27 Febrero 2014
ABRAZO DE GOL. Píriz Alves se saluda a Rodríguez, que lo asistió en el tercer gol.
BUENOS AIRES, (Andrés Burgo, especial para LG Deportiva).- El fútbol tiene este tipo de injusticias: hay veces en que nadie aplaude las genialidades. Es más: las obras de arte pueden ser odiadas. Le pasó anoche a Luis Rodríguez. Apenas el “Pulguita” convirtió el segundo gol de Atlético, un gol que ya es candidato al mejor de la temporada, las 35.000 personas que estaban en la cancha se agarraron la cabeza o lanzaron una maldición al aire. Rodríguez fue un poeta incomprendido.
Atlético ganó un partido eléctrico porque fue una mezcla perfecta de efectividad y lujo. A los tres puntos le agregó un golazo: el “Pulguita” recibió la pelota después de un cabezazo de Víctor Piriz Alvez y remató de primera. Con un detalle: estaba a 44 metros del arco de Diego Rodríguez.
“No le pegué al segundo palo, le pegué al arco pero cuando vi que entraba al segundo palo, empecé a festejar”, confesó. El vuelo del arquero le dio más espectacularidad. El silencio del estadio lo hizo más dramático. Fue como si la pelota viajara por toda la noche de Avellaneda para que bajara justo detrás del Rodríguez que terminaría sufriendo y no festejando.
“Siempre sueño con este tipo de partidos, uno se fija en el fixture cuando está un grande como Independiente”, dijo el “Pulguita”. Con ese golazo, llegó a los 70 goles en Atlético y su obra de anoche -que debería ser exhibida en un museo del fútbol- llevará hoy a los hinchas de Atlético a preguntarse cuál fue el mejor: muchos dirán el que le hizo a Boca Unidos, aquel en que Gastón Sessa terminó aplaudiendo a su verdugo.
“Lo vi adelantado en el partido y en el partido contra Boca Unidos. Pero no es un error de él, simplemente saqué una ventaja”, agregó el simoqueño que podría haber seguido hablando toda la noche de su gol, dejó espacio para las consecuencias. “Este es un triunfo que invita a soñar, quedamos a tres puntos de los puestos de ascenso. Sirve además para levantar el autoestima al grupo. Esto es de todos. Ahora vendrá un partido más difícil”, cerró, refiriéndose a Defensa y Justicia.
Atlético ganó un partido eléctrico porque fue una mezcla perfecta de efectividad y lujo. A los tres puntos le agregó un golazo: el “Pulguita” recibió la pelota después de un cabezazo de Víctor Piriz Alvez y remató de primera. Con un detalle: estaba a 44 metros del arco de Diego Rodríguez.
“No le pegué al segundo palo, le pegué al arco pero cuando vi que entraba al segundo palo, empecé a festejar”, confesó. El vuelo del arquero le dio más espectacularidad. El silencio del estadio lo hizo más dramático. Fue como si la pelota viajara por toda la noche de Avellaneda para que bajara justo detrás del Rodríguez que terminaría sufriendo y no festejando.
“Siempre sueño con este tipo de partidos, uno se fija en el fixture cuando está un grande como Independiente”, dijo el “Pulguita”. Con ese golazo, llegó a los 70 goles en Atlético y su obra de anoche -que debería ser exhibida en un museo del fútbol- llevará hoy a los hinchas de Atlético a preguntarse cuál fue el mejor: muchos dirán el que le hizo a Boca Unidos, aquel en que Gastón Sessa terminó aplaudiendo a su verdugo.
“Lo vi adelantado en el partido y en el partido contra Boca Unidos. Pero no es un error de él, simplemente saqué una ventaja”, agregó el simoqueño que podría haber seguido hablando toda la noche de su gol, dejó espacio para las consecuencias. “Este es un triunfo que invita a soñar, quedamos a tres puntos de los puestos de ascenso. Sirve además para levantar el autoestima al grupo. Esto es de todos. Ahora vendrá un partido más difícil”, cerró, refiriéndose a Defensa y Justicia.
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