El mismo River y otra caída

“Desde que llegué a River siento que hay un nuevo aire”, se cansó de decir Fernando Cavenaghi durante la pretemporada que pasó y marcó su regreso al “millonario”. Con el correr de las primeras fechas, queda claro que la frase era más una chicana a Daniel Passarella, su enemigo número uno, que una versión fiel de la realidad. Con el mismo aire viciado de pobreza futbolística de siempre en sus pulmones, River perdió ayer con Colón en Santa Fe por 3 a 1.

La victoria ante Gimnasia de La Plata de la primera fecha pareció reafirmar el concepto de Cavenaghi pero la alegría, como sucede desde hace mucho en Núñez, duró poco: un empate y dos derrotas al hilo le siguieron a ese espejismo que parecieron vivir los hinchas.

En Santa Fe, lo esperaba un equipo plagado de juveniles y con todos los problemas que un club puede tener: futbolístico (pelea el descenso), institucional (Germán Lerche fue destituido de su cargo en medio de un caos y se llamó a elecciones) y hasta competitivo (no pudo traer refuerzos por sus deuda). Con todo eso, pudo ganarle a River incluso sin tener la pelota y acertando las tres ocasiones que tuvo.

Para eso necesitó del encendido Gabriel Graciani, la figura del partido. Dos goles: el primero, para abrir el partido y el segundo, para cerrarlo. Para colmo, en la semana, además de responder por el nivel y pensar en el siguiente partido, Ramón Díaz deberá contestar por la salida de Teófilo Gutiérrez en el entretiempo.

“Tenemos un equipo con grandes jugadores pero no me gustó. Para jugar con esta camiseta se necesita mucho más. Creo que hay que jugar de otra manera. Vos podés perder pero no de esta manera. Necesitamos cambiar y rápido”, dijo Ramón en varias frases que podrían ser el título de cualquier nota y que siguen sin tocar el tema del “nuevo aire” del que supo hablar Cavenaghi.