetes en Las Talitas, Tafí Viejo y San José. El PO y el MST, en tanto, ocuparon el “Lucas Córdoba”, pero fueron desalojados por la Policía. “Habíamos dejado liberada una calzada, pero en forma violenta nos empujaron y golpearon”, denunció Lita Alberstein (MST).
Las mayores consecuencias fueron las derivadas de la falta de ómnibus urbanos. De acuerdo con la CGT local, el 100% de los choferes afiliados a UTA se sumaron a la medida.
La Terminal de Ómnibus y las paradas permanecieron vacías. Lo mismo ocurrió en la mayoría de las escuelas públicas, colegios privados y universidades. También repercutió en la actividad comercial. Si bien fue mayor a la esperada, algunos comerciantes decidieron no abrir porque los empleados no tenían cómo llegar. En las avenidas y en el microcentro, las persianas bajas fueron tantas como las levantadas.
“No hubo recolección de residuos, reparto de aguas y gaseosas, ni circularon los camiones de caudales ni combustible”, resumió Pedro Mamaní, del sindicato de Camioneros y secretario general de la CGT moyanista regional. “Tenemos la esperanza de que el Gobierno haga lugar al pedido de los trabajadores, que es el diálogo. Hay mucha bronca y desesperanza en los empleados”, afirmó.
En hospitales, CAPS y áreas operativas, los autoconvocados de la salud nucleados en el Sitas paralizaron la actividad. La atención se restringió a las emergencias, según consignó la secretaria general del gremio, Adriana Bueno. “El panorama fue de desolación. La mayoría de los hospitales estaban adheridos. La gente no asistió como habitualmente lo hace, no había transporte y hay temor hasta de caminar. Igual garantizamos la atención”, enfatizó. Recordó que la Fesprosa -federación de gremios sanitarios- exige que se traten en el Congreso los proyectos del 82% móvil para la jubilación y de eliminación del impuesto a las Ganancias.
Ramón Aguirre, del Sindicato de Papeleros, aseguró que el 75% de los trabajadores del sector no cubrieron sus puestos.
Por su parte, organizaciones sociales protagonizaron al menos 10 cortes de tránsito sobre rutas nacionales y puentes. Vicente Ruiz, de la CCC, afirmó que pretenden la apertura de “paritarias sociales” por el monto de subsidios y ser incluidos en programas de obras públicas. Agrupaciones del “Frente Darío Santillán” montaron piquetes en Las Talitas, Tafí Viejo y San José. El PO y el MST, en tanto, ocuparon el “Lucas Córdoba”, pero fueron desalojados por la Policía. “Habíamos dejado liberada una calzada, pero en forma violenta nos empujaron y golpearon”, denunció Lita Alberstein (MST).
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