Los problemas llegan desde la zafra pasada

Los problemas llegan desde la zafra pasada

Giardina (Eeaoc) reconoció el efecto arrastre de la seca, la falta de agua y el calor

FÁBRICA. Se afectará el rendimiento  FÁBRICA. Se afectará el rendimiento
21 Febrero 2014
Los cultivos, en general, después de la zafra del año pasado sufrieron una serie de demoras en las diferentes labores que debían realizarse -como en “soca”-, los cultivos, los riegos y las fertilizaciones, además de no tener condiciones para la aplicación de herbicidas, y en las “cañas plantas” la bajada de bordo, herbicidas y riegos, afirmó Juan Giardina, técnico de la Sección Caña de Azúcar de la Eeaoc.

Las condiciones ambientales reinantes al finalizar la zafra pasada, luego la irregularidad y la falta de lluvias en diciembre y enero, hicieron que las plantaciones sintieran los efectos de la escasez y falta de agua, y de las altas temperaturas que se presentaron.

Es por ello que los cañaverales reaccionaron de acuerdo a como se presentó su situación particular, y hoy tengamos diversas situaciones en cuanto a las condiciones actuales del cultivo. Las etapas de “brotación y macollaje” fueron muy afectadas por la falta de agua en primavera, y luego, la etapa de “crecimiento sufrió la irregularidad de las lluvias diciembre-enero”. Ahora que en febrero llovió seguramente la recuperación vendrá, pero sin dudas “los rendimientos no serán lo que uno quisiera, ya que el daño ya está presente”. Esto hace pensar en que “es muy importante suministrar el agua en etapas críticas, para lograr los mejores resultados con el riego de cualquier tipo.

Pero Giardina aclaró que, como muchas veces no se dispone de riego o el agua es escasa, es importante destacar que “en años como los que venimos pasando es necesario, además, manejar adecuadamente las plantaciones”, y “mantener los residuos de la cosecha en verde como cobertura sobre la superficie del suelo, que favorece la conservación de la humedad edáfica”, al reducir la evaporación del agua del suelo y mejorar la infiltración del agua de lluvia.

Por lo tanto, esta práctica cultural presenta un importante beneficio, que es especialmente evidente en los años secos, dijo Giardina.

Desgraciadamente, “la quema irracional de los cañaverales y sus rastrojos (año a año), nos privó de disponer de las ventajas de este recurso tecnológico”, lo que profundizó la crisis hídrica de las últimas campañas, concluyó.

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