05 Abril 2014
La noticia de que los cursos y talleres del programa Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM) volverán a dictarse en la histórica sede de Virgen de la Merced (ex Rivadavia) 417 tuvo dispar acogida entre los alumnos. Así lo sugirió Marta Dip, una de las referentes de los autoconvocados.
“Ya estamos ahí, a un paso de cerrar todo el tema de la sede de la calle (ex) Rivadavia; espero que no naufrague”, se esperanzó. Contó, además, que un grupo de alumnos ya visitaron el inmueble. “Fuimos para ver en qué condiciones estaba; y está como la dejamos, salvo algún deterioro que era de esperar, porque estuvo un año y medio cerrada”, contó. Añadió que el miércoles los alumnos del EPAM debatieron este tema en asamblea. “Fue importante. El secretario de Extensión, Mario Leal, explicó que ya estaban avanzadas las negociaciones; que los dueños no tienen objeciones y que ahora deben terminar la papelería. Pero bueno, dentro de la comisión hay gente que todavía no confía, y otros que sí”, admitió.
Optimista
Ella se ubicó entre los que veían con optimismo la posibilidad de regresar a esa sede del microcentro. “Yo sí le doy un voto confianza en este momento; porque creo en el acuerdo, porque por primera vez fue hecho con todas las partes. No es algo improvisado, sino que tiene seriedad”, afirmó, con la aclaración de que hablaba a título personal y no en representación de todos los alumnos autoconvocados.
Dip se refería al acta que firmaron a mediados de marzo representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Provincia, de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), de la Facultad de Derecho, y de los alumnos del EPAM. Este acuerdo preveía que en un plazo urgente la UNT debía encontrar y habilitar una sede céntrica para que se dicten los cursos y los talleres del programa. “Yo quedé conforme con el acuerdo, y di mi voto positivo. De los cinco miembros, firmamos tres, y dos optaron por retirarse. Lo entiendo; no todo el mundo tiene la obligación de pensar igual, y en nuestro grupo nadie lleva a nadie de las narices”, afirmó.
Más allá de que algunos se muestren prudentes y hasta escépticos, Dip indicó que todos se encuentran ansiosos. “Cada día que pasa la situación se torna más densa; y nosotros, que hemos asumido representación, también estamos complicados. Uno repite (ante la asamblea) lo que le dicen los funcionarios; y estamos en un momento decisivo”, manifestó. No obstante, insistió en su optimismo: “no creo que vayan a fracasar las conversaciones que se están llevando a cabo; estoy segura de que saldrá bien, y de que el lunes 21 estaremos empezando las clases”.
“Ya estamos ahí, a un paso de cerrar todo el tema de la sede de la calle (ex) Rivadavia; espero que no naufrague”, se esperanzó. Contó, además, que un grupo de alumnos ya visitaron el inmueble. “Fuimos para ver en qué condiciones estaba; y está como la dejamos, salvo algún deterioro que era de esperar, porque estuvo un año y medio cerrada”, contó. Añadió que el miércoles los alumnos del EPAM debatieron este tema en asamblea. “Fue importante. El secretario de Extensión, Mario Leal, explicó que ya estaban avanzadas las negociaciones; que los dueños no tienen objeciones y que ahora deben terminar la papelería. Pero bueno, dentro de la comisión hay gente que todavía no confía, y otros que sí”, admitió.
Optimista
Ella se ubicó entre los que veían con optimismo la posibilidad de regresar a esa sede del microcentro. “Yo sí le doy un voto confianza en este momento; porque creo en el acuerdo, porque por primera vez fue hecho con todas las partes. No es algo improvisado, sino que tiene seriedad”, afirmó, con la aclaración de que hablaba a título personal y no en representación de todos los alumnos autoconvocados.
Dip se refería al acta que firmaron a mediados de marzo representantes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y de la Provincia, de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), de la Facultad de Derecho, y de los alumnos del EPAM. Este acuerdo preveía que en un plazo urgente la UNT debía encontrar y habilitar una sede céntrica para que se dicten los cursos y los talleres del programa. “Yo quedé conforme con el acuerdo, y di mi voto positivo. De los cinco miembros, firmamos tres, y dos optaron por retirarse. Lo entiendo; no todo el mundo tiene la obligación de pensar igual, y en nuestro grupo nadie lleva a nadie de las narices”, afirmó.
Más allá de que algunos se muestren prudentes y hasta escépticos, Dip indicó que todos se encuentran ansiosos. “Cada día que pasa la situación se torna más densa; y nosotros, que hemos asumido representación, también estamos complicados. Uno repite (ante la asamblea) lo que le dicen los funcionarios; y estamos en un momento decisivo”, manifestó. No obstante, insistió en su optimismo: “no creo que vayan a fracasar las conversaciones que se están llevando a cabo; estoy segura de que saldrá bien, y de que el lunes 21 estaremos empezando las clases”.
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