14 Febrero 2014
BUENOS AIRES.- En un lapso de sólo ocho horas, entre las 8 y las 16 de ayer, el Gobierno mostró dos perfiles en relación con los hechos de violencia que se produjeron en Caracas, la capital de Venezuela.
A primer hora de la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitó referirse a los incidentes donde hubo al menos tres muertos y unos 30 heridos en enfrentamientos entre oficialistas y opositores al gobierno de Nicolás Maduro. Se limitó a señalar que el “intercambio de exportación e importación de productos”, entre ambos países, “está funcionando y seguirá funcionando”. “Somos extremadamente respetuosos de la autodeterminación de los pueblos; por lo tanto, nosotros no efectuamos ningún tipo de opinión respecto al funcionamiento de cada uno de los países”, enfatizó.
En contraposición, a las 16, el Gobierno nacional expresó “su firme respaldo al gobierno constitucional” de Venezuela y alertó sobre “los evidentes intentos de desestabilización que enfrenta el orden institucional en el país hermano”, ante los incidentes.
Según un comunicado de la Cancillería -que encabeza Héctor Timerman- “el legado de represión, masivas violaciones a los derechos humanos y profundización de la pobreza” que dejaron las dictaduras, reafirma como deber de las democracias de la región “una solidaridad activa y de defensa común” frente a los grupos autoritarios, las corporaciones y aquellos ligados a la especulación financiera, que pretenden gobernar de hecho, imponer sus intereses sectoriales y suplantar gobiernos legítimos surgidos de la voluntad popular”. (DyN)
A primer hora de la mañana, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, evitó referirse a los incidentes donde hubo al menos tres muertos y unos 30 heridos en enfrentamientos entre oficialistas y opositores al gobierno de Nicolás Maduro. Se limitó a señalar que el “intercambio de exportación e importación de productos”, entre ambos países, “está funcionando y seguirá funcionando”. “Somos extremadamente respetuosos de la autodeterminación de los pueblos; por lo tanto, nosotros no efectuamos ningún tipo de opinión respecto al funcionamiento de cada uno de los países”, enfatizó.
En contraposición, a las 16, el Gobierno nacional expresó “su firme respaldo al gobierno constitucional” de Venezuela y alertó sobre “los evidentes intentos de desestabilización que enfrenta el orden institucional en el país hermano”, ante los incidentes.
Según un comunicado de la Cancillería -que encabeza Héctor Timerman- “el legado de represión, masivas violaciones a los derechos humanos y profundización de la pobreza” que dejaron las dictaduras, reafirma como deber de las democracias de la región “una solidaridad activa y de defensa común” frente a los grupos autoritarios, las corporaciones y aquellos ligados a la especulación financiera, que pretenden gobernar de hecho, imponer sus intereses sectoriales y suplantar gobiernos legítimos surgidos de la voluntad popular”. (DyN)