Facundo Rivero: nunca tiene una mala tarde

Facundo Rivero: nunca tiene una mala tarde

Regularidad: la mejor arma del “2”.

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TODO BIEN. El pulgar arriba de “Facu” es el mismo que recibe de los hinchas a la salida del vestuario luego de cada partido. TODO BIEN. El pulgar arriba de “Facu” es el mismo que recibe de los hinchas a la salida del vestuario luego de cada partido.
27 Febrero 2014
Facundo Rivero tiene algo que todos ven y comentan post partido. Pero quizás él sea el indicado para hablar, cuestión de no inflar un buen presente o hacerlo a menos. “Siento estar haciendo las cosas bien dentro de la cancha”, dice el defensor que tiene apenas 20 años, pero es el “señor regularidad” en San Martín.

A pesar de la juventud, “Facu” es de esos que nunca pueden tener una mala tarde, algo para nada típico en los de la camada más joven. ¿Es consciente que la gente siempre se va conforme con su rendimiento? “Soy consciente de todo esto que para mi es nuevo. Recién empieza mi carrera y además de todo tengo unos compañeros muy buena gente y con experiencia, lo que me hace estar más tranquilo en los partidos”, cuenta Rivero, promedio 6 para LG Deportiva desde que debutó en el equipo en la fecha 6 (cuando fue figura). En total jugó 13 partidos y solo faltó en dos, por suspensión y lesión, respectivamente.

Lo que remarca el defensor es la tranquilidad contagiada por sus compañeros, y así se lo ve en la cancha, siempre. No se desespera y es de salir jugando, a menos que la situación se complique. Sus pases encuentran botines compañeros y eso es una de sus marcas registradas. “Si si se puede y hay lugar para salir jugando, siempre lo hago. Trato de vivir el partido concentrado porque el murmullo de la gente en los errores por ahí te distrae un poquito. Hay que estar metido”.

Al más pibe del plantel se lo ve callado; no es muy extrovertido. “Sí hablo también, aunque al lado tengo a Cáceres y entonces el que lo hace es él, que es el jugador con experiencia y conoce mucho la categoría. Es el que manda”, dice y pese a las buenas críticas como parte vital de la dupla central no se agranda. “Yo no me creo nada, solo pongo todo de mi parte. Igual la verdad es que soy chico pero estoy a la altura de mis compañeros, y no me considero un pibe. Ese es mi punto de vista”, garantiza. Rivero nunca negociará esas convicciones. Menos su regularidad. Tampoco piensa cambiar por unos cuantos partidos como salvador o figura. “Eso lo dirán los periodistas o los hinchas. Yo quiero mantener mi juego y mejorarlo también”.

Su presente no coincide con el de un jugador de menos de 15 partidos, pero justamente lo único que no se le nota es la edad. De ahí, Rivero ya mostró que tiene todo: altura (1,88 metros que lo hacen el más alto junto a Carrera), buen pie, seguridad... A poner eso al servicio del equipo entonces. “Siempre. Para que todo salga bien”.

¿Alguna vez jugaste mal?, es la consulta popular. “Claro que me ha tocado. Así es el fútbol: no siempre vas a jugar todos los partidos bien. Puede pasar, pero uno no sabe cuando”, sostiene Rivero, realista y nada presumido. Ahora, como todo San Martín, piensa en el juego clave del domingo (Tiro Federal) y así, partido a partido, promete seguir creciendo.

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