Gracias a Cine con Vecinos, las historias del barrio se transforman en una película

Gracias a Cine con Vecinos, las historias del barrio se transforman en una película

En una esquina de El Colmenar la calma devino magia: llegó la cámara y se apropió del paisaje y de sus protagonistas. Video.

HACEDORES DE PELÍCULAS. Fabio Junco y Julio Midú llevan años recorriendo con su cámara barrios, pueblos y ciudades de todo el país. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO HACEDORES DE PELÍCULAS. Fabio Junco y Julio Midú llevan años recorriendo con su cámara barrios, pueblos y ciudades de todo el país. LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO
16 Marzo 2014
El hombre se puso violento en plena vereda del barrio; empezó a retar a los gritos a la mujer, que llevaba un hijo en brazos y otro caminando. Llegaron a la casa de la esquina y entraron de un salto. El portazo que pegó el iracundo casi rompe la puerta de una casa prestada.

El grito de “¡corten!” del director pasó inadvertido: el numeroso público, en la vereda de enfrente, aprobó con gritos y aplausos. Estaban impresionados: por unos instantes, el bueno de José Luis Moya, tallerista del comedor del Centro Comunitario Acceso Este, se había transformado en un abominable padre golpeador.

La acción transcurría ayer al mediodía en la esquina del comedor comunitario, ubicado en El Colmenar (Las Talitas).

Enfrascados en la tarea de filmar, tras la cámara y el micrófono, estaban los realizadores Julio Midú y Fabio Junco, junto a los coordinadores Gerardo Boglioli y Damián Laplace. Los actores y el público eran los vecinos, en su mayoría chicos.

Cine express

“Estamos coordinando los talleres de Cine con Vecinos que auspicia la Gerencia de Acción federal del Incaa. Queremos que sobre todo los chicos expresen sus ideas, y poder realizar en un día un cortometraje que se va a editar y proyectaremos a la noche”, explica en voz baja Boglioli en medio de la filmación.

“Desde hace cuatro años Midú y Junco tienen un convenio por el cual organizan talleres a lo largo y ancho del país”, agrega.

Cómo se trabaja

Todo empezó a las 9 de la mañana: trabajaron unas 40 personas. Los coordinadores dieron una charla sobre guión y relato audiovisual, a modo de disparadores de ideas para armar una trama.

Los chicos y los jóvenes propusieron historias que fueron numerando en una pizarra, y luego, entre ocho de ellas, votaron: la que obtuvo más adhesiones era la que se estaba filmando.

“Salió elegida una historia sobre la violencia de género, donde los personajes centrales son el golpeador y la mujer golpeada”, explica Moya, percusionista que trabaja en los talleres del comedor devenido actor.

“Esto es algo nuevo para el comedor, para que siga avanzando. No es común en los barrios que se propulsen acciones para incentivar la creatividad. Es bueno que se vea lo que podemos hacer, que por aquí no es sólo droga o alcohol”, asevera Moya, todavía sorprendido por la repercusión de su actuación.

La jefa de backstage


En todo momento, la que lleva la batuta sobre dónde debe ubicarse el público entusiasta que mira la fimación es Ángela Patricia Sánchez. Y los chicos le hacen caso porque la conocen de hace rato: ella es la coordinadora de los talleres de la tarde y es quien sirve la merienda en el comedor. “Los sábados normalmente hay catecismo, pero la actividad de hoy es especial y convocante”, afirma.

“No, no actúo. Yo vengo a ver nomás -musita Lautaro, y agranda sus ojitos verdes-. Ahora es el cine pero vinieron a hacer teatro, otra vez, una fiesta”, y cuenta que tiene 10 años y 10 hermanos.

Mientras tanto, en el set hay novedades: la bebé de dos meses que “actuaba” en brazos de Noemí salió de escena por llanto de hambre, y ahora se sacia en los de su verdadera mamá.

En la esquina, unos jóvenes charlan y se ríen. Uno de los directores ordena: “¡más entusiasmo! ¡Acción!”

Todo el mundo hace silencio; los actores fuman y planean adónde se encontrarán más tarde, adueñándose de la cámara, soñando con verse en la pantalla a la noche. El director, satisfecho ante la lente, grita: “¡corten!”

Mucho para conocer

Tres etapas.- Los denominados “Talleres de Cine Express” se realizan bajo la consigna: “ideas por la mañana, rodaje por la tarde y estreno por la noche”.

Quiénes organizan.- Cine con Vecinos es un taller que organizó el Ente Cultural de Tucumán con apoyo del Ministerio de Desarrollo Social (Programa Avanzar). Cuenta con patrocinio de la Gerencia de Acción Faderal del Incaa junto a la Fundación Cine con Vecinos.

Contención.- El Centro Comunitario Acceso Este ofrece varios espacios de participación. Para adolescentes y jóvenes se puede mencionar la comparsa artística Maracaibo y la Biblioteca Popular El Baúl. Además, talleres de capacitaciones socio-laborales en peluquería, mecánica de motos y taller de guitarra.

Doble satisfacción.- “La tarea nos produce placer porque los vecinos participan y agradecen; al mismo tiempo queda registrado un corto. El programa tiene un lado social; hace bien y junta a la gente. Es una doble satisfacción”. (Damián Laplace)

De saladillo.- Junco y Midú son oriundos de Saladillo (Buenos Aires). Allí surgió Cine con Vecinos, hace dos décadas, como alternativa de expresión artística comunitaria. Hasta ahora han filmado 22 películas. Además de ser egresados de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (Enerc) ellos son docentes.

Todo tipo de historias.- “Las historias las generan los vecinos. Algunas son reales, otras muy dramáticas, muchas muy graciosas. La gente expone lo mejor de sí y lo mejor es que ellos mismos eligen qué historia quieren contar”. (Damián Laplace)

El cine sigue.- Junco y Midú continúan la recorrida por barrios, pueblos y ciudades. Reanudaron el ciclo 2014 en Fontana (Chaco), luego en Santa Rosa (La Pampa). Los próximos destinos serán Bariloche, Jujuy, Mendoza, Río Cuarto y Santa Fe, entre otros puntos del país.

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