19 Marzo 2014
MELBOURNE.- Los nuevos motores son demasiado silenciosos para la F-1, opinan muchos de los máximos responsables de la competición, que ven en el ruido de los bólidos un componente esencial del espectáculo.
El jefe de la F-1, Bernie Ecclestone, quiere que los bólidos vuelvan a rugir, a la vista de las críticas expresadas por el director del GP de Australia. “Lo que dije es que debemos ver si existe una posibilidad de que los coches suenen de nuevo como lo que son, de carrera. No sé si eso es posible pero deberíamos investigarlo”, sostuvo Ecclestone.
El dirigente inició ya conversaciones con el francés Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), responsable de los cambios de reglamento y de la introducción de los motores turbo de seis cilindros. Y aseguró también que habló con el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, que al parecer nunca recibió tantos mails de queja con un mensaje común: “esto ya no es F-1”.
Después de la carrera en Melbourne, el jefe del GP australiano, Ron Walker, acusó incluso a los responsables de la clase reina de incumplimiento de contrato. “Vamos a solucionar esto con Bernie”, dijo.
Mucho antes de la primera de las 19 carreras de 2014, Ecclestone dijo que la cuestión de los nuevos motores era absurda. “La gente quiere ruido. Algo especial. De eso se trata la F-1”, advirtió. La reforma de los motores, más modernos y respetuosos con el medio ambiente, apenas se nota en las rectas, pero cuando los coches doblan, el sonido es realmente mucho menor.
Antes era todo más ruidoso. Se perdió algo de atractivo”, admitió el ex campeón Niki Lauda. “Una ventaja es la comunicación por radio con los pilotos, que antes se veía dificultada por el rugido de los motores”, opinó irónicamente el campeón mundial Sebastian Vettel, del equipo Red Bull.
El jefe de la F-1, Bernie Ecclestone, quiere que los bólidos vuelvan a rugir, a la vista de las críticas expresadas por el director del GP de Australia. “Lo que dije es que debemos ver si existe una posibilidad de que los coches suenen de nuevo como lo que son, de carrera. No sé si eso es posible pero deberíamos investigarlo”, sostuvo Ecclestone.
El dirigente inició ya conversaciones con el francés Jean Todt, presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), responsable de los cambios de reglamento y de la introducción de los motores turbo de seis cilindros. Y aseguró también que habló con el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, que al parecer nunca recibió tantos mails de queja con un mensaje común: “esto ya no es F-1”.
Después de la carrera en Melbourne, el jefe del GP australiano, Ron Walker, acusó incluso a los responsables de la clase reina de incumplimiento de contrato. “Vamos a solucionar esto con Bernie”, dijo.
Mucho antes de la primera de las 19 carreras de 2014, Ecclestone dijo que la cuestión de los nuevos motores era absurda. “La gente quiere ruido. Algo especial. De eso se trata la F-1”, advirtió. La reforma de los motores, más modernos y respetuosos con el medio ambiente, apenas se nota en las rectas, pero cuando los coches doblan, el sonido es realmente mucho menor.
Antes era todo más ruidoso. Se perdió algo de atractivo”, admitió el ex campeón Niki Lauda. “Una ventaja es la comunicación por radio con los pilotos, que antes se veía dificultada por el rugido de los motores”, opinó irónicamente el campeón mundial Sebastian Vettel, del equipo Red Bull.
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