Calviño es fuerte de la cabeza y el corazón

La seriedad con la que toma el desafío tiene carácter de cuestión de estado. Lucas Calviño cuidará mañana el arco de Cristian Lucchetti en Salta, cuando Atlético se enfrente con Ferro por la Fase Final II de la Copa Argentina. “Estoy muy contento por la posibilidad que tengo de volver a jugar, tanto yo como todos los chicos que estaremos en este compromiso”.

Se sabe, la vida del arquero suplente es bastante diferente a la del resto de los futbolistas. Es el único puesto donde las oportunidades brillan por su ausencia. Es tan complicado como encontrar un oasis en medio del desierto. “Ser suplente te obliga a realizar un esfuerzo mental muy grande porque uno sabe que tiene muy pocas chances de entrar, pero cuando esa chance aparece tiene que estar preparado. Así que no se puede dejar caer y seguir entrenando como si a uno le tocara entrar a la cancha todos los días”, explica el ex Huracán, y menciona cuán vital es el apoyo de la familia en estos casos.

“Es clave, porque después en el entrenamiento que tenemos todos los días no hay diferencia tanto para titulares como suplentes. Es lo mismo”.

Hay un giro repentino en la conversación. Es el momento de estallar de felicidad, el momento de Calviño de revelar lo fuerte que está de ánimo y lo repleto de amor que tiene su corazón. Su final de año fue impresionante, en lo personal. “¡Sí! Nació Bruno, mi primer hijo”, cuenta mientras muestra en su brazo derecho que lleva marcado en su piel el nombre de Bruno. “La verdad, se me cae la baba, es excepcional esto”, dice sin poder borrar una amplia sonrisa de la boca. Calviño está perdidamente enamorado de su hijo y se hace cargo de todas sus funciones paternales.

“Si hay que cambiar pañales, cambio. Valeria, mi mujer, es la que hace el trabajo duro, pero, ya ves, yo colaboro en todo lo que puedo; si no después empiezan las discusiones, ja, ja, ja”. El bebé, el “Gordo” como le dice, es un ángel. “Al principio no nos dejaba dormir muy mucho, costaba un poco, pero ahora que tiene cuatro meses agarró un poquito de ritmo de sueño. Se porta bastante bien”, habla Calviño sobre el mejor gol que soñó con hacer en su vida. De arco a arco.

“No tiene precio su llegada. Nos trajo una alegría enorme a la familia; a nosotros, a los abuelos. No se me borra la sonrisa de la boca cuando hablo de él”, confiesa el arquero “decano” y traslada toda esa emoción paternal a la cancha de fútbol. Espera sonreír de igual manera en Salta, y lo conseguirá si Atlético avanza de ronda en la copa.

Le falta afinar detalles

Héctor Rivoira prosiguió ayer con la prueba del 11 titular de Atlético que se enfrentará mañana, a las 20, con Ferro, en Salta. “Chulo” tiene casi todo definido, menos el puesto de marcador central izquierdo (ver: “Descartado”). Hoy habrá una prueba final en Ojo de Agua, a las 9.30. Pasado el mediodía, los 18 elegidos por el DT viajarán a La Linda.

Mañana los que no viajen se entrenarán a las 16.30 en el estadio. El jueves lo harán todos juntos en el mismo escenario, pensando en el choque del domingo, a las 19, con Independiente (M), en 25 y Chile.