16 Marzo 2014
HOMBRE FELIZ. Lucas Mohamed, pura felicidad, en la salida de la calle de boxes del autódromo “Rosendo Hernández”.
SAN LUIS.- “Estaban todos mirándome. Hugo Paoletti acababa de hacer el anuncio y me sentí como cuando en las películas las luces apuntan a un actor. Creo que hubo gritos, aplausos, palmadas, abrazos. Mi papá, ‘Lito’, estaba a mi lado y lloraba como un bebé. Yo no caía, no podía comprender bien lo que pasaba. Me quedé mudo, también lloraba. Y pensaba: ¡Voy a ver al Papa! Nunca me esperé una cosa así...” Lucas Mohamed era pura emoción apenas terminó la reunión de pilotos del Turismo Nacional. Con voz temblorosa, contó a LG Deportiva sus sensaciones luego de que el presidente de la categoría anunció que él y el cordobés Facundo Chapur, por haber sido elegidos “mejores compañeros” de las clases 2 y 3, tendrán como “premio” viajar en fecha a confirmar a El Vaticano para recibir la bendición de Francisco.
“Ya lo que pasó el viernes, cuando supe que mis colegas me había elegido, me hizo sentir muy bien. La gente de la categoría me dijo entonces que el premio iba a ser ‘importante’. Pero no me imaginaba esto. Es como un mensaje divino”, agregó el piloto.
Mohamed contó que él y su familia son muy devotos. Asiduo concurrentes a la parroquia Nuestra Señora de la Caridad, fue amigo del fallecido padre Jorge Gandur, que incluso visitaba su taller de la calle Perú.
En la historia deportiva del yerbabuenense hay una anécdota que lo pinta con claridad en su pensamiento religioso: fue en 2005, cuando se estaba en plena disputa la carrera de Concordia. “Había ganado la serie y tenía la pole. Y entonces nos anuncian que había fallecido Juan Pablo II. Yo tenía -y aún lo mantengo-, un ploteo con su nombre en la parte trasera del auto. Me sentí tremendamente triste. Me preguntaron si quería correr la final al día siguiente, yo no estaba en condiciones pero dije que iba a respetar la voluntad de la mayoría. Hubo carrera, en todo momento sentí que el Papa me acompañaba. Y gané.”
Ayer por la tarde, lo deportivo fue superado ampliamente por la novedad del premio y a Lucas le hicieron más de 30 reportajes. “Y no se imaginan lo que pasó después que LA GACETA informó del tema en su edición on line. ¡Me llamó todo Tucumán!” (Especial)
“Ya lo que pasó el viernes, cuando supe que mis colegas me había elegido, me hizo sentir muy bien. La gente de la categoría me dijo entonces que el premio iba a ser ‘importante’. Pero no me imaginaba esto. Es como un mensaje divino”, agregó el piloto.
Mohamed contó que él y su familia son muy devotos. Asiduo concurrentes a la parroquia Nuestra Señora de la Caridad, fue amigo del fallecido padre Jorge Gandur, que incluso visitaba su taller de la calle Perú.
En la historia deportiva del yerbabuenense hay una anécdota que lo pinta con claridad en su pensamiento religioso: fue en 2005, cuando se estaba en plena disputa la carrera de Concordia. “Había ganado la serie y tenía la pole. Y entonces nos anuncian que había fallecido Juan Pablo II. Yo tenía -y aún lo mantengo-, un ploteo con su nombre en la parte trasera del auto. Me sentí tremendamente triste. Me preguntaron si quería correr la final al día siguiente, yo no estaba en condiciones pero dije que iba a respetar la voluntad de la mayoría. Hubo carrera, en todo momento sentí que el Papa me acompañaba. Y gané.”
Ayer por la tarde, lo deportivo fue superado ampliamente por la novedad del premio y a Lucas le hicieron más de 30 reportajes. “Y no se imaginan lo que pasó después que LA GACETA informó del tema en su edición on line. ¡Me llamó todo Tucumán!” (Especial)
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