05 Abril 2014
SALTA.- La buena intención, la amistad y la simpleza jugaron una mala pasada a Omar Darío Ramos y Antonio Eduardo Sandoval, según la defensora oficial Graciela Belmont. Ambos salteños de San Lorenzo participan del juicio oral del caso de las turistas francesas con la calidad de acusados del delito de encubrimiento. “Son hombres de pueblo y no quisieron obstaculizar la investigación”, aseguró Belmont a LA GACETA en el único cuarto intermedio que hubo ayer.
La defensora explicó que tanto Ramos como Sandoval recibieron el arma presuntamente usada para asesinar a Cassandre Bouvier y Houria Mounmi. “Ellos reconocen que así fue, pero también dicen que no sabían realmente por qué el dueño, Walter Lasi, papá del imputado Gustavo Lasi, quería desprenderse de ella”, añadió.
Belmont expresó que Lasi padre era muy amigo de “Pajarito” Ramos y que, por ello, le entregó la escopeta con la excusa de que esta no estaba registrada a su nombre y que temía que ello pudiese ser advertido por la Brigada de Investigaciones. En aquel momento, esta fuerza revisaba las casas de los habitantes de San Lorenzo buscando pruebas para esclarecer el doble homicidio.
“Lasi le pide que le tenga el arma, que estaba envuelta, pero omite mencionar la situación de su hijo. Ramos acepta la escopeta, pero, como no quería guardarla en su casa, por miedo a un accidente, decide entregársela a su vez al hermano de Lasi padre, a quien encuentra un rato más tarde. Este tampoco quiso quedarse con el arma y procedió a dejarla en manos de Sandoval, que trabajaba como jardinero en la casa de la familia Nuñez”, relató Belmont.
El enredo concluye con la escopeta depositada en lo de Nuñez, vivienda en la que terminó cayendo la Policía. “Ellos mismos la llevaron hasta allí. Nunca quisieron ocultar el arma ni entorpecer la investigación”, razonó la defensora. Y evaluó que si este caso no hubiese tenido tanta repercusión, Ramos y Sandoval habrían podido ofrecer una “probation” (suspensión del juicio a prueba) porque el encubrimiento es sancionado con una pena mínima.
“Ellos permanecen en libertad. Me consta que son muy queridos en San Lorenzo (Ramos fue incluso presidente del fortín local). Su error fue recibir el arma, pero actuaron con buena fe”, insistió. Belmont recordó que “Pajarito” Ramos colaboró con los policías: “hasta los guió por el cerro, con la ayuda del imputado Santos Clemente Vera. Esta gente vive en una zona donde todos se conocen. Lasi padre y Ramos, sin ir más lejos, son amigos desde hace 30 años”.
La defensora explicó que tanto Ramos como Sandoval recibieron el arma presuntamente usada para asesinar a Cassandre Bouvier y Houria Mounmi. “Ellos reconocen que así fue, pero también dicen que no sabían realmente por qué el dueño, Walter Lasi, papá del imputado Gustavo Lasi, quería desprenderse de ella”, añadió.
Belmont expresó que Lasi padre era muy amigo de “Pajarito” Ramos y que, por ello, le entregó la escopeta con la excusa de que esta no estaba registrada a su nombre y que temía que ello pudiese ser advertido por la Brigada de Investigaciones. En aquel momento, esta fuerza revisaba las casas de los habitantes de San Lorenzo buscando pruebas para esclarecer el doble homicidio.
“Lasi le pide que le tenga el arma, que estaba envuelta, pero omite mencionar la situación de su hijo. Ramos acepta la escopeta, pero, como no quería guardarla en su casa, por miedo a un accidente, decide entregársela a su vez al hermano de Lasi padre, a quien encuentra un rato más tarde. Este tampoco quiso quedarse con el arma y procedió a dejarla en manos de Sandoval, que trabajaba como jardinero en la casa de la familia Nuñez”, relató Belmont.
El enredo concluye con la escopeta depositada en lo de Nuñez, vivienda en la que terminó cayendo la Policía. “Ellos mismos la llevaron hasta allí. Nunca quisieron ocultar el arma ni entorpecer la investigación”, razonó la defensora. Y evaluó que si este caso no hubiese tenido tanta repercusión, Ramos y Sandoval habrían podido ofrecer una “probation” (suspensión del juicio a prueba) porque el encubrimiento es sancionado con una pena mínima.
“Ellos permanecen en libertad. Me consta que son muy queridos en San Lorenzo (Ramos fue incluso presidente del fortín local). Su error fue recibir el arma, pero actuaron con buena fe”, insistió. Belmont recordó que “Pajarito” Ramos colaboró con los policías: “hasta los guió por el cerro, con la ayuda del imputado Santos Clemente Vera. Esta gente vive en una zona donde todos se conocen. Lasi padre y Ramos, sin ir más lejos, son amigos desde hace 30 años”.
Lo más popular